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26 de noviembre de 2012

El fin del mundo.

Pues ya queda nada, hermosos. El fin del mundo es dentro de poco y puedo presumir de que voy a llegar conservando aún parte del bronceado veraniego, soltero, y con algo de dinero ahorrado. (¡Ah! Y con este avatar en twitter). La virginidad me ha sido imposible. Llegado a este punto, mi vida se podría resumir en varias fases:
  • niño que jugaba él sólo a los Power Rangers.
  • niño crecidito que jugaba a príncipes y princesas con las niñas.
  • uy, pues esto de tocarme el pene me gusta.
  • mamá, es que el profe me tiene manía.
  • uy, pues esto de tocarle el pene a otros tíos me gusta.
  • mamá, te juro que no he bebido.
  • qué guay que trabajo en la guarner.
  • qué mierda que trabajo en la guarner.
  • asco de todo, coño.
  • a ver si llega ya el fin del mundo.
¡A mamarla!
¿Cómo os imagináis vosotros el apocalipsis? Porque yo lo veo con fuegos artificiales y aplauso final, bastante soso y decepcionante, la verdad. Lo de los huracanes, tsunamis y Godzilla lleva ya ocurriendo desde siempre sin ser fin del mundo, así que no me trago que vaya a ser así. La pena es que vamos a llegar teniendo los gobernantes que tenemos, lo cual puede retrasar bastante las cosas. Me imagino a España vagando por el espacio ella solita, endeudada, sin rumbo fijo.

Y supongo que habrá algún tipo de ceremonia. Habrá un resúmen de lo que ha sido la vida, con sus greatest moments y cosas por el estilo. O sea, un resúmen de la vida como el que ya hice una vez y que podéis consultar aquí. Y, ¿quién lo presentará? Apuesto por Ramón García, que estas cosas se le dan bien, acompañado por Rossie O'Donell, porque Oprah se sale de presupuesto, y con actuaciones estelares de Justin Bieber, El Koala, O-Zone, Apocaliptica (evidentemente), Camela, que están en todas estas cosas siempre, y Amy Win... Bueno, esta última creo que está indispuesta.

Luego supongo que cuando ya llegue el momento de lo que viene siendo el fin del mundo, todos los países se pondrán de acuerdo para que sea sincronizado, por lo de la diferencia horaria y eso. Como ya he dicho, en estas cosas España y una ciudad austriaca que se llama Fucking no se sabe muy bien cómo se apañarán. Y nada, lo que creo que va a ocurrir es que primero, así de repente, el mundo se quedará pausado. Puede ser divertido, porque nos vamos a quedar todos en plan petrificados, como en una foto, y algunos estaremos en el sofá, otros abrazando una farola, a otros les pillará cagando, con un poco de suerte a alguno le pilla follando... A los más sosos, pues como siempre, les pillará con los ojos cerrados o bostezando.

Y después de eso (todo esto son suposiciones, que tampoco he investigado mucho) nos desintegraremos porque el universo se contraerá. Lo que viene siendo como cuando te metes sopa ardiendo en la boca y soplas para dentro. Pues eso exactamente es lo que hará el universo. Solo sobrevivirán las cucarachas y los Rolling Stones. Y nada, nos juntaremos todos en una sala de espera del purgatorio, donde nos dirán si vamos a ir al cielo o al infierno. Todo bastante indoloro y carente de emoción, la verdad.

Mi consejo: llevad una rebequita, que nos pilla en pleno diciembre y va a refrescar, y si vais a poner música usad casquitos, que a los demás no nos interesa la mierda que estéis escuchando.

24 de noviembre de 2012

Hola, me llamo Puto Maiden y voy a una secta.

