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30 de julio de 2010

Ordinarios, chonis y macacos orgullosos de serlo.

Cada día estoy más convencido: esta sociedad en la que me ha tocado vivir es una excreción líquida sangrante. Bajo a la calle a tomar un poco el aire, que nunca viene mal, y de repente me empiezan a chirriar los oídos con una musiquilla de inconfundible aroma flamenquillo, que no flamenco, sino flamenquillo, del barato, del burdo, del gitaneo impuro. A la melodía proveniente del teléfono móvil de algún individuo, la rodea una especie de akelarre formado por quinceañeras a las que le acaban de madurar las tetas (sí, ahora hablo burdo), que acaban de dejar de jugar a las nancys, y las ves con un moreno artificial roñoso, un par de pendientes que bien podrían servir de columpio para el canario de mi abuela, unas vestimentas horteras de mercadillo, la raya de los ojos que casi les rodea la cabeza entera, peinado a lo Amy Winehouse, pero sin Amy y sin Winehouse, y dependiendo del nivel de ordinariez alcanzado unas llevan tacones y otras chanclas de trapo. Para rematar la escena, aprecio un acento andaluz encubierto en bocas fuenlabreñas, por cierto, con sus respectivos labios pintados de rojo putón o rosita chicle, dependiendo de la luz.

Un escalofrío me recorre la espalda; una arcada subyaga mi garganta. Instintivamente, huyo y continúo mi camino.

Es cruzar la primera esquina, y un grupito de chavalotes rodeando el teléfono móvil de algún otro individuo del cual proviene una sinfonía digna de un Crogmangnon dialogan en un dialecto que no logro descifrar. Eso sí, cada dos palabros (sí, en masculino, palabro, si fuesen palabras saldrían en el diccionario) adivino varias onomatopeyas, algunas simiescas, otras rebuznantes, incluso alguna se asemeja a los sonidos reproducidos por los cetáceos. Su vestimenta cubre dos extremos: o demasiado ancha, o demasiado estrecha. Todos llevan su gorra en posición de antena (supongo que para comunicarse entre ellos), alguno luce su pecho y sus tabletas de tres días, y la barba de tres días aún no les ha salido, no por la edad, porque alguno supera la veintena, sino porque su organismo debe ser que aún no se ha enterado de que con el paso del tiempo se madura física y mentalmente. Mas o menos llevan en ropa y complementos lo que yo gano en un mes.

Dos escalofríos recorren mi espalda; directamente me acerco a la primera esquina que encuentro y vomito. Sigo huyendo, no vaya a ser que sus gorras en modo antena empiecen a controlar mi voluntad.


Llego a un parquecito. Unas señoras con un estupendo look de peluquería de barrio comprendido en rulos, melenita raída, tinte decolorido, con unas horquillas de lo mas glamourosas, parlotean sobre el día a día. Van bien provistas de prensa rosa, sus batas, sus zapatillas de andar por casa o chanclas, y con el monedero bajo el brazo. Despotrican sobre famosillos que ignoran su vulgar existencia, sobre sus hijos, que por fin se han sacado el graduado escolar a los 26, y que para recompensarles les han regalado un ordenador nuevo, que tanto necesitan para el "interné". Otra habla sobre su hija, que la va ha hacer abuela con sólo 39 años. Su niña, venida al mundo hace 17 añitos, está ya de 5 meses, y los vómitos y mareos ya se le han pasado.


Pero bueno, ¿qué carajo pasa? ¿Ha llegado vida extraterrestre a la Tierra y ha comenzado su misión de abducción y reprogramación en la gente o qué? Que uno no puede bajar a la calle a dar una vuelta y ver a alguien normal. Sólo pido encontrarme con alguien un poco inteligente, con un poquito de humor sano, a poder ser avispado. Que ya sólo veo gente ignorante que predica su falta de cultura, y encima se enorgullece de ello. ¿A qué punto hemos llegado? Ágrafos, que sois todos unos ágrafos.

29 de julio de 2010

Mi top 10: películas de animación.

10. Ghost in the shell (1995)




 Anime futurista que serviría de inspiración a la archiconocida Matrix, estética a lo Blade Runner, buenas dosis de acción, y alguna que otra ida de cabeza de las que tanto me gustan.

9. Pesadilla antes de Navidad (1993)




Con una estupenda técnica Stop-Motion y muñecos de plastelina, con un notorio toque de Tim Burton, se trata de una película llena de ironía y ese extraño humor que tanto caracteriza al productor, tiene momentos enormes.

8. Shrek 2 (2004)




Con una alta dosis de humor, supera incluso a la primera, y la incorporación del Gato con Botas es un enorme acierto. Asno vuelve a ser lo mejor. El doblaje al castellano, inmejorable.

7. Buscando a Nemo (2003)




Tengo especial adoración por todo lo que hace Pixar, y aquí está uno de sus largometrajes mas logrados, con unos paisajes oceánicos muy logrados, y un conjunto de personajes adorables. Al igual que la anterior, el doblaje al castellano es estupendo.

