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31 de enero de 2013

A veces sueño cosas.

Rara vez me acuerdo de las cosas que sueño cuando duermo, pero como estoy enfermo, con fiebre, mezclando paracetamoles e ibuprofenos con zumitos de todos los sabores, agonizando, viendo santos y dragones, y delirando, pues fíjate tú que me acuerdo de lo que soñé anoche. Que dormir dormí poco, porque cualquiera que me viera diría que solo me falta hablar arameo para estar ante un evidente caso de posesión demoniaca.

Voy directo al sueño que me pierdo. Al tratarse de mi sueño, el protagonista era yo, obvio. Me encontraba en la universidad, pero no en mi escuela ni en la universidad a la que pertenece, no, sino en la Carlos III de Leganés, que yo solo he entrado ahí para acompañar a amigos o para tirarme en el cesped del campus a jugar al mus. Ya desde el principio el ambiente estaba enrarecido, porque yo iba a clase y notaba algo extraño en mis compañeros. Rápidamente me di cuenta de que llevaban babys y que eran niños de preescolar. Todo muy perturbador, pero el caso es que yo me lo tomaba con normalidad y actuaba con total naturalidad, como si ese fuese mi día a día.

El caso es que estábamos mis compañeros parvulitos universitarios y yo en clase, cuando de repente una niña se me acerca y me da la mano. Yo seguía con mi rollo de hacer que todo eso era de lo más normal. Pero mi yo externo al sueño, mi "yo espectador", estaba como las abuelas cuando ven una película: "¿pero qué haces? ¿A dónde vas? ¡Que te van a liar!". Pero yo ignoraba a mi "yo espectador" y me iba con la niña con una parsimonia y una elegancia... O sea, no hay alumno hoy en día que se vaya en mitad de clase con tanto estilo y descaro. Bueno, que la niña se me lleva de la clase, y recorremos los pasillos de la universidad hasta que uno de ellos desemboca en un Carrefour. Alucina pepinillos, que yo soy consciente de la apremiante mercantilización de las universidades españolas, pero a saber qué cojones pinta un hipermercado coesionado a una universidad. Que no al lado, no, coesionado, mismo edificio, misma planta, misma estructura arquitectónica considerada como un solo elemento individual e independiete a otros.

Pues seguíamos deambulando por el Carrefour cuando de repente nos encontramos al cásting de "Aquí no hay quien viva" en medio de un rodaje. ¡Eh, nenes, que les trataba de tú a tú! ¡De tú a tú! Vamos, Maribí Bilbao me ofreció un cigarro y todo, que yo rechacé porque soy una persona sana hasta en los sueños. Pero este episodio es anecdótico. Mucho más trascendental es la discusión posterior que tienen Punset y @cometelasopa, bajo la apariencia de Josh Harnett, sobre si el opening de Digimon era superior al de Pokémon. Sé que era @cometelasopa porque en una profunda conversación nos dijimos:

- Oye, tú eres @cometelasopa, ¿no?

- Sí, soy @cometelasopa.

- Ah, pues vale.

Y entonces nos ponemos todos a cantar "Pokémon, hazte con todos". Y antes de que todo eso se convirtiese en un musical pedante, la niña siguió en su tarea secuestradora y me llevó a otras áreas del Carrefour, concretamente a los almacenes. Que yo nunca he entrado en un almacén de un supermercado, pero mi subconsciente por lo visto se los imagina como el interior de una de las naves de Star Trek, con gente corriendo por todas partes en pijama de colores chillones y las paredes totalmente blancas, muy orwelliano todo. Y al final termino, tras una elipsis que, sinceramente, la vi fuera de lugar, en una habitación oscura, sin la niña, hablando con un puto gato. Además me acuerdo que el gato tenía pajarita o corbata. La cosa no acaba ahí, porque resulta que el gato me da un sable láser, y por alguna razón acabo en una batalla épica luchando contra mi mejor amigo y Javier Bizarre, que a saber cómo cojones se habían entrado en contacto entre ellos para aliarse contra mí y por qué. El caso es que uno de ellos dice: "¡eras mi amigo!". Y les mato.