Bueno, esto es un poco vergonzoso para mí. Este año, el sitio donde estoy haciendo la carrera se ha convertido en un nido de Flanders. Desde el primer día de clase ya me intuía algo raro en el ambiente al encontrarme por las paredes de la escuela post-it pegados y globos por el suelo con frases estilo "persigue tus sueños" u "hoy es un gran día, sonríe". Claro, así pasa, que dedicándome a escribir guiones, lo único que me apetece es hacer historias de gente que quiere hacer volar por los aires su universidad con la ayuda de un tipo que dice que estuvo sometido a sondas anales durante 7 años y por otro que se dedica a la producción de cine pornográfico amateur y que cree ser la reencarnación de Jesús. Además, varios de mis profesores nos llevan tiempo advirtiendo que la gestión de la escuela parece manejada por un grupo de evangelistas hippies nazis budistas.

Este viernes he confirmado que estamos más chachi pirulis de lo que deberíamos. A principios de mes se nos envía un mensaje al campus virtual diciéndonos que habría clase extraordinaria y que la asistencia era obligatoria. No especificaba asignatura y estábamos citados todos los cursos avanzados, grados y másters de la escuela. Mierda, mierda, mierda. Venga, va, habrá que ir, a ver para qué nos quieren.

Pues bueno. Una coacher empieza a darnos la charla: íbamos a hacer terapia de grupo. Decía que en esa clase íbamos a entrenar las emociones, que íbamos a aparcar la racionalidad y dejar fluir el amor, la libertad, y no sé qué pollas más. Me acabo de enterar de que estoy en la academia de Operación Triunfo, y que debemos llorar unos con otros porque es muy fuerte todo lo que sentimos los artistas ahí dentro, que todo está magnificado. Lo primero que nos manda hacer es emparejarnos, y que uno de los dos le contara su historia al otro, sin réplica verbal, solo escuchando. Mi historia fue tal que así:

"Pues nada, que esta gente se cree que a mí el tiempo me sobra, y me han hecho venir para esta gilipollez, porque vamos, estarás de acuerdo conmigo en que ésto es la mierda. Y mira, ¿te has fijado en lo gorda que está Vanesa? Además es que no sólo es gorda, es que es una mezcla de la Gremlin esa que sale en la segunda parte con los morros pintados, la cerdita Peggy y la Pantoja de Puerto Rico. Y siempre está hablando de sexo, pero además es que lo hace con ganas, la muy jamona, que casi babea cuando lo hace. Mira, me dan arcadas. Y tendrías que ver su facebook, que solo sube fotos de su escote, ahí, los pechotes al límite entre lo que aún es carne y lo que es pezón. Y bueno, que eso, que me tenía que haber quedado en casa."

El asunto empezó a ponerse sectario cuando nos hizo agruparnos entre 5 y que hiciéramos un eslogan motivador y que lo expusiéramos en medio de la gente. En plan "si somos más, podemos lograrlo". Con acompañamiento de saltito, euforia, y esas mierdas. Claro, yo que soy así como tirando a cerrado, soso, muerto en vida, demasiado tío para ser marica y demasiado marica para mear en medio de la calle... Bueno, si hay alcohol por medio puedo suprimir todo éso, pero éso, dame alcohol. Pues eso, que yo no quería salir a hacer tal gilipollez. Claro, la coacher me miró como la monitora del campamento de boy scouts mira al niño que no se integra, y me ha intentado motivar con "venga, chicos, animémosle con un aplauso". ¡Váyase a la mierda! Ahora ya es que hasta se me han quitado las ganas de vivir. Flanders, que sois todos unos Flanders.


Y total, que yo y algunos compañeros que aún están en sus cabales nos hemos negado a hacer tal memez en público, y nos hemos quedado señalados por el resto. ¿Qué mierda de terapia de grupo es ésta? ¿Cuándo sacan los panfletos de la nave que nos va a sacar del planeta durante el fin del mundo en cuanto paguemos el donativo?

Y ya el colmo ha sido lo del abrazo. Sí, o sea, ir deambulando por el sitio abrazándote con todo aquel que te cruzaras. ¡Joder, que yo era feliz con mis movidas, mi individualidad, mis clases de guión en las que me cago en la mierda y escribo en las paredes, en las que los profesores me invitan a abofetear a los supuestos espectadores de mis escritos! Y ahora la coacher me está diciendo que sea asertivo, que tenga una actitud abierta hacia los demás, y que libere mis sentimientos. Mire, señora, usted me lleva a una discoteca, me pone un cubata, y soy el más asertivo, el más abierto, y ya te digo que saco mis sentimientos y me abrazo hasta al viejo que lleva poniéndome ojitos desde que entré y que seguro que guarda fotos de jovencitos como yo tocándose en su cama.

