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31 de julio de 2011

Cosas por las que pienso que soy adoptado.

Tengo una familia chunga, qué le voy a hacer. Os mostraré un ejemplo: esta es la conversación de besugos que tuve con mi tío el catalán por FB.


Mi tío es muy majete y tolera muy bien las bromas, al igual que yo tolero las suyas. Pero es medio tonto. Esto es así, no hay hoja de vuelta. Bueno, pues resulta que este tipo de conversaciones trasladadas a la vida real ya no molan tanto, y menos si mi Trolldad está por medio. Mas que nada porque no atienden a argumentaciones y parten con la ventaja de tener el apoyo mutuo. Tener una conversación política con ellos, o sobre cualquier cosa de la vida, como la reproducción en cautiverio del pollo transalpino, se acerca mas a una pachanga de frontón donde una y otra vez la pelota es rechazada por la pared que a una conversación. Y cuando se cansan y no tienen réplicas que darme, sueltan su frase estándar tocapelotas: "soy mas viejo que tú y sé mas de la vida que tú", seguida por un complaciente "estás en una edad en la que crees que lo sabes todo". Que yo, con la mitad de edad que ellos, tenga mas nivel académico, cultural, y gramatical no se tiene en cuenta.

Mi familia, además, es muy de poner etiquetas a cada integrante de la misma: está el ya mencionado tío "el catalán", mi primo "el americano", mi tío "el churrero", y cosas por el estilo que apelan a su lugar de procedencia, a una profesión,... En mi caso, se ceban. Dentro de mi familia se me etiqueta como "el perroflauta", "el bolchevique", "el pirata", "el indignado", "Mourinho" (éste me mata y me aniquila),... Pero vamos, que no me lo tomo a malas. Mas que nada porque, aunque suene mal que yo lo diga, tengo una capacidad escabrosamente férrea para no ofenderme por casi nada, lo que hace que sus intentos por picarme resulten en vano. Es más, acaban cabreándose ellos solos porque no consiguen cabrearme. Estas situaciones acaban con mis tíos y Trolldad cabreados, y conmigo riéndome. Si me seguís desde hace tiempo, ya os habréis dado cuenta que me río de todo en cualquier situación. En un velatorio tengo que ser la caña.

Para rematar el día de ayer, porque la última vez que viví un encuentro familiar de estos fue ayer, cuando llegué a casa después de hacer mis cosas de perroflauta por la calle, mi Trolldad estaba a punto de irse a dormir. En su ordenador tenía puesto el FB (sí, tengo unos padres con Caralibro, muy vanguardistas ellos) y según me dirigía a mi cuarto me dejó el culo roto al decirme "tu amiga X y tu amiga Y del FB son muy majas". A ver, esto no resultaría raro si no llega a ser que las chiquillas de las que me hablaba resultaban ser... ¡Patitiesa y Carola Igrexas! Resulta que en mi ausencia de vida 2.0 las pobrecillas tuvieron un encontronazo con Trolldad a raíz de una publicación mía criticando la subida del precio del billete de metro sencillo (cagüenlaputaEspedeloscojones), en la que Trolldad decía que los que protestamos por cosas así vivimos de los padres, que no tenemos un puñetero gasto... pero ellas le dieron caña fina. Estuve aplaudiendo y riéndome a carcajadas un buen rato. Además, la faena la remataron FreakyPsychoBoy y mi madre trolleando a Trolldad diciéndole literalmente "te recuerdo que tu también viviste con tus padres hasta los 28 años y que tu primer coche te lo regaló el padre de tu ex-novia". Al estar twitteros-blogueros abrazables implicados por medio que no tienen culpa ninguna de que Trolldad sea, como dijo Patitiesa, el Andritxol de FB, me reservo la conversación como secreto de sumario.

Pero vamos, que no sufráis por mí. Además, mis padres se han ido a la playa, y me he quedado bien a gusto yo solito en casa con la única compañía de mi perro. Y quizá monte una fiesta o algo.

24 de julio de 2011

¡TETAS! No, en realidad vengo a decir que el fútbol me toca los cojones.