Y ya está. Conclusión. Este es un sueño del que me acuerdo perfectamente. Me acuerdo tan bien que estoy por sacarle jugo para algún guion, porque lo de los parvulitos universitarios es fascinante y tenebroso. Y claro, sabiendo las cosas tan alucinantes que puedo llegar a soñar, ahora tengo curiosidad por las cosas de las que no me acuerdo, lo cual me plantea el dilema de si me sale rentable seguir con fiebre y enfermo para tener cosas cojonudas sobre las que escribir. ¡Eh, qué hacéis! ¡Dejadme! ¿Qué es esa camisa de fuerza? ¡HIJOS DE PUTA! ¡REPRESORES! ¡NAZIS!

27 de enero de 2013

La libertad guiando a los subnormalitos.

Empezaré citando a Groucho, pero aportando mi toque personal: "partiendo de la nada, hemos alcanzado las más altas cotas de gilipollez". Como llevo diciendo desde que descubrí que mi pito sirve para más cosas que mear o que mi cerebro sirve para algo más que encontrar caras en las paredes de gotelé, lo políticamente correcto me parece la demostración de que no solo somos todo lo intolerantes que negamos a toda costa ser (¡yo no soy intolerante, que tengo un amigo gay, y es un chico normal!) sino que aparte de eso somos subnormales. Pero no subnormales de "ay, pobrecito, es subnormal, toma veinte céntimos y cómprate una piruleta", no. Somos subnormales de que si nuestros representantes, por mucho que renegemos de ellos, son Rajoy y el Borbón campechano es porque estamos hechos a su imagen y semejanza.

Y con ser subnormales no solo me refiero a los que añoran los tiempos de dictadura mozos del franquismo con sus correspondientes subdivisiones conservadoras, no. Aquí incluyo a la izquierda progresista y nuestros problemas de "yo soy más rojo que tú", "no, yo soy más rojo que tú, y las pancartas son mías y me las subo a mi casa". O a los más progres de todos, los que votan en blanco "porque a mí no me representan". Esos son lo más. Yo hago estos sanos ejercicios de autocrítica en los que admito que somos gilipollas de vez en cuando, deberíais probar a hacerlo.

Sin ir más lejos, ayer me encuentro un artículo en la sección "El debate", o sea, en plan serio, en plan "vamos a hablar de algo importante así que ojito con ésto", de un periódico de corte progre que se enorgullecía de no incluir publicidad del libro "Choque de reyes" en sus páginas porque la portada les resultaba sexista. La portada ilustra a una de las protagonistas desnudas, saliendo de entre las llamas, rodeada de sus dragones, en una de las escenas más épicas de la saga y que quienes lo hayan leído no verán mensaje sexista en ningún sitio. Es más, reconocerán inmediatamente la escena y verán el verdadero mensaje que lanza la portada. Pero la gente del periódico, con un aire de superioridad e intachable moral, decía que era sexista porque la portada se aprovechaba de la imagen del desnudo femenino para atraer lectores. La editoral les respondió diciendo que entonces considerarían como sexista también el cuadro de "La libertad guiando al pueblo", de Delacroix, ya que la protagonista del cuadro reluce muy bien relucidas sus tetas. Pero el periódico decía que el mensaje del cuadro era distinto al del libro, que si era un cuadro de rebeldía, de fraternidad, de revolución,... Lo cual me lleva a plantearme que qué clase de documentación previa tienen estos editores, los del periódico, para afirmar eso del cuadro y no lo mismo de la escena que ilustra la portada del libro, cuando el mensaje es básicamente el mismo. ¿Se habrán leído el libro? ¿Al menos habrán visto la serie "Juego de tronos"?

Esta gente es la que luego se ríe de "El país" por sacar portadas con fotos de Chávez falsas, les acusa de no documentarse, de realizar actos impulsivos con tal de ganar audiencia arriesgando su veracidad, cuando resulta que ellos hacen algo parecido viendo una chica desnuda y automáticamente viendo sexismo. Que es una pena que follen poco y no estén acostumbrados, pero que debajo de la ropa las mujeres suelen ser así, y que cuando se desnudan no es necesario poner dos rombos o tapar los ojos al niño no vaya a ser que se escandalice. Son unas tetas. Punto.