Bueno, que al final he huído. Pero hay gente que se ha quedado, y posiblemente el próximo día de clase me sienta como un extraño entre ellos. Estoy escribiendo un procedimiento a seguir en caso de ser abducido por ellos, y que espero que mis padres sigan paso por paso. El primer y único paso es que me metan un tiro y acaben con mi sufrimiento. Así. Radical.

19 de noviembre de 2012

Aquí manda mi polla.

Fuera tabúes y complejos, tíos. Ah, bueno, también acepto tías en el blog. Venga, vosotras también, fuera tabúes. Resulta que estoy intentando desarrollar unos guiones que me han encargado mientras en mi cabeza lo único que hay ahora mismo es un mono tocando unos platillos, así que me he venido a este nidito mío a ver si vislumbro algo.

Mi mayor problema cuando estoy en blanco es, principal y mayoritariamente, que solo se me ocurre una cosa: POLLAS. Hablemos de penes, pues. O sea, están ahí fuera, acechando, en la jungla de la sociedad, esperando, buscando víctimas, contenidas en slips, boxers, o al aire libre. No somos conscientes de que en cualquier momento nos puede atacar un pene. Yo estas cosas las pienso porque soy muy precavido. Y porque llevo como tres meses sin follar. O cuatro. Mira, no sé, tía. A ver, estamos a mediados de noviembre, que si le resto tres eso es...agosto...creo. Bueno, no sé restar meses. Pero vamos, que se acerca el fin del mundo y yo lo voy a recibir con telarañas en los cojones.

No me desviéis del tema. A ver, yo estaba hablando de pollas. Las hay pequeñas, grandes, enormes, normalitas, anchas, estrechas, torcidas, con forma de S, fimósicas,... Hay un subgénero de polla a la que yo llamo polla chupachups. No, a ver, no empecéis a pensar lo que no es. No tiene nada que ver con chupar. El nombre hace referencia al chupachups por la forma, que es estrecha, pero acaba en un glande desproporcionado. Como un chupachups. Que sí, que vale, también se puede chupar, pero vamos, que el nombre viene de la forma, no de la utilidad. Y hay otro tipo de polla que está como al revés, y eso ya no sé explicarlo. A ver, es como si coges una cuerda e intentas retorcerla, se queda como dada de sí. Pues a estos penes les pasa eso. Sus portadores no sé cómo se harían las pajas de adolescentes para terminar con su instrumento así, y tampoco quiero investigarlo, la verdad.

Os dejo a Zach Efron en pelotas porque sí.
A ver, tampoco quiero hacer ahora un tratado sobre este tema. Pero deberíamos aprender mucho de los penes. Me refiero a la sociedad. Al igual que una polla, cada vez que haya presión debería levantarse. Para que luego digáis que soy un superficial. Superficial, sí, pero soy capaz de mezclar insurreción del pueblo con pollas en una misma línea de texto. Además, la mayoría social piensa con la polla antes que con la cabeza. Y a esto se debe a que hoy nos gobierne Rajoy, porque un cerebro no piensa en dar su voto a semejante tipo. Y como hay mucha gente que no usa la polla para lo que realmente sirve, follar, o venga, para amar si nos ponemos ñoños, pues la usan para pensar, y así pasa. Vale, ya he dicho en párrafos anteriores que últimamente yo tampoco es que le esté dando el uso adecuado. Joder, ¡por eso estoy escribiendo semejante mierda!

Por cierto. Al parecer el esperma, aparte de tener no se cuántos nutrientes y L Casei Imunitas y yo que sé que más, sale disparado a una velocidad superior a 60 km/h. Hay coches que han sido multados por menos. Y que el chorro puede alcanzar los dos metros de distancia. Yo en la prueba de salto en educación física no hacía esa distancia ni de coña. Por lo tanto, un aplauso a las pollas.