Yo soy de los que piensa que el fútbol es un deporte en el que 22 tíos cuyo cuarto de baño es tan grande como mi casa corren detrás de la misma pelota. No siempre he pensado así, pero ahora sí. A ver, el fútbol como tal me gusta jugarlo, pero ver un partido me aburre sobremanera. ¡Con lo futbolero que yo he sido! Para que os hagáis una idea, hasta los 11 años yo en el patio de mi casa de Pozuelo me organizaba mis propios partidos, con competiciones hechas por mí, y tenía cuadernos donde anotaba las estadísticas de tales partidos. ¡Hasta retransmitía los partidos, que mas de una vecina ganas tenía de tirarme un tiesto a la cabeza del jaleo que armaba! Lo tenía todo superorganizado.

Pero vamos, que en este momento de mi vida, el fútbol, dicho vulgarmente, me la pela. Y cualquier deporte en general. Excepto la tauromaquia, que siempre estoy deseando que el torero salga con menos peso en la entrepierna que con el que entró a la plaza. Pero hablamos de fútbol. Es un deporte que se ha vendido totalmente. Si nos centramos en la liga de Espain, hace 10 años había 4 o 5 equipos que aspiraban a ganarla desde el principio. Hoy en día, solo 2. ¿Eso es divertido? El fútbol es algo así como si cada vez que leyeses tu horóscopo, se cumpliera. Y confieso que yo era del Mandril cuando todavía le quedaba un poco de ética deportiva. He sido tan seguidor del Mandril, que a los 15 años me gasté 60€ en una camiseta. A esa edad, los hay que se meten en el mundo de las drogas, y los hay que hacen cosas absurdas. Yo soy de los segundos. Lo mas patético de este equipo es que sin lograr nada, se vanagloria de la gran temporada que ha hecho.

Creo que mi desencanto con este deporte se debe al fanatismo que le rodea. Yo ya no distingo un partido de fútbol de una reunión del KKK. El fútbol es causa de interminables disputas, cabreos, discusiones,... ¡He visto gente irse a la cama sin cenar porque su equipo ha perdido! ¡He visto gente liarse a galletazos entre sí por ser de distintos equipos! Trasladado a mi mundo, esto equivaldría a que dos personas se pelearan porque uno ha elegido a Charmander y el otro a Bulbasaur al principio del Pokémon azul.

Aparte de que es un deporte donde la gente que mas repercusión tiene es portuguesa. Vamos a ver, cualquier cosa donde Portugal tenga protagonismo no merece la pena. Esto es así desde siempre. ¿Qué saben hacer los portugueses aparte de llorar y vender toallas? Joder, que es gente que no sabe ni afeitarse bien el bigote. Vale, este párrafo carece un poco de sentido. Pero es que cualquier excusa es buena para meterse con Portugal.

Hablemos de los futbolistas. Son personas, a falta de otra palabra mas adecuada, que trabajan un par de horas diarias, cobran lo que ni tú ni yo cobraremos en nuestra vida, cuando juegan mal se excusan en que llevan muchos partidos seguidos jugando (¿WTF?), y que se permiten el lujo de dejar plantada a la empresa que les tiene contratado (el equipo para el que juegan, vamos) si no les aumentan la nómina. Decidle a vuestra empresa que no volvéis a trabajar hasta que os aumenten el sueldo o que mañana no vais a la oficina porque lleváis muchos días seguidos trabajando, veréis dónde os manda. ¡Que los futbolistas han amenazado con hacer huelgas! Un apoyo enorme a los camaradas futbolistas. Es que suena mal, no me jodas.

Os juro que no he retocado nada.
Y pese a todas esas mierdas, la gente defiende a los futbolistas como si fuesen mártires. Aquí entra el factor clave para entender que el fútbol es una gilipollez sin precendentes: el aficionado al fútbol. A grandes rasgos, el fútbol es un deporte visto por pobres y jugado por ricos. Me hace mucha gracia ese señor que sale por la tele con su entrada para la semifinal de la Champions y que dice orgulloso "este mes me quedo sin comer, pero este partido no me lo pierdo". ¡Tú lo que eres es un absurdo y un cutre! ¡Seguro que mas de una vez has rechazado una noche de pasión con tu señora, novia, o lo que tengas, por ver ese partido tan esperado y tan importante para ti! Seguro que si hacemos una encuesta a nivel nacional para ver qué prefiere el españolito medio, si el sexo o ver a Cristiano Ronaldo marcar un gol, saldría lo segundo.