Hemos llegado a ese límite, al de ver una teta o una polla e inmediatamente ver sexismo donde no lo hay. De aquí a volver a la falda larga y enseñar la liga de la pierna para poner cachondos a los varones hay dos pasos. Pero no solo con el tema sexista somos así de subnormales. Es con todo. Con el humor, que resulta que tienes que tener cuidado con qué tipo de cosas bromeas, sobre todo si te pillan cerca. Tienes vía libre para bromear sobre un huracán en Florida con 500 muertos, porque total, a saber dónde está Florida, pero como haya un derrumbamiento en Alpedrete con el resultado de una vieja traumatizada y mucha gente con su coche despeñado y hagas un chiste de ello, automáticamente crucificado.

Asumamos que la gente "correcta" existe, está ahí. Pero por el bien de la humanidad, no nos pongamos a su nivel. Libres domingos y domingas, que mucho criticar a los curas cuando los primeros escrupulosos somos nosotros mismos.

23 de enero de 2013

El guion cinematográfico (IV): de la idea a la estructura.

Siguiendo con mi loable misión de ilustraros en el laberíntico mundo del guion, me voy a adentrar un poquito más. Ya he dejado claro que en el guion hay que partir de una idea, la cual después hay que estructuralizar. Todas esas movidas ya las expliqué en el primer post, en el de la idea y en el de la estructura. Pues bien, vamos a ello.

La escritura debe ser espartana, clara, corta y directa. Al contrario de lo que estoy haciendo yo, no hay que usar demasiados adjetivos o adverbios, lo que predomina es el verbo, que esto no es literatura. Tampoco es apropiado incluir diálogos muy largos, siempre es mejor un diálogo corto, fuerte y contundente. A no ser que seas Tarantino. ¿Eres Tarantino? ¿No? Pues mejor hazme caso. Las descripciones también son cortas, y solo describimos lo argumental, lo que es esencial para la historia. Podemos estar en una habitación la cual imaginamos con un reloj de pared. Si ese reloj no afecta a la historia, no lo mencionamos, que para eso ya hay un departamento de arte.

Antes de seguir, dejaré claro lo que es el centro dramático: es el conjunto de intuiciones que uno quiere contar. A veces, las diremos con claridad, otras no aparecerán.

Para desarrollar la idea dentro de una estructura, las fases son:
  1. Incubación: algo nos da una idea, nos ha llegado el centro dramático, algo que queremos contar. Puede ser la base de una historia, y mejor que no te pille en la ducha o cagando, porque sería apropiado que lo registraras en papel. Ese pequeño registro se pule, le hacemos preguntas, y se le intenta dar estructura, en la que quizá empiezan a aparecer puntos de giro, planos,... Al final de esta fase, deberíamos ser capaces de hacer algo necesario y absurdo: una sinopsis.
  2. Desarrollo: tenemos la historia estructurada, los dramas parciales, la trama total, y la trama corregida y ajustada. La trama es, simplemente, lo que ocurre en la historia. La idea de la que hemos obtenido una historia la hemos estructurado y hemos llegado a esa trama. Se pone a prueba esa primera idea para ver si funciona. Se escribe el tratamiento: un guion sin diálogos en el que se describen las secuencias y se fragmentan.
  3. Escritura: tenemos la trama descrita y dialogada, los diferentes borradores y la versión definitiva.
  4. Reescritura: se analiza y se evalúa esa versión definitiva, se corrige y se realiza la escritura final. 
Y hasta aquí. Así visto, todo parece muy simple, pero ya me meteré en cosas más complejas en el siguiente post del guion. 

17 de enero de 2013

Tribu urbana X.

Al parecer, los emos ya se han suicidado todos, así que había que ir rapiditos en fabricar una nueva tribu urbana a la que odiar mucho entre todos. Los reggeatoneros no se mueren porque su propio cerebro carece de las neuronas necesarias para el procedimiento de defunción, lo cual les convierte en una raza superior y que nos enterrará a todos, así que ha surgido una nueva moda pasajera más digerible para todos, y que no sé cómo apodarla. No son hipsters, no son modernos, no son gafapastas. Son...algo.