P.D.: Soy consciente de que me ha salido un post vulgar y de un mal gusto que da arcadas. Sinceramente, me come la polla. Besis.

8 de noviembre de 2012

Mis aventuras en PW (Episodio XI: los hombres que esperaban hora y media para montar en los cochecitos).

Ahora que he dejado el imperio liderado por Piolín y que no volveré a ser reclutado hasta nueva órden, dentro de unos 4 meses, quería explicar brevemente porqué cuando vais a un parque temático o de atracciones esperáis tanto tiempo para montar en cualquier sitio. A veces es porque hay mucha gente y es inevitable, otras porque la atracción no da más de sí, pero otras sois vosotros los que provocáis esas colas interminables.

Aparte del absurdo de que muchas veces la gente ya se pone en la primera cola que ve, que parece que les gusta hacer cola, porque no me explico que muchas veces haya atracciones con casi una hora de espera para montar cuando las otras 40 están a 0, los motivos los voy a exponer en primerísima persona. Os lo resumo:

- ¡Ay, yo quiero ir en la derecha! ¡Ay, no, en la izquierda! ¡No, mejor en el centro! ¡Ay, no sé! ¡Ay, venga, sí, en la izquierda! Bueno, mejor no monto. 

Esto yo lo denomino como "persona que lleva treinta minutos esperando para montar y que hace esperar otros treinta minutos al resto para montar ella...o para no montar".

- Mira, hijo. Vamos a montar mi marido y yo. Aquí te dejamos a las niñas, a la abuela, las tres mochilas, la sombrilla, el paraguas, que lo hemos traído porque en agosto nunca se sabe, el carrito de las niñas, y, ¿nos puedes hacer una foto? ¡Ah, y el monedero, guárdalo también!

¿Van a ver a Lady Gaga? ¿A U2? ¡No! ¡Van a la atracción de Scooby Doo!
Y después de eso, explícale que no te quedas al recaudo ni de las niñas, ni de la abuela, ni de los objetos personales, y que no les vas a hacer la puñetera foto, y que monten de una santa vez. Te miran como si estuvieras amenazándoles con llamar a los servicios sociales por abandono de familiares, cosa que bien podrían merecerse. Y antes de ajustarles los arneses, se bajan tres veces más para recordar a las niñas que estén pendientes de la abuela, que la mujer está un poco desubicada en un lugar tan lleno de ruidos, lucecitas y gente alborotando. Si ella lo que quería era ir al baile de los domingos de la residencia, no a ver a Bugs Bunny.

- ¡Espera, no empieces todavía, que viene mi prima por ahí! - ¿Por dónde? - ¡Por allí! ¡Mira, es aquella! - 600 metros mas allá, la prima lucha por saltarse toda la fila de gente. - ¡Venga, prima, que ya empieza! - Pero la prima no ha esperado cola. - Es que viene de otra atracción y le estaba guardando el turno, que así aprovechamos mejor el día. - Pero eso no se puede hacer. - ¿Cómo que no? He esperado yo por ella. - Pues monta ella, pero usted no, entonces. - Pero yo quiero montar también. - Pues que su prima espere, como todo el mundo. - Pero queremos montar juntos. - Pues esperad juntos la cola. Pero no le guarde el turno. - ¡Esto es indignante! ¡Quiero hablar con un supervisor!

Lo peor de estas situaciones es que discutes con el hombre, con la prima, y con la gente que se queja porque no les has echado ya y la atracción está parada por su culpa. Que si por mi fuera, cogería un gancho como el de las máquinas de los recreativos y les habría sacado ya a ambos, pero está mal visto tratar así a los clientes, incluso a los pesados como esos.

