Tengo una familia chunga, qué le voy a hacer. Os mostraré un ejemplo: esta es la conversación de besugos que tuve con mi tío el catalán por FB.
Mi tío es muy majete y tolera muy bien las bromas, al igual que yo tolero las suyas. Pero es medio tonto. Esto es así, no hay hoja de vuelta. Bueno, pues resulta que este tipo de conversaciones trasladadas a la vida real ya no molan tanto, y menos si mi Trolldad está por medio. Mas que nada porque no atienden a argumentaciones y parten con la ventaja de tener el apoyo mutuo. Tener una conversación política con ellos, o sobre cualquier cosa de la vida, como la reproducción en cautiverio del pollo transalpino, se acerca mas a una pachanga de frontón donde una y otra vez la pelota es rechazada por la pared que a una conversación. Y cuando se cansan y no tienen réplicas que darme, sueltan su frase estándar tocapelotas: "soy mas viejo que tú y sé mas de la vida que tú", seguida por un complaciente "estás en una edad en la que crees que lo sabes todo". Que yo, con la mitad de edad que ellos, tenga mas nivel académico, cultural, y gramatical no se tiene en cuenta.
Mi familia, además, es muy de poner etiquetas a cada integrante de la misma: está el ya mencionado tío "el catalán", mi primo "el americano", mi tío "el churrero", y cosas por el estilo que apelan a su lugar de procedencia, a una profesión,... En mi caso, se ceban. Dentro de mi familia se me etiqueta como "el perroflauta", "el bolchevique", "el pirata", "el indignado", "Mourinho" (éste me mata y me aniquila),... Pero vamos, que no me lo tomo a malas. Mas que nada porque, aunque suene mal que yo lo diga, tengo una capacidad escabrosamente férrea para no ofenderme por casi nada, lo que hace que sus intentos por picarme resulten en vano. Es más, acaban cabreándose ellos solos porque no consiguen cabrearme. Estas situaciones acaban con mis tíos y Trolldad cabreados, y conmigo riéndome. Si me seguís desde hace tiempo, ya os habréis dado cuenta que me río de todo en cualquier situación. En un velatorio tengo que ser la caña.
Para rematar el día de ayer, porque la última vez que viví un encuentro familiar de estos fue ayer, cuando llegué a casa después de hacer mis cosas de perroflauta por la calle, mi Trolldad estaba a punto de irse a dormir. En su ordenador tenía puesto el FB (sí, tengo unos padres con Caralibro, muy vanguardistas ellos) y según me dirigía a mi cuarto me dejó el culo roto al decirme "tu amiga X y tu amiga Y del FB son muy majas". A ver, esto no resultaría raro si no llega a ser que las chiquillas de las que me hablaba resultaban ser... ¡Patitiesa y Carola Igrexas! Resulta que en mi ausencia de vida 2.0 las pobrecillas tuvieron un encontronazo con Trolldad a raíz de una publicación mía criticando la subida del precio del billete de metro sencillo (cagüenlaputaEspedeloscojones), en la que Trolldad decía que los que protestamos por cosas así vivimos de los padres, que no tenemos un puñetero gasto... pero ellas le dieron caña fina. Estuve aplaudiendo y riéndome a carcajadas un buen rato. Además, la faena la remataron FreakyPsychoBoy y mi madre trolleando a Trolldad diciéndole literalmente "te recuerdo que tu también viviste con tus padres hasta los 28 años y que tu primer coche te lo regaló el padre de tu ex-novia". Al estar twitteros-blogueros abrazables implicados por medio que no tienen culpa ninguna de que Trolldad sea, como dijo Patitiesa, el Andritxol de FB, me reservo la conversación como secreto de sumario.
Pero vamos, que no sufráis por mí. Además, mis padres se han ido a la playa, y me he quedado bien a gusto yo solito en casa con la única compañía de mi perro. Y quizá monte una fiesta o algo.
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31 de julio de 2011
24 de julio de 2011
¡TETAS! No, en realidad vengo a decir que el fútbol me toca los cojones.
Yo soy de los que piensa que el fútbol es un deporte en el que 22 tíos cuyo cuarto de baño es tan grande como mi casa corren detrás de la misma pelota. No siempre he pensado así, pero ahora sí. A ver, el fútbol como tal me gusta jugarlo, pero ver un partido me aburre sobremanera. ¡Con lo futbolero que yo he sido! Para que os hagáis una idea, hasta los 11 años yo en el patio de mi casa de Pozuelo me organizaba mis propios partidos, con competiciones hechas por mí, y tenía cuadernos donde anotaba las estadísticas de tales partidos. ¡Hasta retransmitía los partidos, que mas de una vecina ganas tenía de tirarme un tiesto a la cabeza del jaleo que armaba! Lo tenía todo superorganizado.
