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27 de agosto de 2013

La cama.

La cama es el mejor invento de la historia. Y esto es irrebatible por el principio que rigen mis santos cojones. Que no son santos, pero me venía muy bien tal adjetivo porque qué énfasis, qué intensidad, qué empaque, qué provecho le estoy sacando al diccionario de sinónimos. Pues que quede claro que como la cama no ha habido ningún objeto inanimado de mayor utilidad para el ser humano estandar. 

Que la gente se flipa cuando se meten a hacer esas encuestas que luego resulta que a nadie le hacen, pero que ahí están, con sus estudios, sus estadísticas, sus porcentajes y sus no sabe/no contesta, y cuando les preguntan que cual es el mejor invento de la historia responden cosas como "el ordenador", "la televisión", "el bolígrafo", "la licuadora Ninja Magic Blender" o "eso que inventó Colón...¡América!". Que estáis jodidamente engañados todos, joder. Que todo eso son necedades, y que como la cama no hay, ni ha habido, ni habrá nada. 

También sirve para posar en pelotas y pasar a la historia por ello.
En la cama puedes, en idioma de abuela, ponerte a hacer tiquitiqui con el ordenador, o a ver por televisión cómo se meten de leches en una subasta de sótanos. Puedes leer. Puedes escribir. En la camas puedes comer, aunque luego se te llena de migas, pero admitamos que revolcarse uno mismo en su propia mierda es un completo placer no confesable. O puedes ver una película, escuchar música, colonizar el mundo jugando al Civilization II, insultar a Ana Botella, o manejar por control remoto un marco digital o mirar las musarañas. Que el día que descubráis el verdadero aspecto de una musaraña querréis volver al vientre materno. Tampoco nos olvidemos de todo ese tiempo que puedes pasar viendo caras en el gotelé mientras estás tumbado en la cama.

En una cama se folla. Que eso de hacerlo de pie o sobre la encimera o en la bañera o asomándote por la ventana queda que te cagas en el cine, pero que a efectos prácticos acabas en un hospital con cosas insertadas en tus orificios y diciéndole a la enfermera que estabas practicando jardinería pero que como eres amateur hiciste mal la mezcla de un ficus con el lubricante de sabor a piña colada. Aparte, en la cama puedes jugar, hacer una pelea de almohadas, saltar sobre ella, sufrir de pérdidas de orina cuando llegues a adulto o mearte en ella tengas la edad que tengas. En la cama puedes pelearte con tu perro, o hacer el amor con tu perro. Bueno, cada uno tiene la enfermedad sexual que le da la gana. Tan útil y práctica es que en una cama te puedes incluso morir.

Y si dispones del tiempo suficiente, puedes usar la cama para dormir. O me váis a decir que una Black & Decker con 100 usos diferentes te sirve para echar una cabezadita. Como mucho te sirve para que los vecinos te despierten a las 8 de la mañana porque han decidido poner estanterías nuevas.