6. Aladdin (1992)




Uno de los grandes clásicos Disney, una película que me veí unas seis veces mensuales cuando era niño, y que aún me dan ganas de revisionar de vez en cuando.

5. Toy Story (1995)




La primera película de Pixar en colaboración con Disney, enorme, ingeniosa, con unos piques entre Woody y Buzz muy buenos, este año ha completado su trilogía reafirmando que los personajes se mantienen carismáticos con el paso del tiempo.

4. El viaje de Chihiro (2001)




Todo lo que lleva la firma de Hayao Miyazaki es digno de ver, y esta película es, junto a La princesa Mononoke, su mejor exponente. De una bellísima factura, con algunas imagenes realmente sobrecogedoras e inquietantes, uno de los mejores animes de todos los tiempos.

3. Wall-E (2008)




Un enorme homenaje al cine mudo, una película que no necesita diálogos para elevar su mensaje a lo mas alto, con unos protagonistas realmentes tiernos e increíbles. Pixar llegó a la cima, y desde entonces no ha bajado de ella.

2. El rey león (1994)





Disney maduró definitivamente con este entrañable, entretenidísimo y dramático cuento, con una banda sonora enorme, y unas escenas de acción de gran factura.

1. La Bella y la Bestia (1991)




Una de las mas oscuras películas de Disney, se me pone la piel de gallina cada vez que los primeros arpegios de la música del prólogo suena, Disney comenzó su década prodigiosa con esta gran película, hasta Up, la única película animada nominada a mejor película en los Oscars.

26 de julio de 2010

Mi top 10: videojuegos.

10. Fahrenheit (PS2)



Aventura gráfica bastante absorbente, con una alta dosis de misterio, una trama que combina asesinatos con sucesos paranormales, con algunas fases de estrujarse un poco el cerebro, parece una película que tu mismo protagonizas. Además, manejas tanto al asesino del caso del que parte la trama, convencido de su inocencia, y a los agentes que investigan el caso, y te da la posibilidad de tomar decisiones que alteren el desarrollo de la trama, lo que lo hace mas interesante aún.

9. Infamous (PS3)




Juegazo con un planteamiento parecido a cualquier GTA, en el que te mueves por una enorme ciudad cumpliendo misiones en diversos puntos del mapa, pero manejando a Cole, superviviente a una enorme explosión que le ha dotado de superpoderes. Puedes elegir utilizarlos para hacer el bien o para hacer el mal. Muy divertido y adictivo, pronto saldrá la segunda parte.

8. Grand Theft Auto: Vice City (PS2)




Todo en él me encantó: su historia, digan de una película de Tarantino, sus personajes, su jugabilidad infinita, su banda sonora ochentera, el enorme territorio por el que te puedes mover, la evolución según vas completando misiones... Lo pongo incluso por encima de San Andreas, a falta de probar el GTA 4 que reposa en mi estantería pacientemente.

7. Resident Evil 4 (PS2)




Drástico lavado de cara a la franquicia, situando a Leon Kennedy en un pueblo rural español donde, con Umbrella finiquitada aparentemente, un nuevo virus hace su aparición. Aparte de los enemigos y el look de la trama, también cambia la jugabilidad, optando por la acción en detrimiento del horror. Aún así, es un pedazo juego.

6. God of War II (PS2)




A falta de probar el tercero, la segunda parte fue de lo mejorcito que ví pasar por la PS2, una jugabilidad enormemente adictiva y brutalidad por todas partes, gráficamente perfecto. Si en el primero Kratos se enfrenta a Ares, ahora le toca medirse con Zeus, dios del Olimpo.

5. Uncharted (PS3)




Aún no tengo el segundo, que seguro que le supera por todos los lados, pero esta primera aventura de Nathan Drake es apasionante, divertida, algo corta, con una historia muy peliculera, un entorno bastante bonito, e invita a jugarlo de nuevo. Este mes cae el segundo fijo.

4. Batman: Arkham asylum (PS3)




Elegido juego del año, recrea a la perfección los personajes del cómic, manejar a Batman y sus armas y habilidades es realmente divertido. El manicomio de Arkham está logradísimo, tiene una durabilidad decente, unos gráficos poderosos, y además puedes retarte a tí mismo buscando todos los enigmas que la historia esconde. Se acerca la segunda parte.

3. Resident Evil 2 (PSX)




Me encanta perderme por Raccon City y rodearme de sus "pacíficos" lugareños. El mejor juego de la saga, puedes manejar a dos personajes, Leon y Claire, con historias independientes entre sí. Una variedad de enemigos admirable, entornos enigmáticos y terroríficos, una ciudad por recorrer con todo lujo de detalles, una historia que me obsesiona.

