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5 de diciembre de 2012

21th Century Slaves.

Aquarius  nos engañaba. El ser humano no es extraordinario, al revés, es más simple que una ameba. Tantos milenios de evolución para acabar haciendo fotos de lo que se va a cenar, publicarlo en Facebook con el subtexto "mirad lo que voy a cenar" y esperar que haya alguien lo súmamente gilipollas al que le interese y pinche en "me gusta". Y ya con eso somos felices. You made my day, bitch.

No hay criatura más triste. Nos pasamos la vida pensando que somos especiales, pensando que vamos a hacer cosas, que estamos tocados por alguna especie de gracia divina. Tres mierdas te comías. Nos tomamos a pecho la estructura "nacer, crecer, reproducirnos (a veces ni eso) y morir". Nuestra vida es rutina. Nos levantamos, nos quemamos con la leche, se nos cae la tostada, pasamos X horas en el trabajo/universidad/sofá, volvemos a casa, intentamos mear sin salpicar fuera de la taza, cenamos, vemos un capítulo de alguna serie de mierda, publicamos en Instagram lo que hemos cenado y a dormir. Para equilibrar la balanza se nos conceden un par de días libres a la semana en los que nos emborrachamos/drogamos/tiramos en el sofá/tenemos sexo de dudosa calidad, y ya con eso nos sentimos realizados.

Y además es que nos complicamos la existencia y engañamos a nosotros mismos con cualquier mierda. Que nos vamos de vacaciones, nos vamos todos en las mismas fechas para aprovechar bien el tiempo en un monumental atasco que nos retiene durante tres horas. Que hay partido, nos ponemos todos frente a la TV a ver si nos llevamos una alegría gracias a las hazañas de esa gente a la que tanto le importamos que se llaman futbolistas. Que llega la Navidad, pues todos decimos que menudo asco de fechas pero bien que ponemos el arbolito. Que hay crisis, pues todos a una a protestar...en el bar de la esquina. Y si hay poco trabajo, mejor será aceptar esa oferta de esclavitud a 3€ la hora que no hacer nada. Y si alguien hace lo contrario, está loco, insano, esquizofrénico, es una bruja, ¡¡¡sacrifiquémosle a nuestro diooooooos!!!

Y ahora gritemos todos juntos que somos libres y superindependientes y que estamos todos crazies del pussy porque hacemos lo que nos sale de ahí mismo. Mira, así os lo digo: JÁ....JÁ....JÁ. Esperad, por si no os ha quedado claro: JÁ. La diferencia entre el esclavo de la antiguedad y el moderno es que el de antes iba encadenado y el de ahora es inalámbrico.

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