Pero vamos, que en este momento de mi vida, el fútbol, dicho vulgarmente, me la pela. Y cualquier deporte en general. Excepto la tauromaquia, que siempre estoy deseando que el torero salga con menos peso en la entrepierna que con el que entró a la plaza. Pero hablamos de fútbol. Es un deporte que se ha vendido totalmente. Si nos centramos en la liga de Espain, hace 10 años había 4 o 5 equipos que aspiraban a ganarla desde el principio. Hoy en día, solo 2. ¿Eso es divertido? El fútbol es algo así como si cada vez que leyeses tu horóscopo, se cumpliera. Y confieso que yo era del Mandril cuando todavía le quedaba un poco de ética deportiva. He sido tan seguidor del Mandril, que a los 15 años me gasté 60€ en una camiseta. A esa edad, los hay que se meten en el mundo de las drogas, y los hay que hacen cosas absurdas. Yo soy de los segundos. Lo mas patético de este equipo es que sin lograr nada, se vanagloria de la gran temporada que ha hecho.
Creo que mi desencanto con este deporte se debe al fanatismo que le rodea. Yo ya no distingo un partido de fútbol de una reunión del KKK. El fútbol es causa de interminables disputas, cabreos, discusiones,... ¡He visto gente irse a la cama sin cenar porque su equipo ha perdido! ¡He visto gente liarse a galletazos entre sí por ser de distintos equipos! Trasladado a mi mundo, esto equivaldría a que dos personas se pelearan porque uno ha elegido a Charmander y el otro a Bulbasaur al principio del Pokémon azul.
Aparte de que es un deporte donde la gente que mas repercusión tiene es portuguesa. Vamos a ver, cualquier cosa donde Portugal tenga protagonismo no merece la pena. Esto es así desde siempre. ¿Qué saben hacer los portugueses aparte de llorar y vender toallas? Joder, que es gente que no sabe ni afeitarse bien el bigote. Vale, este párrafo carece un poco de sentido. Pero es que cualquier excusa es buena para meterse con Portugal.
Hablemos de los futbolistas. Son personas, a falta de otra palabra mas adecuada, que trabajan un par de horas diarias, cobran lo que ni tú ni yo cobraremos en nuestra vida, cuando juegan mal se excusan en que llevan muchos partidos seguidos jugando (¿WTF?), y que se permiten el lujo de dejar plantada a la empresa que les tiene contratado (el equipo para el que juegan, vamos) si no les aumentan la nómina. Decidle a vuestra empresa que no volvéis a trabajar hasta que os aumenten el sueldo o que mañana no vais a la oficina porque lleváis muchos días seguidos trabajando, veréis dónde os manda. ¡Que los futbolistas han amenazado con hacer huelgas! Un apoyo enorme a los camaradas futbolistas. Es que suena mal, no me jodas.
Y pese a todas esas mierdas, la gente defiende a los futbolistas como si fuesen mártires. Aquí entra el factor clave para entender que el fútbol es una gilipollez sin precendentes: el aficionado al fútbol. A grandes rasgos, el fútbol es un deporte visto por pobres y jugado por ricos. Me hace mucha gracia ese señor que sale por la tele con su entrada para la semifinal de la Champions y que dice orgulloso "este mes me quedo sin comer, pero este partido no me lo pierdo". ¡Tú lo que eres es un absurdo y un cutre! ¡Seguro que mas de una vez has rechazado una noche de pasión con tu señora, novia, o lo que tengas, por ver ese partido tan esperado y tan importante para ti! Seguro que si hacemos una encuesta a nivel nacional para ver qué prefiere el españolito medio, si el sexo o ver a Cristiano Ronaldo marcar un gol, saldría lo segundo.
Y un último dato: el 90% de los futbolistas son feos. Para mas información, consultad esta entrada que escribí cuando Yoda todavía no usaba bastón.