A ver si logro describirlos, cosa dificil debido a que ellos mismos discuten con ellos mismos para ver quién es el más...lo que sea que sean...de todos.

No volveré a reirme de las hombreras de los 80.
Su actitud es un poco así como de rebeldes-antisistemas-punkis-macarrillas-hippies. Calzan Vans, llevan gafas sin lentes, peinados con los laterales rapados y teñidos de colores como azul pitufo o rosa chicle, camisetas de Kurt Cobain pero adquiridas en Springfield a 25€, suelen llevar monopatín aunque no sepan patinar, se ponen septum, y se dilatan las orejas hasta el límite de usar el agujero para llevar a su canario. Concretamente en Madrid, con la moda que hay ahora de hacer una manifestación diaria de lo que sea (creo que ya han propuesto una para que Arguiñano deje de hacer chistes), pues ellos se apuntan a todas, de lo que sea, y así pasan la tarde, y después hablan de lo penoso que es el sistema capitalista mientras toman café dentro de un Starbucks. Su lema es "ni de izquierdas ni de derechas". O sea, inconscientes de clase.

Suelen tener una reflex y llevarla con ellos siempre, aunque para ellos el diafragma es el músculo que provoca el hipo y el número F no es un número, sino una letra. Con ella hacen fotos en automático para luego pasarlas al móvil y luego colgarlas en el Instagram. Y de vez en cuando surge un líder de esta tribu que se dedica a hacer vídeos para Youtube. Gente con unas inquietudes culturales, por lo que vemos, bastante amplias.

Lo más undergrounds de la tribu pisan de vez en cuando Fnac. Lo tocan todo, lo ven todo, hacen fotos de cualquier artilugio de merchandising para el Instagram, y twittean que están en Fnac acompañados de sus coleguis.

Tienen un rollo sexual bastante extraño. Van de gays, pero no son gays. Pero actúan como gays. Pero sin pluma, porque a ellos la pluma no les va. Pero insisto, no son gays. Y se hacen los cuquis, los adorables de la muerte, los abrazables,... ¡Se hacen pasar por gays, pero no son gays! Es que es dificil de explicar, porque estamos entrando en un subgénero sexual demasiado escatológico y perverso que desafía al rollito que se trae Mario Vaquerizo. Además, suelen dentro del propio grupo, suelen relacionarse todos con todos sin considerarlo cuernos. Venga, va, intentaré definirlos: heterosexuales acomplejados por no ser gays pero que no quieren ser homosexuales pese a envidiar su libertad afectivosexual. Mirad, es que es muy raro y tampoco quiero profundizar mucho en esto.

Pues creo que está todo dicho. El ser humano viene del mono, y se nota. Aunque los monos son simpáticos.

10 de enero de 2013

Feliz 1984

A lo mejor estoy desquiciado y perdiendo la cabeza definitivamente, pero últimamente estoy obsesionado con los paralelismos entre las diferentes situaciones sociales que se desarrollan actualmente, de sobra conocidas por todos, y que son tantas que el simple hecho de resumirlas me llevaría una entrada entera, con obras de ficción literaria publicadas hace décadas, o hace incluso un siglo. Obras como "1984" de Orwell, "Un mundo feliz" de Huxley, "Fahrenheit 451" de Bradbury,... U obras más recientes, como el cómic "V de Vendetta" o el de "Battle Royale", ambos adaptados con bastante éxito al cine. O sin ir más lejos, la saga nolaniana de Batman, especialmente "El Caballero Oscuro" y su secuela.