2. Final Fantasy VIII (PSX)




Un juego de mas de 100 horas de duración, un mapa enorme por recorrer, una complejidad tanto de la trama como de los personajes nunca vista en una videoconsola, los mejores gráficos hasta la época. Emocionante, dinámico, asombrosamente bello. La saga nunca ha vuelto a llegar tan alto.

1. Metal Gear Solid (PSX)




Mi juego favorito de siempre, me lo habré pasado siete veces y no me canso. Estoy hablando de un juego que rompió moldes, con una historia muy compleja, villanos duros de pelar, un protagonista muy carismático, una estética muy característica... Enorme, no hay mejor forma de describirlo.

22 de julio de 2010

Mis aventuras en Parque Warner (Episodio II: el ataque voraz de las parejitas enamoradas)

Aprovechando mi día de libranza, hablaré un poquito sobre una especie habitual entre los visitantes: las parejitas.


En una montaña rusa, me enerba muchísimo cuando tienes 40 minutos de espera y dejas pasar a la gente, colocados previamente en sus correspondientes distribuidores, y una parejita que va de la mano, cuando ya todo el mundo se ha sentado, te llega y te suelta la frase clave:

- "No hay sitio".

Te paras, respiras, inspiras, y miras el tren. Hay dos asientos, lo que pasa es que estan separados.

- "Sí que hay, uno se sienta aquí, y otro se sienta ahí", respondo.

- "Es que queremos ir juntos", contestan poniéndome ojitos y dándose la mano fuertemente, demostrándo que su amor es inmenso, tanto que la separación les causa frustración.


Ahora es cuando empiezo a pensar: ¿es qué vais a ir comentando la atracción durante el viajecito? ¿Vais a sentir mayor o menor adrenalina por ir separados? Es una puñetera montaña rusa, te va a dar igual quién cojones vaya a tu lado porque los asientos son INDEPENDIENTES. Si se sentase el papa a tu lado, sentirías lo mismo y la experiencia sería la misma que si se sentase tu vecina la Encarna, la del 5º. Así que, observando toda la gente que está esperando para montar, y sabiendo que por ello no puedes reservar asientos a nadie (sería una falta de respeto hacia esas personas que estan esperando igual que estas parejitas), me toca ponerme en plan cabrón.

- "Uno se sienta aquí, y otro se sienta allí", insisto.

- "Pero..... Es que queremos ir juntos", insisten, volviendome a poner ojitos y volviendo a apretarse las manos, reafirmando su inmenso amor, reafirmando lo trágica y dolorosa que puede llegar a ser esa separación durante tres puñeteros minutos.

Así que evoluciono a operador cabrón nivel 3, y ya no hay vuelta atrás.

- "O tomáis esos asientos, o fuera", sacando pecho y con los brazos en jarra.

- "Pero..."

- "O tomáis esos asientos, o fuera", la zona de espera acaba de pasar de 40 a 45 minutos, la vena de mi cuello a pasado de 2 centímetros de diámetro a 4.

- "Pero..."

- "Fuera", y a tomar por culo.

- "Pero..."

- "Fuera".


Cuán grande será su amor, que han preferido irse después de haber esperado 40 minutos para poder montar a ir separados. Épico. Me dan ganas de hacer una balada inspirada en ese férreo amor tan pasional. Cuánto daño está haciendo Truñúsculo a la sociedad.

Otro caso típico de parejitas es en las sillas voladoras, para entendernos. Aquí se da el caso de que hay sillas dobles y sillas individuales, estando las dobles destinadas a niños que no llegan a cierta altura y tienen que ir acompañados de un adulto o a personas con minusvalía que también deben ser acompañados en estas sillas dobles. Las zonas de espara se dividen en dos, cada una destinada a un tipo de silla, individual o doble (que la gente se equivoque de fila por no leer los carteles es otro asunto). Vas a cargar a la gente, y te encuentras con que hay tres personas en la fila de individuales (habiéndo 32 sillas), y un porrón de gente para dobles (habiéndo solo 16 butacas, lo que viene siendo 8 parejas de papá con niño o de minusválido con responsable), estando la mayoría de esa gente capacitada para montar en sillas individuales. Muchos acceden a montar en individulaes, después de aclararles la función de esos asientos dobles. Y de repente ves a la parejita.

- "Vosotros podéis ir en individuales perfectamente, y así las personas que necesitan las sillas dobles tendrán que esperar menos", les explico con una educación y una empatía célebres.

- "Pero... Es que queremos ir juntos", joder, ya estamos tocando los huevos.

- "Os explico, chicos, las sillas dobles cumplen la función de permitir a ciertas personas que debido a su físico deben ir acompañadas el poder acceder a esta atracción, y si vosotros ocupáis una de esas sillas, ellos van a esperar mas tiempo para montar, pudiéndo ir vosotros en sillas individuales, que estan unas junto a las otras, no vais a ir tan alejados, o sea, vais a ir juntos, pero en asientos difernetes", vuelvo a explicar con mas detalles.

- "Ya, pero, es que queremos ir juntos", dos ostias les metía a cada uno.