Y un último dato: el 90% de los futbolistas son feos. Para mas información, consultad esta entrada que escribí cuando Yoda todavía no usaba bastón.

20 de julio de 2011

Los jodidos Power Rangers marcaron mi infancia.

Ayer tuve jornada nostálgica con unos amigos y empezamos a recordar todo lo que nos tragábamos por televisión de pequeños. Hablamos de Dragon Ball, Saint Seiya, Chicho Terremoto, Pokemon,... Pero fueron los putos Power Rangers los que definieron mi infancia. Yo era fanático, admiraba de ellos desde sus bailecitos acompañados de alguna frase cliché que precedían alguna pelea (que por entonces me parecían la pera limonera) hasta la facilidad con la que los Megazords destruían edificios como si fuese de cartón piedra... ¡Eran de cartón piedra! Crecer ha hecho que pierda esa ingenuidad y esa facilidad para creérmelo todo. Porca miseria.

El opening era la puta ostia consagrada, acompañada de un hilo musical flipante:



Los Power Rangers eran cojonudos. Todos los capítulos (hay que tener en cuenta que hay mas capítulos de Power Rangers que de Los Simpsons) tenían el mismo esquema repetitivo, pero que aún así no me cansaba de verlo día tras día tras día,... Esto era: cinco adolescentes salen del instituto, una cabeza gigante les llama a través de sus relojes de muñeca, se teletransportan a su base, se metamorfosean, se pelean con las masillas, se pelean con el monstruo de turno, el bicho se hace gigante, los Rangers se montan en el Megazord, destruyen media ciudad, pero matan al bicho. Y para terminar el capítulo, Bull y Skull hacen alguna gilipollez.

Siempre era así. Existían ligeras variaciones, e incluso había capítulos dobles. Pero la tónica no cambiaba nunca. Y yo me quedaba embobado tarde tras tarde. La serie evolucionó en varios sentidos: echaron a Trini, asiática, la Power Ranger amarilla, y a Zack, negro, y que, efectivamente, era el Power Ranger negro, para sustituirlos por una afroamericana que sería la amarilla, y un asiático para ser el negro. También echaron a Jason, el Power Ranger rojo, que había perdido protagonismo al ceder el liderazgo a Tommy, que fue el Power Ranger verde hasta que se convirtió en el blanco. Este tío flipaba a la peña porque tenía escudo. A mí me caía mal. Las masillas evolucionaron también: las originales fueron sustituidas por unas masillas que tenían seta de emergencia en forma de Z en el pecho. Y los robots de dinosaurios fueron sustituidos por otros mas cutres.

Luego hice la colección de cromos y de muñecos. Estaban los muñecos de 12 cm, los de 18, los que intercambiaban la cabeza, los megazords (cuyo máximo entretenimiento era montarlo y desmontarlo en bucle), los muñecos de los malos (¡yo tenía a Goldar y al esbirro del botijo!), las motocicletas, los disfraces,... Yo tuve todas esas mierdas, mierdas por las que ahora se pagan 600€ en ebay (¡¡¡jodeeeeeeeeeer!!). ¡Incluso había circos que traían a los Power Rangers! Que luego resultaba que eran unos trapecistas con pijamas de colores, y el chasco no podía ser mayúsculo. Mas tarde vino la película, que con el tráiler prometía ser lo nunca visto, la mejor película de acción de la década,... Yo flipé viéndola, no entendía cómo era posible que mis padres se quedaran dormidos viéndola.

¿Y a que no adivináis a qué jugaba con el resto de compañeros en los recreos del colegio y por las tardes en el patio de mi portal? ¡¡A los Power Rangers!! Yo siempre era Billy, el Power Ranger azul. Siempre fue el que mas me gustó. A veces nos tomábamos el juego tan en serio, que alguno acababa sangrando.

Ninguno de aquellos actores tuvo futuro...al menos en cine comercial. Cuenta la leyenda que uno de ellos acabó haciendo porno gay. Y que otro cometió homicidio con unos tíos que le miraron mal. El caso es que esta serie sigue existiendo, y las películas las podéis encontrar en Fnac y en Mediamarkt. No, nunca he tenido la tentación de comprármelas, ya tuve la primera en VHS (y el videojuego para la Megadrive, que era un puto vicio), y no quiero verla de nuevo y descubrir que era una mierda con mensajes subliminales para que los niños se alistaran a la marina.