Las primeras obras a las que me he referido son novelas de caracter sociológico cuyo marco es un futuro ficticio con enormes avances tecnológicos donde la raza humana ha alcanzado un enorme potencial. ¿A qué precio? Con el ser humano siendo vigilado constantemente por el Gran Hermano y reprimido ante cualquier conducta que se salga de lo que la Ley ha establecido, manipulando el pasado, o siendo educado de tal forma que su propia estupidez, ignorancia y una dosis de psicotrópicos sean todo lo que necesita para tener una felicidad perpetua. El resto de obras que he mencionado tratan más sobre revoluciones que chocan frente a represiones, siendo la historia del justiciero V la que más se aproxima a ello. "Battle Royale" contempla la matanza que en su historia se desarrolla como un simple método de instigación social. Y, como ya he dicho alguna vez, el Joker de Heath Ledger no es más que un fetiche nihilista que muchos de nosotros llevamos dentro y que por conducta moral jamás saldrá al exterior, cuya acción nos lleva a Bane, quien ejecuta un golpe de Estado de una manera que resulta incluso sencilla.

Bien. Analicemos el panorama social. Recortes sociales, de derechos y represión policial, injusticias, mano blanda con los corruptos e implacable con los más débiles. Día a día se van sucediendo. Y nadie parece querer hacer nada. Hay movimientos sociales, protestas, manifestaciones, huelgas,... De pronto aparecen supuestos salvadores, como el "Partido X". Nos enteramos de que somos la generación más preparada y desperdiciada de la historia. Nos linchan y nos empujan a la emigración. Volvemos a protestar. Nuevos líderes quieren hacerse partícipes de nuestro aliento.

Pero parece que sus muros son inamovibles, no se retractan, los poderosos siguen con su campaña de limitación de bienes a las clases humildes y de concentración de bienes a las clases altas. De vez en cuando procuran recordarnos quién manda aquí y qué les ocurre a los niños malos, como ha ocurrido con la detención de Alfonso durante la última huelga y que tres meses después, sin pruebas acusatorias de actos vandálicos, será puesto en libertad bajo fianza. Y repito: nadie parece querer hacer nada. No estamos en un marco histórico o social adecuados para una revolución como la que propone V o como la que ejecutan los villanos de Batman, ni siquiera para una revolución real, como las que ocurrieron en Francia, en algunos países sudamericanos o en Rusia.

¿Por qué? Sencillo. Antes la gente se moría de hambre, enfermaba sin que nadie les amparara. Sin más. Y eso era suficiente como para levantarte y querer cortar unas cuantas cabezas aristocráticas. Total, ¿qué tenías que perder? Ahora, en cambio, en el primer mundo, tenemos una sanidad, una educación, y más o menos nuestras necesidades están cubiertas. Ojo a esto, que es peligroso. Nuestras necesidades están cubiertas. ¿Qué necesidades? Porque en un siglo, la pirámide de necesidades individuales y colectivas han cambiado mucho. Ahora te pueden privar de una educación adecuada, o de una sanidad eficiente. Pero, amigos, tenemos un iPod, o una PSP, o un coche, o una hipóteca asfixiante pero que vas sacando adelante, o un puñetero reloj patrocinado por Rafa Nadal. Y eso, quieras que no, a muchos les mantiene contentos. Sí, nuestras prioridades han cambiado de manera ridícula.

Siento informar de esto, pero nos acercamos más a un mundo orwelliano, o a un mundo donde todo lo que necesitas es ese placebo que te mantiene sereno, impasible y conforme, que a un mundo realmente justo, equitativo y avanzado. Cada vez somos más primitivos como sociedad. No en vano los gobernantes y las empresas asfixian todo lo que pueden al individuo. Lo hacen porque pueden, porque nadie parece querer hacer nada para remediarlo, porque la masa colabora con ellos paradójicamente, ya que la masa, carente de héroes, está desorientada y es fácil de manipular. Y, desafortunadamente, la masa está asesinando a los héroes.

2 de enero de 2013

2013

Seamos sinceros: desde pequeños, las navidades nos gustan por los regalos. Es como la comunión o como casarse, lo haces por los regalos (o por la noche de bodas en la que serás incapaz de meterla de lo mamado que vas ya por culpa de la barra libre). O sea, todas estas cosas cristianas las aceptamos por la puta codicia de que nos regalen cosas. La semana santa la aceptamos por las vacaciones y por el morbo de ver cómo Mel Gibson tortura al niño Jesús. Vamos, que Ratzinger me come los huevos como si fuesen un racimo de uvas.