Entonces les dejo pasar, no me queda otra, me disculpo a los padres que van a tener que esperar un ciclo más, y evoluciono a operador cabrón super saiyan. Los asientos dobles tienen un cinturon que se mete entre las piernas, sube por encima de los hombros en forma de V y se abrocha por detrás del asiento. Me llega el turno de revisar el asiento doble de la parejita.

- "A mí no me hace falta cinturón, ¿no?", me dice el que se ha colocado en ese asiento, poniéndome una risita inocente y ojitos.

- "Te has sentado en una doble por propia voluntad, ¿no?", le replico, con una sonrisa de oreja a oreja.

- "Sí, pero yo no me voy a caer", me dice seguro/a de sí mismo/a.

- "Pues el cinturón no se puede quedar suelto, te lo tienes que poner. Ala, chiqui (me encanta llamarles así), cuidado que te lo pongo", y me voy con mi sonrisa, disfrutando de su humillación.

Luego, después de estas cosas, yo me pregunto cómo vivirán estas parejitas, todo el día juntos, sin separarse mas de metro y medio, lo suficiente para respirar con autonomía, y supongo que lo de cagar en intimidad lo tienen que llevar fatal.

Próximamante, más aventuras.

21 de julio de 2010

Zatoichi

Título original: Zatoichi
Director: Takeshi Kitano
Nacionalidad: Japón
Duración: 115'
Año: 2003
Reparto:Beat Takeshi, Tadanobu Asano, Michiyo Oguso, Yui Natsukawa, Guadalcanal Taka,...
Género: Acción
Sinopsis: Japón, siglo XIX. Bajo la apariencia de un humilde vagabundo se oculta un gran samurai, Zatoichi. Ganándose la vida dando masajes y jugando a los dados, llega a una ciudad que vive atemorizada bajo el dominio de la banda del despiadado Ginzo. Los matones se deshacen de cualquiera que se ponga en su camino con la ayuda de un implacable samurai, Hattori. En breve, Zatoichi se ve obligado a utilizar su legendaria espada para luchar contra Ginzo y sus secuaces.

Valoración personal: 8,4

Crítica: Me encanta el cine de Kitano, me fascina y sorprende, me hace reir y me sobrecoge. Zatoichi es una obra de samuráis posmoderna que se centra en la figura del legendario samurái rodeado de historias típicas de clanes rivales y venganza familiar, pero bajo la mirada astuta, humorística y subyugante del genial director (entre otras muchas facetas) japonés. 

El personaje de Zatoichi es uno más de la colección de personajes entrañables del universo Kitano, con un pasado desconocido, un futuro incierto, que esconde bajo esa personalidad agradable y amistosa a un asesino letal y violento. Es un personaje que pese a su ceguera, va a ser el espectador implicado en los sucesos que le rodean. Como ya ocurría en "Brother", volvemos a encontrarnos con escenas de ritmo pausado que se ven rápidamente alteradas por una sucesión de actos salvajes y violentos, o con situaciones surrealistas con un toque de humor ágil e incluso gamberro. Esa violencia y ese humor se encuentran bajo la batuta de una delicadeza inteligente.

Además, nos encontramos con elementos mas propios del western que de una película de samuráis, y con otros elementos aparentemente sacados de contexto, como escenas musicales, que bajo la realización de cualquier otro molestarían, pero que Kitano los utiliza para que enriquezcan la experiencia. La utilización de la música mezclándose literalmente con los movimientos de los personajes (como la escena de los campesinos de los azadones, cuyos golpes a la tierra se entremezclan con la banda sonora) es un ejercicio de estilo asombroso, al igual que los contundentes flash-backs que nos muestran el pasado de algunos personajes. Mas de una sorpresa nos prepara el guión, sobretodo con uno de los personajes femeninos, un personaje complicado de realizar y valientemente interpretado.

"Zatoichi" es pura vanguardia, es una muestra más de que si a un director, si es bueno, se le deja hacer lo que le da la gana, el resultado puede ser genial. Entretenidísima, con un humor muy particular, con violencia estudiada al detalle, unos personajes que inspiran simpatía y un apartado técnico brillante. Creo que todo queda dicho.

11 de julio de 2010

El genio no nace, se fabrica.

Nadie nace siendo un genio. Quizá se nazca con ventaja debido a la situación de su familia, de la región donde va a crecer, o a los profesores que le van a educar. Pero nadie nace siendo un genio.

Por lo tanto, la responsabilidad última de que una persona llegue a ser un maestro en un campo determinado de la artes, de las ciencias, del deporte,... es de aquellas personas que va a rodear a esa persona durante su desarrollo. Cuando nacemos somos un puñetero folio en blanco que va a ser escrito por las personas que nos rodeen, por los medios de comunicación, por las alegrías y los traumas que vamos a tener.