- ¡Hola! ¡Somos un montón! - ¿Cuánto es un montón? - ¡Pues un montón! - En número, por favor. - Espera, que los cuento... ¡Dieciseis! ¡No, catorce! ¡Ay, no sé, un montón! - Caben nueve en cada unidad. - ¡Pero somos 18 y queremos ir todos juntos! - Solo caben 9 en cada unidad - Esperamos a la siguiente. - En la siguiente también caben 9 como máximo. - ¿Y qué hacemos? - Dividiros, obviamente. - ¿Dividirnos? ¿No podemos ir todos juntos? - ¡Que solo cabéis nueve! - ¡Ah, vale, entiendo! ¡Pues a ver! ¡La mama, el papa, el Richie, las tres Marías, el Paco, el José, el mariquita, y la Asun que pasen ya! - Van 10... Caben 9. - ¡Ay, hijo, mira que nos estás complicando! - Usted me está complicando a mí. Divídanse en dos grupos de nueve, por favor. - Entonces, ¿no podemos ir todos juntos? - ¡Que no! ¡Nueve por unidad como máximo! - ¡Rompefamilias! ¡Queremos hablar con un supervisor!

¿Cuántos dramas familiares habré provocado con situaciones similares?

Y bueno, éste es mi pequeño resumen de las cosas que hacéis la gente para contribuir a que el tiempo de espera en una atracción pueda aumentar unos quince minutos o más perfectamente evitables si llegárais organizaditos, preparaditos, y con las indicaciones de la entrada leídas cuando llegara vuestro turno.

3 de noviembre de 2012

Cómo ser frikie.

Llegamos a este último capítulo (por ahora) de mi guía hacia la felicidad. Los dos primeros fueron cómo ser gay y cómo ser gilipollas. Con total honestidad, creo que es lo mejor que ha pisado este blog desde que confesé haber vomitado delante de mi madre todo el alcohol ingerido en una noche.

Ser frikie no es nada sencillo y requiere unas sufridas normas a seguir. Lo primero a tener en cuenta: el que compra año tras año la camiseta de Cristiano Ronaldo no es frikie, es gilipollas. El que es adicto a "Mujeres, Hombres & Viceversa" no es frikie, es subnormal. El que es adicto a las pollas, no es un frikiepollas, es gay. A no ser que sea mujer, en ese caso es hetero. Y Paco Porras no es un frikie, es un freak, y de los chungos. Espero haber aclarado las dudas previas que os pueden asolar antes de introduciros en este mundo. Bien, pues vamos al tema.

Acude a todos y cada uno de los salones del manga y del cómic: esto es como ir a la Meca. Es tu cita, tu prioridad, sea donde sea, tú vas. Si a un pueblucho adentrado en la España profunda donde aún se creen que Carrero Blanco es el procurador de las Cortes le da por montar un salón del cómic, vas. Aparte, es una buena oportunidad de interactuar con otros frikies; pocas veces más vas a poder socialbilizar con alguien en eso que llaman vida real, tal y como observamos en el punto siguiente.

Matrix existe y es mentira: lo que los humanos llamamos "mundo real" es todo mentira, tal como nos explicó Keanu Reeves poniendo cara de tapia. Así que tu estancia en ese mundo se limita a ir a donde sea que estudies, a acudir a los eventos frikies de turno, o al Fnac. El resto del tiempo te encierras en tu cuarto, concretamente en tu ordenador o videoconsola. Ese es tu mundo real, esa es tu vida. Acompáñala de gusanitos, sprite y magdalenas.

¿Que para procrear hay que hacer qué?: puesto que la interacción con otras personas no tiene cabida en este mundo, follar ya ni te cuento. Ser capaz de hacerte ocho pajas seguidas sin que se te caiga la polla no cuenta como pérdida de la inocencia.

Aprende japonés: sirve para poder cantar las intros de tus animes favoritos, o sea, todos. Bueno, y para escribir en tablones de foros de internet y demostrar que chapurreas el idioma otaku. No te entenderá ni dios, quizá no te entiendas ni tú mismo, pero eso no es lo que importa, sino que quedas por encima de ellos.