A ver, que me salgo del tema. Feliz 2013, eso para empezar y para quedar bien, que yo soy mucho de quedar bien con la gente. Por eso aprobé bachillerato, porque a mi profesora de griego le dije que no había persona en el instituto que mejor conjuntara el rosa chicle con el verde plutonio, y claro, se me derritió y me puso un 5. Pero luego en selectividad saqué un 8 en esa asignatura. ¡Un 8! Porque me tiré todo bachillerato arrastrando latín y griego, y ole mis pelotas que en selectividad saqué un 8 y un 9. Que no sirvió de nada porque me metí a FP, pero la de bocas que pude callar metiéndoles la polla hasta la campanilla y lo bien que me quedé.

¡Joder, que me pierdo! A ver. Los regalos de navidad. Sed honestos, es lo único que merece la pena de estas fechas. Meterte un atracón de comida lo puedes hacer cuando te dé la gana y por voluntad propia, no porque tu abuela te diga que tienes que crecer o que no le comes nada. ¡Pues no, abuela, no te como nada, ni quiero! Y emborracharte hasta la hora de los churros lo puedes hacer cada fin de semana. Y prescindir de tu tiempo libre vacacional para hacer trabajos o estudiar lo haces cada fin de semana. Así que lo puto mejor de las navidades son los regalos. Lo malo es que creces, y la puta sociedad ve con malos ojos que a cierta edad te pidas para los reyes un robot Emilio, el Halcón Milenario de Lego o el conjunto militar para misiones de alta montaña de tus Action Man, así que tienes que adaptarte y pedir cosas que la sociedad vea bien. Puto capitalismo opresor de mentes, de verdad.

Lo que yo me he pedido (aunque ALERTA MOÑADA yo ya he recibido mi regalo de reyes por adelantado en forma de novio y tenía la necesidad de decirlo en algún sitio del post y este me venía bien FIN DE MOÑADA) son cosas que no son nada del otro mundo:
  • un disco duro externo de 1TB: porque yo tenía un disco duro externo, pero el gracioso de mi perro se lo comió. Es lo que tiene mi perro, que se come cosas, y estoy seguro de que si le destripara encontraría dentro a Marta del Castillo y a Madeleine, y cables USB, y bolígrafos.
  • la trilogía de "El Caballero Oscuro" en BlueRay: porque el DVD se ha quedado desfasado, las ediciones de la tercera parte en DVD son una mierda, y yo tengo mi preciosa Play3 que todavía no se ha desvirgado con ninguna película en BlueRay y ya va siendo hora. 
  • "Festín de Cuervos": qué librazo es "Tormenta de Espadas" y qué ganas de soltar spoilers que me están entrando. Me follaba a Jaime Lannister, puto picha brava.
  • un viaje para dos a Londres, con hotel bonito, pensión completa, un botones que te suba las maletas a la habitación, spa, wifi y piscina: porque el viajar solo en plan clase trabajadora se va a acabar.
  • calzoncillos y calcetines de colores: porque, total, sé que alguno me va a caer, así que lo pido y cuando abra el paquete podré decir "¡anda, justo lo que pedí".
  • un novio hermoso: ¡ah, no, que eso ya! Qué cabeza la mía...

Pues creo que esta es la mejor forma de inaugurar la temporada 2013 de este mi señor blog, pidiendo cosas. Y estoy siendo humilde en mis peticiones, que no he pedido ni la paz en el mundo, ni la cura del cáncer, ni a Justin Bieber, ni un genocidio contra todos aquellos que votan al PP, ni la felicidad de todos aquellos que compartan este post en su muro de Facebook... He pedido cosas sencillas.

P.D.: Quiero cambiar un poco, no mucho, el diseño del blog basándome en este dibujo que me hizo Adsi Demelki y que desde hace poco es mi avatar en Twitter. Así que si algún día entráis y me notáis duchado, con ropa limpia, con desodorante y colonia, no os asustéis.