Por lo tanto, ¿por qué se empeñan nuestros padres, familiares, profesores,... en que seamos realistas y nos labremos un porvenir seguro? Me explico: cuando una persona alcanza cierta edad y llega a esa época de la adolescencia donde cada decisión respecto a sus estudios va a marcar su porvenir, sus instructores suelen inculcarle valores típicos: termina tus estudios, sácate el carnet de conducir, intenta entrar en la universidad y sacarte una carrera (da igual cual, el caso es que papá y mamá esten orgullosos de tí), intenta casarte y tener hijos,... Esta es la vida media de cualquier persona occidental hoy en día.

Pero, ¿qué es lo que esas personas quieren hacer con su vida realmente? ¿Alguien se lo ha preguntado? Quizá esas personas que acaban siendo empleados de alguna oficina, con un pequeño grupo de personas a su cargo, un horario de 8 a 15, fines de semana libres y 30 días de vacaciones anuales, y por supuesto con su título de administración de empresas colgando de la pared, tuvieron una época en la que querían ser genios. Quizá alguno hubiese preferido ser un reputado matemático, o el médico que por fin descubriese la cura del Cáncer, o un conocido tenista, o el guitarrista de un famoso grupo, o un galardonado cineasta,...

Pero aquellas personas que les han educado les han dicho que esas aspiraciones son utópicas, que mejor que se labre un buen futuro para tener una buena nómina con la que pueda permitirse una buena vivienda y un buen coche (y de paso meter en una pensión de lujo a papá y mamá).

Me imagino al padre de Mozart diciciéndole: "deja el piano que con eso no vas a llegar a nada, mejor aprende a ser panadero"; o a los padres de Jimmy Hendrix convenciéndole de que deje la guitarra y se saque oposiciones a policía; o a la madre de Einstein negándose a pagarle sus estudios de física, pagándole a cambio unos estudios mas baratos; o a la madre de Tarantino quitándole las películas que veía de niño y arengándole para que se busque un trabajo y se largue de casa cuanto antes; o a los padres de Rafa Nadal negándole la escuela de tenis por sacar malas notas.

¿Cuántos genios habrá perdido el mundo por culpa de los padres, de los abuelos, de los profesores, de malas compañías y, en definitiva, de malos consejeros? A su vez, ¿a cuántos padres y profesores tenemos que agradecer el surgimiento de grandes genios?

En definitiva, la culpa siempre es de los padres, que las visten como putas.

9 de julio de 2010

Dracula, de Bram Stoker

Uno de los primeros libros "para adultos" que leí es uno de los libros que mas me han cautivado. Se trata del clásico de Bram Stoker, Dracula, una novela asombrosamente moderna para su época y que sentó las bases del vampiro.


Es un cuento de poco menos de 500 páginas, y que gracias a su peculiar narrativa engancha y seduce desde el primer momento. La trama posee misterio y terror por igual, sus ambientes macabros y lúgubres, sus paisajes hostiles y tenebrosos, y sus personajes aterrorizados y supersticiosos hacen que el lector se impliquen en primera persona con la trama. Además, gracias al cine la leyenda se ha acentuado pero también tergiversado, por lo que la lectura del libro para aquel que solo conozca el mito a través de películas será una experiencia nueva y fascinante. Afortunadamente, yo soy una de aquellas personas que llegó antes al libro que a las películas.


Cada capítulo se corresponde con el diario, notas y escrituras de alguno de los personajes que aparecen en el meollo del asunto, siendo Dracula el único personaje principal que no nos ofrecerá su visión de los hechos ni su punto de vista en primera persona; a su vez, la historia se apoyará en artículos de prensa o cartas entre unos personajes y otros para seguir su evolución. Stoker traza así una historia, con pequeños saltos en el tiempo bien administrados, donde revela la ambición de Dracula, que es capaz de mover ejércitos de ratas, niebla, lobos, murciélagos y tormentas para lograr su objetivo.


Grandioso es el primer acto, en el que Jonathan Harker visita el castillo del conde para cerrar los sontratos de venta de inmuebles en Londres por parte del vampiro, condición aún ignorada por el joven inglés. Sus escrituras hablan de sombras que se mueven con vida propia, de criaturas nocturas que observan constantemente, y de las extrañas costumbres que desempeña el conde, como sus trances ante la visión de sangre. Cuando el conde descubre la fotografía de la prometida de Harker, se enamorará perdidamente de ella, e intentará librarse del abogado y viajar a su ciudad para llevársela consigo.


La aparición de los dos mejores personajes de la novela, Abraham Van Helsing y el doctor Seward, desempeñará un segundo acto copado por las investigaciones de ambos tras la enfermedad de Lucy, la mejor amiga de la prometida de Harker, y por el convencimiento del primero de tratarse de un caso de vampirismo. Si bien la mayoría le trata de loco, el tratamiento de Seward con uno de sus pacientes del manicomio, el recluso Renfield, el cual asegura que su amo ha llegado a la ciudad. Tras la muerte de Lucy y su sepultamiento, los periódicos empiezan a hablar de extraños casos de desaparición de niños por la noche, y de gente que ha visto a una mujer llevándoselos con ella. Van Helsing llega a la conclusión de que Lucy se ha convertido en No-muerta, y decide montar guardia con varios amigos, incluido Seward, en la tumba de la chica. Tras la confirmación de la nueva condición de la muchacha, el holandés "mata" a la vampira, y así confiraman la presencia de un vampiro en Londres, Dracula, al cual deben perseguir hasta Transilvania, hogar del conde.