18 de julio de 2011

Mi perro.

Ya estaba tardando en dedicarle una entrada. Quien me siga en twitter (si estas aquí y no lo haces te deseo ardores de estómago seguidos de estreñimiento permanente) ya se habrá dado cuenta de que he traído a vivir conmigo a un cachorro al que he llamado Psycho. Mas que nada porque en los últimos días me he dedicado a hablar de él mas que de otra cosa (a falta de ingenio para tweets cañeros e hijoputosos, pues tweets moñas, que dicen que con eso también se liga). Es un beagle taaaaaan mono y taaaaaan simpático que me dan ganas de fotografiar hasta sus mierdas. Preciosas, por cierto.

El flechazo entre el perro y un servidor fue instantáneo. El hombre que me lo dio me lo puso en los brazos, y me puse a expulsar lágrimas de los ojos como una chica viendo Pretty Woman en época de menstruación. (Yo no lloro, yo expulso excedente de lágrimas, ¿vale?) Y él se meó encima mía. Intercambio de fluidos corporales, nos marcamos mutuamente. Vale, lo suyo era mas porque estaba acojonado. Sus lloriqueos, aullidos e intentos por meterse en cualquier rincón intentando esconderse de cualquier cosa que pareciese humana marcaron sus primeros días en casa. Yo no podía dormir no solo porque no me dejaba, sino por miedo a hacerlo y que al despertarme lo encontrara atrapado en el interior de una cañería.

Pero vamos, que el cabrito pronto cogió confianza y empezó a tomar como juego habitual el morderme los cordones, las manos, los pies cuando estoy descalzo, correr entre mis piernas haciendo que en mas de una ocasión casi me estampe contra el suelo por no pisarle, y saltar sobre mi cara para arañármela cuando estoy tirado en el suelo con él. Y bueno, en casa se le ha aceptado bastante bien...more or less. El perro es uno más, excepto cuando se mea y se caga, que pasa a ser "tu perro". O cuando me voy de casa, que pasa a ser "tu responsabilidad". ¿Acaso les voy diciendo a mis padres cuando me encargo de mis hermanos "tus hijos, tu responsabilidad"? Vamos, mis padres hablando con las vecinas dicen "tenemos un perrito". Es cagarse, y pasan a decir "TU perro se ha cagado". Y hablando de cagarse, tiene la extraña costumbre de que cuando está en pleno acto, me busca para mirarme fijamente a los ojos, como diciéndome: "y ésto para ti, jódete".

Pero vamos, que ya mas o menos tiene aprendido que donde se mea y se caga es encima de los periódicos, colocados estratégicamente en mi habitación con fotos de Esperanza Aguirre, Cristiano Ronaldo y la infanta Elena preferentemente. Lo malo es que el perro ha tomado los periódicos no solo como su cagadero particular, sino como un juguete, y se lía a mordisquearlos, dejando mi cuarto hecho una pocilga. Peor aún, en ocasiones hace estas cosas después de depositar sus residuos sobre los papeles, y después de tal actividad pretende lamerme. Yo que creía que nunca encontraría motivos para huir de mi cuarto, pues ya los tengo.

Y creí que nunca iba a poder decir esto, pero ¡tengo un perro que ronca! Y son unos ronquiditos taaaaan bonicos y taaaaaaan adorables que me quiero morir. Y también puedo decir que ¡tengo un perro que se persigue su propio rabo!

Bueno, y aquí os dejo unas fotillos, que lo estáis deseando. Dejad de babear, que se os jode el teclado y lo tenéis que utilizar para dejarme comentarios. ¡Sí, mamones, comentad, no seáis perros, que para eso ya tengo uno en casa!



P.D.: Lo de que me followeeis en Twitter no es coña, hacedlo o ahí se os cague una paloma en la cabeza y os tengan que amputar el cerebro. Solo tenéis que pinchar ahí arriba a la derecha y empezar a mandarme replyes. Ante todo, retuitead, es importante.

10 de julio de 2011

Libres domingos y domingas.

