La cuestión es que en mi vida han ocurrido dos cosas trascendentales en los últimos meses. La primera, la asignatura de Guión de no ficción. No tenéis ni la más remota idea de la de genialidades que se pueden hacer en televisión camufladas bajo el marco de la telebasura a la que estamos sometidos, la de mensajes positivos y de "rebeldía" que puedes mandar a la audiencia en un reality, en un late night show o en el programa de Ana Rosa. Mira que era una cosa que no me llamaba en absoluto la atención, y más tras mi experiencia en las prácticas que hice en TVE donde aprendí a hacer sudokus y a evitar por los pasillos a Anne Igartiburu porque a los becarios nos miraba mal. Pero es que desde la primera clase ya salí entusiasmado queriendo hacer guiones para alguna productora privada, que la televisión -ejem- pública, aparte de casposa, es aburrida.
La segunda cosa trascendental fue la visita a "El Intermedio". ¿Qué os voy a decir? ¿Veis cómo es Wyoming en la tele? ¡Pues en persona es igual!
"Tengo la voz un tanto delicada por el fin de semana. Así es mi vida, estoy deseando que llegue el lunes para trabajar y poder descansar." Así se nos presentó. Un crack, lo que os digo. Pudimos disfrutar poco de él, que el hombre llevaba prisas. Algo más de tiempo pudimos charlar mis compañeros y yo con Thais Villas, quien nos dijo que hay ¡15 guionistas! en el programa, y que gracias a ellos se le pueden parar los pies al presentador. "Si no fuera por ellos, se ponía a hablar y te completaba los 50 minutos de programa él solito, que a este hombre le das cuerda y no para", nos decía.
Ya me pasa la mano sobre el hombro, en plan confi, tío. |
1 comentario:
Yo me río un montón con el Intermedio :-D, así que es buena idea, claroquesí.
Seguro que lo harías genial :-D
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