La obra se divide en varios actos: la ya mencionada visita de Jonathan Harker al castillo de Transilvania del conde (insisto, realmente asombrosa esta parte del libro); un segundo acto en Londres con Mina, la prometida de Harker, y su amiga Lucy como ejes centrales, donde reciben la carta de unas monjas que han rescatado a Jonathan, y donde se empieza a sospechar de las visitas del conde a ambas muchachas; la llegada de Van Helsing y sus extraños métodos y conocimientos, y el tratamiento de Renfield por el doctor Seward; descubrimiento de la presencia del conde en Londres, y el plan para derrotarle; persecución de Van Helsing, Harker, Sewars y sus compañeros a Dracula hasta Transilvania.


Entre otros inspirado en Vlad el empalador, Stoker trata al vampiro como un ser que ha conquistado la muerte, más que la inmortalidad, pues se ve obligado a vivir como un espectro. Insinúa la seducción horrorosa del vampiro, sus artimañas. Habita en un castillo sin espejos, donde no puede reflejarse, con tres concubinas vampiresas de imagen voluptuosa. El vampiro posee la capacidad de influir en la climatología, en animales, posee una fuerza sobrehumana, la luz diurna lo debilita (pero no lo destruye), se ve obligado a dormir bajo la tierra de su lugar natal en un ataud, se alimenta de sangre y con ello puede reclutar nuevos seres si les bautiza con su propia sangre, y que es vulnerable a las estacas, al ajo, a la cruz y al agua bendita. Además, Dracula posee habilidades mas propias del licántropo, como su metamorfosis en cualquier animal.


Estamos ante un libro, que si bien no es la génesis del vampiro, asienta sus características predominantes hasta el día de hoy, y que ha influido al género del terror de manera incalculable. Tiene 6 adaptaciones al teatro, una adaptación gráfica, más de 50 títulos cinematográficos en los que se le hacen referencia, una saga de videojuegos propia, aparece en el mundo del manga y del anime,...


Todos sabemos gracias a la cultura popular quién es Dracula y qué es el vampiro, pero la forma definitiva de acercarse a este símbolo del género del terror, una de las grandes pesadillas de nuestra infancia, es con la lectura de este libro.

5 de julio de 2010

Mis aventuras en Parque Warner (Episodio I: Episodio piloto)


Voy a hablaros un poco de lo que es mi trabajo. No de las decisiones de la empresa ni de sus métodos, ya que por mucho que los cuestione o los acepte, no sacaría nada en limpio sobre ello. Me refiero a hablar sobre el día a día, sobre las situaciones que se dan en una atracción.

Sí, amigos, como algunos sabéis trabajo en un parque de ocio internacionalmente conocido Parque Warner, en el departamento de atracciones como operador. Y bueno, mucha gente me dice: ¡ala, tiene que ser la ostia trabajar en un parque temático, manejando una montaña rusa! Bueno, que quede clara una cosa, es un trabajo destinado a ofrecer actividades de ocio a sus visitantes. Yo sólo soy el tío que pone en marcha la maquina de turno, yo no soy el destinatario del divertimento.

Empecemos por la pieza clave: el visitante. Este trabajo es una constante atención al cliente, y a lo largo del día me vienen cientos de casos particulares, con sus matices, que debo saber atender. Es un trabajo que me ha enseñado a tratar con muchos tipos de gente (desde jóvenes mochileros hormonales hasta grupos de la tercera juventud edad, pasando por las familias). Una cosa está clara: el cliente viene a divertirse, y se desentiende de los carteles informativos, de las normas de seguridad, etcétera, cosas que son primordiales en mi puesto de trabajo. Tengo que estar advirtiendo a la peña de que no salten vallas (la de cejas rotas y dientes rotos que se pueden evitar simplemente no subiéndose a las vallas), de dónde tiene que ir sentado el nene pequeño (unas tres o cuatro indicaciones por megafonía de media hasta que te hacen caso), de que no se pueden llevar cámaras ni móviles en las manos (imagináos cómo se le quedaría la cara al tipo del asiento de atrás en una montaña rusa si se os escapara una cámara y le atizara), o de que nosotros no podemos vigilar a un niño que no puede montar cuando los papis quieren montar y dejarle sólo (nuestra atención está dirigida a la seguridad de la atracción, no a la de un niño que los papis deciden dejar sólo).