Hace tiempo que no me meto con nadie, así que ya va tocando. Los fines de semana (para vosotros, que los libráis, cabrones) serían perfectos si los mismos desechos sociales no se encargaran de estropearlos siempre: los domingueros. Analizando al dominguero obtenemos a un tipo entrado en edad adulta, líder de su núcleo familiar, amante de su propia rutina, que intenta escapar de ella haciendo una excursioncilla el domingo de turno. Reconoceréis al dominguero por ir enseñando las tetas, rodeado de su dominguera esposa, de la abuela, de los nenes en pelotas, los cuales hacen tales actividades por imposición, y cargando con mochilas provistas de materiales para un viaje de 15 días, pero que solo van a emplear durante un fin de semana.

El dominguero necesita aprovisionarse de su cámara de fotos y de vídeo, y con ellas hará fotos y vídeos a todo cuanto le rodea para demostrarse a sí mismo que hace cosas interesantes en la vida. Ningún cartel de "prohibido hacer fotografías" le impedirá tomar su preciada instantánea. E incluso arriesgará su vida por colocarse en el sitio adecuado para obtener ese ángulo tan súmamente cojonudo que se le acaba de ocurrir. Luego todas esas fotos se quedarán archivadas en una carpeta del PC, y cogerán polvo informático de no abrirlas. Hasta que llegue la visita de turno a su casa y tenga que sufrir las consecuencias de tal visita: tragarse las fotos y los vídeos de las excursiones domingueras del dominguero comentados en directo por sus protagonistas: "y esta es la abuela echándose la siesta, y éste es Luisito a punto de caerse y abrirse la cabeza, y esta es la Merche echándose crema, y...". So interesting.

El dominguero se aplica a sí mismo una norma básica y primaria: lo importante no es saber, sino aparentar que se sabe. No tiene ni puta ideas de ponerle cadenas a las ruedas del coche, pero ahí se va él con su camada a pasar el fin de semana a la nieve. ¿Que hace sol? ¡Vámonos al lago! ¿Crema solar? ¿Para qué? Y el próximo domingo estaría bien visitar el zoo. ¡Niños, dad cacahuetes a los monos, que son muy graciosos, y así yo aprovecho para hacerles fotos! ¡Uy, pececitos! ¡Tomad flashazo, me importa tres mierdas que os quedéis ciegos, yo quiero mi foto! ¿Y por qué este domingo hay tanta gente en el parque de atracciones? ¡Yo que me las daba de listo e ignoraba la existencia de otros domingueros de mi misma especie! Y hay que ver lo limpia que es esta playa. ¿Qué hago con el pañal del niño? Lo entierro debajo de la arena, que no molesta a nadie, y aquí no ha pasado nada.

El dominguero es de esa clase de gente que se salta las normas aplicando su propia norma autóctona: ¿qué puede pasar? "Prohibido hacer barbacoas", pero, ¿qué puede pasar por encender una pequeña fogatilla para los chorizillos? "Prohibido bañarse", pero, ¿qué puede pasar si el río apenas tiene visibilidad y estamos en plena selva amazónica, y todo el mundo sabe que los cocodrilos no atacan al ser humano? "Prohibido sacar los brazos", pero, ¿qué coño? Estoy muy loco y los saco, nadie ha perdido un brazo por...¡OH, WAIT!

Frase mas utilizada por el dominguero: "¿a que nos vamos a casa?". Utilizada siempre contra sus nenes, quienes están deseando irse a casa, y que para su desgracia, tal pregunta es retórica, porque no se van a ir a casa hasta haber amortizado el dinero que papá se ha gastado. Y aquí se deja en evidencia que el dominguero no hace excursiones para pasárselo bien, porque él bien que se hubiese quedado en casa tirado en el sofá, con su cerveza en la mano y su tripa colgando mientras ve algún documental sobre la reproducción de la golondrina gallega. El dominguero hace excursiones, aparte de para amortizar la réflex que no tiene ni puta idea de manejar y la pone en modo automático y que le costó medio sueldo del mes de abril, para que cuando vea de nuevo a su cuñado, probablemente dominguero también, tenga tema de conversación cuando hayan explotado al máximo la amena charla de hora y media acerca de la cartera de fichajes del Mandril. Y luego hablan de su sueño mas húmedo: tener su propia autocaravana con la que ir arrasando por todas las carreteras comarcales que caben en la guía Repsol. Que esa es otra, si un dominguero no tiene plan para el fin de semana, aprovecha para lavar el coche. Aunque vaya a llover. Aunque esté tan limpio que se pueda comer sobre la chapa.

