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2 de mayo de 2012

Mis aventuras en PW (Episodio X: los señores que no sabían ponerse un cinturón de seguridad).

Si hay una atracción más parecida a una jodida feria gitanorumana, esa es los coches de choque, los autos chocones en HOYGAN. Antes creía inexplicable y paranormal el éxito que tenía esta mierda de atracción, y más sabiendo que la que hay en mi trabajo tiene una pista pequeñita, con masificación de coches, los cuales no alcanzan más velocidad que la que puede alcanzar Mariano Rajoy cuando ve cámaras a la salida del Parlamento. Es más, él es más rápido. Pero ahora he hallado la respuesta: los coches de choque tienen éxito porque la gente es gilipollas. Mira que he intentado buscar una respuesta que no fuese esa, pero es que no la hay. La respuesta es esa, y punto.

Lo primero que te enfrentas es al padre tocapelotas al que tanta ilusión le hace montar con su nene que apenas se sostiene en pie.

- Va conmigo. - te dice, mientras te aparta al niño cuando intentas medirle.

- No, tiene que medir más de 1'05 para montar. - le dices sabiendo ya que ese niño no monta.

- No te preocupes, va conmigo. - insiste el señor, sabiendo ya que su niño no monta.

Venga, el dibujo está currado.
Al final te intenta negociar, regatear, le alarga el cuello al niño para ver si así llega a la estatura, le pone zancos, le hace un tratamiento ortopédico en las rodillas y otro hormonal para adelantar el crecimiento,... El niño al final llora, con el cuello jirafa, las piernas a lo flamenco rosita, pero el padre se resta la culpa con un contundente: "VÁMONOS, OMAR FEDERICO (sí, los niños en la guarner se llaman así y visten como Pin y Pon), QUE ESTE CHICO NO TE DEJA MONTAR." Que a los pocos segundos regresa cuando tú ya le habías despachado, con el niño lleno de mocos dando berridos en sus brazos, y te pregunta de manera acusadora y tan dramática como una obra de Shakespeare: "¿ES QUE NO TE DA PENA VERLE LLORAR?". Y tú te sacas el hijoputismo de Quevedo y le respondes secamente: "NO". Fin del asunto.

Luego están los chonis, que vienen en grupos de 40, quieren un coche para cada uno, se suben por las paredes, saltan las vallas aunque tengan una puerta al lado, te llenan la atracción de mierda y gritan como si les fueran a multar por no hacerlo. Los líderes de la manada se colocan en el coche sentándose en el respaldo, y me encanta eso de llegarme y ponerme junto a ellos y decirles: "venga, CAMPEÓN, ahora bien sentadito." Sí, van de chulitos, pero luego no tienen ni puta idea de conducir. Vamos, como en las carreteras de verdad. Y siempre repiten. Porque los coches de choque para ellos es como la Meca, debe de haber alguna especie de fuerza espiritual invisible que les atraiga y les otorgue paz y armonía. No sé, misterios. Que vamos, que ir a un parque temático donde hay cuatro montañas rusas que son la polla y pasarte el día en una atracción que encuentras en cualquier feria, y mejor, y en las que además hay más tipos de tu especie con los que puedes interactuar, me parece de subnormalito nivel Borbón.

Luego está el tema de ponerse el puto cinturón. Que es un puto y jodido cinturón. Coges uno de los tres que tienes para elegir, metes un bracito y la cabeza por dentro, y ¡TACHÁN! ya lo tienes puesto. Pues no. Aquí la gente se vuelve subnormal. Se lo ponen alrededor del cuello (divertida manera de querer suicidarse, pero no en mi atracción, baby), o se protegen un brazo (al resto del cuerpo que le den por culo) o alrededor de la barriga (como tengas un golpe más fuerte de lo normal tu bazo acaba en la pista y verás que risa). Los hay incluso que hacen nudos. Que yo conociendo la atracción lo he intentado y no he podido. Lo más gracioso es cuando el papá monta con el nene, el nene se pone bien el cinturón, el papá se lo coloca mal, tú se lo vuelves a colocar bien, y el nene le dice: "TE LO DIJE." Luego ya viene el collejón de turno del papá por dejarle en evidencia, el niño llora y el padre replica: "Calla, Felipe Gael, o nos vamos a casa. NOS VAMOS A CASA."

No puedo obviar las típicas inquietudes del visitante medio en esta atracción:

- ¿Cómo se va marcha atrás?
- ¿Cómo se frena?
- ¿Esto para qué sirve?
- ¿Hay que pisar el pedal para acelerar? (LO TENEMOS DE ADORNO, QUE ESE AÑO SOBRABAN PEDALES).
- Ponlo flojito que no quiero chocarme con nadie. (WHAT DA FUCKING FUCK?)
- ¿Hay que pagar?
- Somos 34 y queremos un coche para cada uno.

Y lo más disfrutable: pasar al lado del típico señor con las gafas de sol sobre la cabeza: "Señor, como se le caigan a la pista se queda sin ellas." Te dice: "No te preocupes". Vuelves a pasar: "Guardelas, que se le pueden caer a la pista, Y SE QUEDA SIN ELLAS." Y te vuelve a decir: "No pasa nada." Pues ala, primer choque, las gafas a la pista, y venga, uno, dos, tres, cuatro, cinco coches que pasan sobre las gafas, salen chispas, al señor se le desencaja la mandíbula, intenta desesperado cogerlas en vano, te mira impotente, 300 euritos de gafas a la mierda, mientras otros cuatro coches se encargan de rematarlas. Termina el ciclo, recoge los restos, y casi llorando te dice: "Se me han caido, ¿qué puedo hacer?". Comprarse otras, caballero. Y no me pregunte porqué no he parado, porque recuerdo muy bien cómo insistió en que no me preocupara. Yo me he limitado a obedecer órdenes. Ala, marchando. 

Recordad, si vais a la guarner, soy el empleado simpático.

P.D.: Para los raritos que no lo hayan escuchado ya. TEMAZO.

1 comentario:

Murciégalo dijo...

ahhaahaha buenísimo : )