Una de las cosas que más se dan es la discusión con los padres de porqué el nene no puede montar en una atracción. Una de las medidas básicas de seguridad dadas por el fabricante de una atracción es el tallaje, y si una persona (indiferentemente de ser un niño o un adulto) no supera una estatura mínima de seguridad, no puede montar, le falten 10 o medio centímetro para llegar a tal medida. Y ésto no es negociable. Otra criba se produce con personas de gran embergadura con los que una barra de seguridad o cinturón no llegan a anclar. Esto suele ocurrir en las kiddies (atracciones para niños). Estas personas insisten en montar aunque la barra o conturón no se cierren, ya que no ven peligro en estas atracciones, pero el caso es que si hay una barra o un cinturón es por algo. Y se quejan de que deberían ser habitáculos mas grandes para su comodidad, pero es que ¡son atracciones infantiles! O los padres que tienen que ir en cierto asiento, pero insisten en ponerse en habítaculos destinados a los niños pequeños, donde un adulto medio no cabe, para ir junto a su peque. ¡Que no, leñe! Si un adulto no puede ir ahí, aunque sea bajito y quepa más o menos bien, es porque se pueden dar situaciones (una parada de emergecia brusca, se me ocurre) que hagan que en ese habítaculo se golpee, mientras que en el asiento destinado para un adulto permanecerá totalmente seguro de estos golpes inoportunos. O los que quieren montar mojados en los coches de choque, donde la electricidad va por la pista (agua + eléctricidad = barbacoa).


Además, luego está el visitante que te dice cómo tienes que hacer tu trabajo. Yo no sé en qué trabajara cada uno, pero hay una frase que dice "zapatero a tus zapatos", y si los que trabajamos en una atracción (de un parque temático, no de una feria, ojo con la diferencia) hacemos las cosas de un modo u otro, siempre tiene su motivo, aunque el cliente no repare en él.

Punto dos: los compañeros. Es una de las cosas que hacen que este trabajo merezca la pena. Hay muy buena peña ahí metida, las horas de comida y las charlas que se producen en ellas son momentos tremendísimos. Pero hay que añadir que no siempre hay buen rollo. Hay compañeros que son unos genios, pero los hay que son vagos, listillos, o que creen que la antigüedad debería otorgarles el privilegio de estar siempre en atracciones grandes (manejar una atracción o un grupo de auxiliares no es algo que se haga mejor o peor por tu veteranía, ahí entra el hecho de que un operador sea espabilado y sepa adaptarse y reaccionar a situaciones que se salgan de la operativa habitual). Precisamente, ahora en verano entra gente nueva de auxiliar, y la cosa se complica cuando tienes que fiarte de alguien que nunca ha estado en una atracción y que no sabes cómo tratará al cliente, y tienes que estar pendiente de esa persona. Y esto pasa como con los antiguos, los hay que lo hacen todo muy bien, los hay que lo hacen todo muy mal, los hay que hacen la operativa rápida pero atienden mal al visitante, y viceversa, o los hay que vienen a currar de verdad, y los hay que vienen a pasar el rato. Supongo que esto ocurrirá en muchos otros trabajos.


Tercer factor: los superiores. Y me refiero a los superiores inmediatos a mí, que son los especialistas y los supervisores. Tengo la suerte de llevarme bien con todos, incluso de estar con ellos de cachondeo. Pero son jefes, recordémoslo, y hay veces que sus decisiones pueden ser cuestionables y mal encajadas por nosotros. Se dice que donde hay patrón no manda marinero, así que esas decisiones, por absurdas que se vean a nuestros ojos, pues hay que acatarlas. Si te mandan a una atracción pequeña, pues vas, y si te mandan a una grande, pues mira que bien, y vas. Si te dicen que hagas labores de limpieza, pues es parte de tu trabajo, lo haces y punto. Si te dicen que vayas de apoyo a una atracción para bajar el tiempo de espera del visitante, lo haces. Estos jefes normalmente son buenos tipos/buenas tipas, no me quejo.Y además, Parque Warner es un sitio donde cosechas lo que te vas labrando, aunque haya trabajadores que se ponen pesados con ciertos asuntos y los jefes se bajan los pantalones con ellos con tal de no aguantarles.

Y por hoy acabaré hablando de mantenimiento. Es un departamento que tiene sus propias operativas, y tratar con el visitante no es lo suyo. No hay cosa que más me fastidie que una persona de mantenimiento interceda con un visitante en mi lugar. Otra cosa en la que hay divergencias es en la operativa a seguir tras un fallo de la atracción (fallo del sistema, no de la seguridad, que quede claro). Nosotros, los operadores y auxiliares de la atracción, para comprobar que todo está correcto, tenemos la obligación de hacer un ciclo sin gente. Mantenimiento, para ahorrar tiempo, a veces te insiste en lanzar el ciclo con gente. Por ejemplo, el tren de una montaña rusa llega a la estación y no abre los arneses. Lo que habría que hacer es abrir manualmente los arneses, sacar a la gente, verificar el fallo, subsanarlo, y lanzar el tren sin gente. Y a lo mejor llega mantenimiento y te dice que van a lanzar con gente. ¡Para el carro, tronco! El ciclo se lanza en vacío. Y lo peor es que llegan y cogen la megafonía y le dicen a la gente que van a repetir para que puedan salir cuando el tren regrese de nuevo. ¡Error! Claro, cuando saco a la gente impidiendo que repitan porque hay que lanzar en vacío, quedo como un ogro. Fuera de estas rencillas, hay tipos en mantenimiento que son majetes y con los que me llevo muy bien.