Y vamos al punto mas característico del dominguero: sus destinos turísticos. El dominguero rechaza salir al extranjero siempre que le sea posible. Primero porque no tiene ni puñetera idea de cualquier idioma ajeno al castellano, que ya le cuesta hablar, y no quiere verse en la situación de pedir un filete poco hecho en un restaurante donde el camarero no le entienda. Y segundo, porque "Espain es grande y hay mucho que ver". Aunque hay domingueros nivel 7 que osan salir al extranjero, no solo españoles, porque la cultura dominguera es internacional. Se han encontrado yacimientos domingueros en las islas de Pascua, para que veáis hasta donde llega tal movimiento. El siguiente vídeo refleja perfectamente ésta realidad, y con ello me despido antes de que un movimiento de domingueros indignados por este post acampe debajo de mi ventana:



P.D.: Procuraré hacer esta semana el post de mi perro. Estoy esperando a que sepa echar la primitiva para poder presumir de ello.

7 de julio de 2011

Entrada para demostrar que sigo vivo

Hola, amigos y amigas. Soy consciente de que no he actualizado en una semana y pico. Pero es que mi vida va a ritmo de Jazz Bebop últimamente. Y con mi trabajo y sus horarios flexibles para la empresa pero no para mí, cuando llego a casa no tengo inspiración para ponerme a escribir aquí. Así que antes que publicar cualquier post que pudiese quedar decente y que salga cualquier mierda por mi ausencia de neuronas útiles, prefiero dejar testigo de que estoy bien, de que sigo vivo, que no me busquéis en el fondo de ningún río ni en ninguna zanja.

A ver, os actualizo mi vida, que sé que os interesa, por eso os metéis aquí antes que en páginas pornográficas. El sábado pasado tuve desvirtualización masiva durante el Orgullo: conocí a Carola Igrexas, a Callaquenoveo y a Chichinabesca. Ellas iban super felices y dándolo todo a pleno pulmón, y yo iba demasiado sobrio debido a que la noche anterior ya me había bebido todo lo bebible en Polvoranca, donde un amigo hetero y una amiga lesbiana me confesaron que yo soy su primera opción sexual en caso de que se planteen su acera. Y durante el Orgullo también conocí a FreakyPsychoBoy, simpatiquísimo él. Resulta que es algo mas alto que yo, el mamonazo. Y le debo un trago de red bull. Y vimos gente vestida de regalo, tetas, culos, negros haciendo mitosis, y cosas por el estilo.

¡¡¡Y he convencido a mis padres para traer a vivir conmigo a un puto beagle!!! A ver, en primer lugar iba a ir a recoger esta misma tarde a un cachorrillo a Las Rozas, pero el tío que me lo iba a dar se ha rajado, y por eso le odio y voy a demoler algunos edificios en su pueblo. ¡Pero ya lo he solucionado! Ya he contactado con otro hombre que me va a dar un cachorrillo esta tarde, aunque tengo que ir a donde Cristo perdió la decencia. Así que voy a ser padre.

¡¡¡Y voy a ir a ver a los putos Iron Maiden!!! El amigo que ya he mencionado antes, el que se liaría conmigo si le molaran los tíos, me regala una entrada al Sonisphere, así, sin chantaje ni nada, simplemente porque me quiere y me ama y quiere lo mejor para mí. ¿No es genial?

Así que soy feliz. Y estoy tan moñas que podría resucitar un hada. Os dejo un par de vídeos por hacer esto interesante de cuando me emborracho y de cuando me aburro en mi trabajo. Como no se me ve en ninguno, pues puede pasar como que ese que habla no soy yo. Posiblemente me arrepienta pronto de subirlos, así que sed rápidos en verlos antes de que me dé por borrarlos. Sed buenos y no hagáis nada que yo no hiciese.

P.D.: Para quien se queje de que no actualizo esto, que me followee en Twitter, coño, que ahí estoy a todas horas.