Cosplay: en tu habitación debes de tener al menos un armario destinado a llenarlo de cosplays. Cuidado con esto, cosplay no es disfraz. Mata a quien ose llamarlo disfraz. O bloquéale en el foro donde hayas leído decir tal falacia.

Elige tu bando: tienes que tener claro si eres frikie de Star Wars o frikie de Star Trek. O frikie de Pokémon o de Digimon. O frikie de Super Mario o de Sonic the Hedgehog. Una vez decidido eso, a la guerra. Machaca a tu rival con todas las armas que cuentas: el teclado de tu ordenador e internet. El papel higiénico junto al ordenador no vale como arma arrojadiza. En todo caso, puedes hacerle una foto postpaja con el resultado y colgarla en cualquer subforo de tus enemigos para darles asco.

Hazte con todos: cuenta la leyenda que hay un bando de frikies de Digimon, pero todos murieron. Como tú elegiste el bando correcto, te has pasado la liga Pokémon como un millar de veces en todas sus ediciones y colores posibles. Incluso una vez se han agotado los colores y han empezado a hacer segundas partes de cada color, te la sigues pasando. Incluso cuando los Pokémon empiezan a parecerse más a una terrible mutación producto de la locura de un científico jugando a ser dios que a animales imaginarios con cierto sentido de la estética, tú te la sigues pasando.

Un héroe puede ser cualquiera: tal y como has aprendido de los cientos de cómics de superhéroes que abarrotan tus estanterías, tú también puedes ser uno de ellos. No puedes volar como Superman, ni tienes los billones de Bruce Wayne o Tony Stark, ni tienes las tetas de Wonder Woman, ni los genes de un X-Men. Y vale, tienes barriga, hace tres semanas que no te afeitas, la gorra que siempre llevas puesta de Green Lantern que tapa tu prominente calva empieza a estar mohosa, sufres halitosis, y sufres ataques de asma cada vez que corres más de 20 metros. ¡Pero puedes ser como ellos!

Eres un elfo del bosque sombrío con +4 de destreza, +8 de carisma, provisto de arco celestial y daga valyria: creo que queda todo dicho. ¿He mencionado ya lo de los gusanitos y lo de tu barriga?

No son muñecos, es coleccionismo:  tienes más muñecos que un hijo único cuando tiene 6 años. La diferencia está en que tú no los sacas de su envoltorio original, y que los tienes estratégicamente colocados por todas tus estanterias a modo de galería. Una pena que nadie entre a tu cuarto (excepto tu madre para ventilarlo de vez en cuando) para admirar tal museo.

Tienes twitter: y no una cuenta cualquiera. Tienes más followers que episodios de Dragon Ball, Naruto y Fullmetal Alchemist te has tragado. Lo cual te da derecho a menospreciar a todos aquellos don naides con menos de 1000 followers. Si un tweet tuyo no recibe FAV o RT en menos de 5 minutos tras su publicación, lo borras. Te gastas 30€ en cuenta premium de Favstar. Tuteas a los famosos como si fueran colegas de toda la vida. Y, como observamos en el siguiente y fundamental punto, eres un revolucionario.

Insisto, eres un revolucionario: convocas a las armas a todos tus followers. Cada vez que hay cargas policiales, te cagas en los muertos de los antidisturbios. Criticas a todos los políticos por igual. Te indignas. Alzas la voz cada vez que hay una injusticia social, o se prohíbe algo, o se aprueba una ley injusta. Todo esto desde tu fiel Mac, tu acojedor cuarto, y tu refresco al lado. ¿Que ver las manifestaciones vía Steam no es ser revolucionario ni estar indignado? ¡Como el que más! ¡Por tu orgullo de elfo que a revolucionario, rojo y antisistema no te gana nadie!

El eterno dilema: en una pelea a muerte, quién ganaría: ¿Spiderman o Lobezno?

Si eres frikie, aumentarás esta imagen y tendrás ña tarde echada.
Y aquí concluyo mi guía hacia la felicidad. Espero que esta trilogía os haya sido útil. En el futuro, Disney me comprará y hará nuevos episodios.