Por hoy nada más. Simplemente deciros un par de cosas por si queréis visitar un parque temático: las atracciones son totalemente seguras, chicos, si no lo fueran, ¿cómo se iba a permitir que se abriesen al público? Lo segundo: en la feria dejan montar a todo el mundo aunque no cumplan las medidas de seguridad, nosotros impedimos el disfrute de ciertas atracciones a ciertas personas que no cumplen tales medidas. Pensad en que las bases de una atracción de feria se sustentan en cuatro postes de madera, y las bases de nuestras atracciones se sustentan en acero industrial. ¿Queda clara la diferencia entre nosotros y la feria?


1 de julio de 2010

Déjame entrar

Título original:  Låt den rätte komma in
Director: Tomas Alfredson
Nacionalidad: Suecia
Duración: 114'
Año: 2008
Reparto: Kare Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl,...
Género: Drama fantástico


Sinopsis: Oskar es un chico de 12 años que sufre continuamente el acoso de sus compañeros de clase mas fuertes. Su deseo de tener un amigo parece hacerse realidad cuando conoce a Eli, una niña de su misma edad que acaba de mudarse a la casa de al lado. Pero Eli es una niña uy misteriosa: es muy seria, está muy pálida, sólo sale por las noches y aparentemente no le afectan las temperaturas heladas. Una serie de desapariciones y asesinatos inexplicables coinciden con la llegada de la chica. 

Valoración personal: 9

Crítica: "Déjame entrar" llegó milagrosamente a la cartelera española gracias a una merecida nominación al Oscar como mejor película de habla no inglesa, se estrenó en muy pocas salas, y pasó muy desapercibida para la mayoría, pero fue un éxito internacional en múltiples festivales, y fue alabada unánimamente por la crítica. En pleno crecendo hormonal de la saga "Crepúsculo", se valora aún más esta película sueca que revitaliza al vampiro, lo humaniza, lo desmitifica y lo engrandece. El adjetivo mas apropiado sería dignidad, mucha dignidad tiene el vampiro en esta historia de terror, amor y amistad.
 
 
Estamos ante un film pausado, se toma su tiempo en darnos detalles, pero lo hace continuamente. Rápidamente conectamos con la pareja protagonista, solitarios en un mundo entristecido por la mirada austera de los adultos y donde las personas son más frías que los parajes invernales de la Suecia industrial que les rodean. Esa pausa narrativa se ve golpeada por escenas muy violentas, la sangre sobre la nieve resulta impactante, la fotografía hace el resto. 
 

El espectador ve a través de los ojos de la inocencia de Oskar, que ve a una criatura diabólica como un ser que mata para sobrevivir, simplemente trata de alimentarse. En "Déjame entrar", el vampiro no es un monstruo, ni un ser atractivo sediento de víctimas, ni un tipo arrogante  y atractivo que duerme en un ataud. Aquí, el vampiro es una niña de mas de un siglo de edad, incapaz de mantener una amistad duradera debido a su inmortalidad, que encuentra en Oskar una persona tan solitaria como ella, tan necesitada de alguien que le comprenda tanto como ella. Estamos ante una película que se toma muy en serio al vampiro. El verdadero monstruo es la gente que deja pasar su vida tristemente, encerrados en una ciudad sin futuro, que ven asaltado su día a día por una serie de extraordinarios acontecimientos.


No estamos ante una película de diálogos, no hacen falta. Las propias imágenes y las miradas y gestos de los personajes nos transmiten todo lo necesario para ir comprendiendo la historia y su desarrollo. Pocas veces se siente tanta ternura por seres que siempre nos han transmitido terror. Es para aplaudir la forma en que evoluciona el dúo protagonista, cómo aprenden el uno del otro, con un sentimiento de terror y amor que sienten el uno por el otro, hasta finalmente aceptarse como son y protegiéndose mutuamente.
 

Hay escenas de una calidad enorme, la tensión de éstas está muy bien manejada. La escena de la piscina se puede considerar como una de las mejores escenas del género. Una pena que la película haya sido ignorada por las grandes distribuidoras y que su marketing haya sido nulo, ya que de haber sido más onocida estaríamos hablando de una película histórica. Aún así, hay que afrimar que se trata de una de las mejores películas del cine europeo de la última década. Ahora mismo se prepara su remake americano que, esperemos, esté a la altura.