Pero vamos, que en este momento de mi vida, el fútbol, dicho vulgarmente, me la pela. Y cualquier deporte en general. Excepto la tauromaquia, que siempre estoy deseando que el torero salga con menos peso en la entrepierna que con el que entró a la plaza. Pero hablamos de fútbol. Es un deporte que se ha vendido totalmente. Si nos centramos en la liga de Espain, hace 10 años había 4 o 5 equipos que aspiraban a ganarla desde el principio. Hoy en día, solo 2. ¿Eso es divertido? El fútbol es algo así como si cada vez que leyeses tu horóscopo, se cumpliera. Y confieso que yo era del Mandril cuando todavía le quedaba un poco de ética deportiva. He sido tan seguidor del Mandril, que a los 15 años me gasté 60€ en una camiseta. A esa edad, los hay que se meten en el mundo de las drogas, y los hay que hacen cosas absurdas. Yo soy de los segundos. Lo mas patético de este equipo es que sin lograr nada, se vanagloria de la gran temporada que ha hecho.
Creo que mi desencanto con este deporte se debe al fanatismo que le rodea. Yo ya no distingo un partido de fútbol de una reunión del KKK. El fútbol es causa de interminables disputas, cabreos, discusiones,... ¡He visto gente irse a la cama sin cenar porque su equipo ha perdido! ¡He visto gente liarse a galletazos entre sí por ser de distintos equipos! Trasladado a mi mundo, esto equivaldría a que dos personas se pelearan porque uno ha elegido a Charmander y el otro a Bulbasaur al principio del Pokémon azul.
Aparte de que es un deporte donde la gente que mas repercusión tiene es portuguesa. Vamos a ver, cualquier cosa donde Portugal tenga protagonismo no merece la pena. Esto es así desde siempre. ¿Qué saben hacer los portugueses aparte de llorar y vender toallas? Joder, que es gente que no sabe ni afeitarse bien el bigote. Vale, este párrafo carece un poco de sentido. Pero es que cualquier excusa es buena para meterse con Portugal.
Hablemos de los futbolistas. Son personas, a falta de otra palabra mas adecuada, que trabajan un par de horas diarias, cobran lo que ni tú ni yo cobraremos en nuestra vida, cuando juegan mal se excusan en que llevan muchos partidos seguidos jugando (¿WTF?), y que se permiten el lujo de dejar plantada a la empresa que les tiene contratado (el equipo para el que juegan, vamos) si no les aumentan la nómina. Decidle a vuestra empresa que no volvéis a trabajar hasta que os aumenten el sueldo o que mañana no vais a la oficina porque lleváis muchos días seguidos trabajando, veréis dónde os manda. ¡Que los futbolistas han amenazado con hacer huelgas! Un apoyo enorme a los camaradas futbolistas. Es que suena mal, no me jodas.
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Os juro que no he retocado nada. |
Y un último dato: el 90% de los futbolistas son feos. Para mas información, consultad esta entrada que escribí cuando Yoda todavía no usaba bastón.
20 de julio de 2011
Los jodidos Power Rangers marcaron mi infancia.
Ayer tuve jornada nostálgica con unos amigos y empezamos a recordar todo lo que nos tragábamos por televisión de pequeños. Hablamos de Dragon Ball, Saint Seiya, Chicho Terremoto, Pokemon,... Pero fueron los putos Power Rangers los que definieron mi infancia. Yo era fanático, admiraba de ellos desde sus bailecitos acompañados de alguna frase cliché que precedían alguna pelea (que por entonces me parecían la pera limonera) hasta la facilidad con la que los Megazords destruían edificios como si fuese de cartón piedra... ¡Eran de cartón piedra! Crecer ha hecho que pierda esa ingenuidad y esa facilidad para creérmelo todo. Porca miseria.
El opening era la puta ostia consagrada, acompañada de un hilo musical flipante:
Los Power Rangers eran cojonudos. Todos los capítulos (hay que tener en cuenta que hay mas capítulos de Power Rangers que de Los Simpsons) tenían el mismo esquema repetitivo, pero que aún así no me cansaba de verlo día tras día tras día,... Esto era: cinco adolescentes salen del instituto, una cabeza gigante les llama a través de sus relojes de muñeca, se teletransportan a su base, se metamorfosean, se pelean con las masillas, se pelean con el monstruo de turno, el bicho se hace gigante, los Rangers se montan en el Megazord, destruyen media ciudad, pero matan al bicho. Y para terminar el capítulo, Bull y Skull hacen alguna gilipollez.
Siempre era así. Existían ligeras variaciones, e incluso había capítulos dobles. Pero la tónica no cambiaba nunca. Y yo me quedaba embobado tarde tras tarde. La serie evolucionó en varios sentidos: echaron a Trini, asiática, la Power Ranger amarilla, y a Zack, negro, y que, efectivamente, era el Power Ranger negro, para sustituirlos por una afroamericana que sería la amarilla, y un asiático para ser el negro. También echaron a Jason, el Power Ranger rojo, que había perdido protagonismo al ceder el liderazgo a Tommy, que fue el Power Ranger verde hasta que se convirtió en el blanco. Este tío flipaba a la peña porque tenía escudo. A mí me caía mal. Las masillas evolucionaron también: las originales fueron sustituidas por unas masillas que tenían seta de emergencia en forma de Z en el pecho. Y los robots de dinosaurios fueron sustituidos por otros mas cutres.
Luego hice la colección de cromos y de muñecos. Estaban los muñecos de 12 cm, los de 18, los que intercambiaban la cabeza, los megazords (cuyo máximo entretenimiento era montarlo y desmontarlo en bucle), los muñecos de los malos (¡yo tenía a Goldar y al esbirro del botijo!), las motocicletas, los disfraces,... Yo tuve todas esas mierdas, mierdas por las que ahora se pagan 600€ en ebay (¡¡¡jodeeeeeeeeeer!!). ¡Incluso había circos que traían a los Power Rangers! Que luego resultaba que eran unos trapecistas con pijamas de colores, y el chasco no podía ser mayúsculo. Mas tarde vino la película, que con el tráiler prometía ser lo nunca visto, la mejor película de acción de la década,... Yo flipé viéndola, no entendía cómo era posible que mis padres se quedaran dormidos viéndola.
¿Y a que no adivináis a qué jugaba con el resto de compañeros en los recreos del colegio y por las tardes en el patio de mi portal? ¡¡A los Power Rangers!! Yo siempre era Billy, el Power Ranger azul. Siempre fue el que mas me gustó. A veces nos tomábamos el juego tan en serio, que alguno acababa sangrando.
Ninguno de aquellos actores tuvo futuro...al menos en cine comercial. Cuenta la leyenda que uno de ellos acabó haciendo porno gay. Y que otro cometió homicidio con unos tíos que le miraron mal. El caso es que esta serie sigue existiendo, y las películas las podéis encontrar en Fnac y en Mediamarkt. No, nunca he tenido la tentación de comprármelas, ya tuve la primera en VHS (y el videojuego para la Megadrive, que era un puto vicio), y no quiero verla de nuevo y descubrir que era una mierda con mensajes subliminales para que los niños se alistaran a la marina.
El opening era la puta ostia consagrada, acompañada de un hilo musical flipante:
Los Power Rangers eran cojonudos. Todos los capítulos (hay que tener en cuenta que hay mas capítulos de Power Rangers que de Los Simpsons) tenían el mismo esquema repetitivo, pero que aún así no me cansaba de verlo día tras día tras día,... Esto era: cinco adolescentes salen del instituto, una cabeza gigante les llama a través de sus relojes de muñeca, se teletransportan a su base, se metamorfosean, se pelean con las masillas, se pelean con el monstruo de turno, el bicho se hace gigante, los Rangers se montan en el Megazord, destruyen media ciudad, pero matan al bicho. Y para terminar el capítulo, Bull y Skull hacen alguna gilipollez.
Siempre era así. Existían ligeras variaciones, e incluso había capítulos dobles. Pero la tónica no cambiaba nunca. Y yo me quedaba embobado tarde tras tarde. La serie evolucionó en varios sentidos: echaron a Trini, asiática, la Power Ranger amarilla, y a Zack, negro, y que, efectivamente, era el Power Ranger negro, para sustituirlos por una afroamericana que sería la amarilla, y un asiático para ser el negro. También echaron a Jason, el Power Ranger rojo, que había perdido protagonismo al ceder el liderazgo a Tommy, que fue el Power Ranger verde hasta que se convirtió en el blanco. Este tío flipaba a la peña porque tenía escudo. A mí me caía mal. Las masillas evolucionaron también: las originales fueron sustituidas por unas masillas que tenían seta de emergencia en forma de Z en el pecho. Y los robots de dinosaurios fueron sustituidos por otros mas cutres.
Luego hice la colección de cromos y de muñecos. Estaban los muñecos de 12 cm, los de 18, los que intercambiaban la cabeza, los megazords (cuyo máximo entretenimiento era montarlo y desmontarlo en bucle), los muñecos de los malos (¡yo tenía a Goldar y al esbirro del botijo!), las motocicletas, los disfraces,... Yo tuve todas esas mierdas, mierdas por las que ahora se pagan 600€ en ebay (¡¡¡jodeeeeeeeeeer!!). ¡Incluso había circos que traían a los Power Rangers! Que luego resultaba que eran unos trapecistas con pijamas de colores, y el chasco no podía ser mayúsculo. Mas tarde vino la película, que con el tráiler prometía ser lo nunca visto, la mejor película de acción de la década,... Yo flipé viéndola, no entendía cómo era posible que mis padres se quedaran dormidos viéndola.
¿Y a que no adivináis a qué jugaba con el resto de compañeros en los recreos del colegio y por las tardes en el patio de mi portal? ¡¡A los Power Rangers!! Yo siempre era Billy, el Power Ranger azul. Siempre fue el que mas me gustó. A veces nos tomábamos el juego tan en serio, que alguno acababa sangrando.
Ninguno de aquellos actores tuvo futuro...al menos en cine comercial. Cuenta la leyenda que uno de ellos acabó haciendo porno gay. Y que otro cometió homicidio con unos tíos que le miraron mal. El caso es que esta serie sigue existiendo, y las películas las podéis encontrar en Fnac y en Mediamarkt. No, nunca he tenido la tentación de comprármelas, ya tuve la primera en VHS (y el videojuego para la Megadrive, que era un puto vicio), y no quiero verla de nuevo y descubrir que era una mierda con mensajes subliminales para que los niños se alistaran a la marina.
18 de julio de 2011
Mi perro.
Ya estaba tardando en dedicarle una entrada. Quien me siga en twitter (si estas aquí y no lo haces te deseo ardores de estómago seguidos de estreñimiento permanente) ya se habrá dado cuenta de que he traído a vivir conmigo a un cachorro al que he llamado Psycho. Mas que nada porque en los últimos días me he dedicado a hablar de él mas que de otra cosa (a falta de ingenio para tweets cañeros e hijoputosos, pues tweets moñas, que dicen que con eso también se liga). Es un beagle taaaaaan mono y taaaaaan simpático que me dan ganas de fotografiar hasta sus mierdas. Preciosas, por cierto.
El flechazo entre el perro y un servidor fue instantáneo. El hombre que me lo dio me lo puso en los brazos, y me puse a expulsar lágrimas de los ojos como una chica viendo Pretty Woman en época de menstruación. (Yo no lloro, yo expulso excedente de lágrimas, ¿vale?) Y él se meó encima mía. Intercambio de fluidos corporales, nos marcamos mutuamente. Vale, lo suyo era mas porque estaba acojonado. Sus lloriqueos, aullidos e intentos por meterse en cualquier rincón intentando esconderse de cualquier cosa que pareciese humana marcaron sus primeros días en casa. Yo no podía dormir no solo porque no me dejaba, sino por miedo a hacerlo y que al despertarme lo encontrara atrapado en el interior de una cañería.
Pero vamos, que el cabrito pronto cogió confianza y empezó a tomar como juego habitual el morderme los cordones, las manos, los pies cuando estoy descalzo, correr entre mis piernas haciendo que en mas de una ocasión casi me estampe contra el suelo por no pisarle, y saltar sobre mi cara para arañármela cuando estoy tirado en el suelo con él. Y bueno, en casa se le ha aceptado bastante bien...more or less. El perro es uno más, excepto cuando se mea y se caga, que pasa a ser "tu perro". O cuando me voy de casa, que pasa a ser "tu responsabilidad". ¿Acaso les voy diciendo a mis padres cuando me encargo de mis hermanos "tus hijos, tu responsabilidad"? Vamos, mis padres hablando con las vecinas dicen "tenemos un perrito". Es cagarse, y pasan a decir "TU perro se ha cagado". Y hablando de cagarse, tiene la extraña costumbre de que cuando está en pleno acto, me busca para mirarme fijamente a los ojos, como diciéndome: "y ésto para ti, jódete".
Pero vamos, que ya mas o menos tiene aprendido que donde se mea y se caga es encima de los periódicos, colocados estratégicamente en mi habitación con fotos de Esperanza Aguirre, Cristiano Ronaldo y la infanta Elena preferentemente. Lo malo es que el perro ha tomado los periódicos no solo como su cagadero particular, sino como un juguete, y se lía a mordisquearlos, dejando mi cuarto hecho una pocilga. Peor aún, en ocasiones hace estas cosas después de depositar sus residuos sobre los papeles, y después de tal actividad pretende lamerme. Yo que creía que nunca encontraría motivos para huir de mi cuarto, pues ya los tengo.
Y creí que nunca iba a poder decir esto, pero ¡tengo un perro que ronca! Y son unos ronquiditos taaaaan bonicos y taaaaaaan adorables que me quiero morir. Y también puedo decir que ¡tengo un perro que se persigue su propio rabo!
Bueno, y aquí os dejo unas fotillos, que lo estáis deseando. Dejad de babear, que se os jode el teclado y lo tenéis que utilizar para dejarme comentarios. ¡Sí, mamones, comentad, no seáis perros, que para eso ya tengo uno en casa!
P.D.: Lo de que me followeeis en Twitter no es coña, hacedlo o ahí se os cague una paloma en la cabeza y os tengan que amputar el cerebro. Solo tenéis que pinchar ahí arriba a la derecha y empezar a mandarme replyes. Ante todo, retuitead, es importante.
El flechazo entre el perro y un servidor fue instantáneo. El hombre que me lo dio me lo puso en los brazos, y me puse a expulsar lágrimas de los ojos como una chica viendo Pretty Woman en época de menstruación. (Yo no lloro, yo expulso excedente de lágrimas, ¿vale?) Y él se meó encima mía. Intercambio de fluidos corporales, nos marcamos mutuamente. Vale, lo suyo era mas porque estaba acojonado. Sus lloriqueos, aullidos e intentos por meterse en cualquier rincón intentando esconderse de cualquier cosa que pareciese humana marcaron sus primeros días en casa. Yo no podía dormir no solo porque no me dejaba, sino por miedo a hacerlo y que al despertarme lo encontrara atrapado en el interior de una cañería.
Pero vamos, que el cabrito pronto cogió confianza y empezó a tomar como juego habitual el morderme los cordones, las manos, los pies cuando estoy descalzo, correr entre mis piernas haciendo que en mas de una ocasión casi me estampe contra el suelo por no pisarle, y saltar sobre mi cara para arañármela cuando estoy tirado en el suelo con él. Y bueno, en casa se le ha aceptado bastante bien...more or less. El perro es uno más, excepto cuando se mea y se caga, que pasa a ser "tu perro". O cuando me voy de casa, que pasa a ser "tu responsabilidad". ¿Acaso les voy diciendo a mis padres cuando me encargo de mis hermanos "tus hijos, tu responsabilidad"? Vamos, mis padres hablando con las vecinas dicen "tenemos un perrito". Es cagarse, y pasan a decir "TU perro se ha cagado". Y hablando de cagarse, tiene la extraña costumbre de que cuando está en pleno acto, me busca para mirarme fijamente a los ojos, como diciéndome: "y ésto para ti, jódete".
Pero vamos, que ya mas o menos tiene aprendido que donde se mea y se caga es encima de los periódicos, colocados estratégicamente en mi habitación con fotos de Esperanza Aguirre, Cristiano Ronaldo y la infanta Elena preferentemente. Lo malo es que el perro ha tomado los periódicos no solo como su cagadero particular, sino como un juguete, y se lía a mordisquearlos, dejando mi cuarto hecho una pocilga. Peor aún, en ocasiones hace estas cosas después de depositar sus residuos sobre los papeles, y después de tal actividad pretende lamerme. Yo que creía que nunca encontraría motivos para huir de mi cuarto, pues ya los tengo.
Y creí que nunca iba a poder decir esto, pero ¡tengo un perro que ronca! Y son unos ronquiditos taaaaan bonicos y taaaaaaan adorables que me quiero morir. Y también puedo decir que ¡tengo un perro que se persigue su propio rabo!
Bueno, y aquí os dejo unas fotillos, que lo estáis deseando. Dejad de babear, que se os jode el teclado y lo tenéis que utilizar para dejarme comentarios. ¡Sí, mamones, comentad, no seáis perros, que para eso ya tengo uno en casa!
P.D.: Lo de que me followeeis en Twitter no es coña, hacedlo o ahí se os cague una paloma en la cabeza y os tengan que amputar el cerebro. Solo tenéis que pinchar ahí arriba a la derecha y empezar a mandarme replyes. Ante todo, retuitead, es importante.
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