Seguidores

27 de febrero de 2011

Hay profesores que marcan, y luego está ésto.

Ayer por casualidad, curioseando entre cuadernos y libretas que guardo desde que tenía dientes de leche, encontré unos papelajos arrugados y carcomidos en los que coleccionaba frases épicas de mis profesores de Bachillerato. Lo primero que pensé fue que yo a los 17 años tenía letra de niña, y lo segundo que me vino a la cabeza es que yo a los 17 me veía a los 23 terminando una carrera universitaria y haciendo planes de independizarme. Hay que joderse cómo se alarga todo.

En fin, después de varios flashbacks que me asaltaron en ese rato, dije que esas frases eran dignas de publicarse en el blog. Pero no todas. Las que realmente valen la pena son las de mi profesor de Historia Contemporánea, al que llamábamos Chiquito. Este hombre estaba al borde de la jubilación, no medía mas de metro sesenta (de ahí su sobrenombre), y estaba ya para pocos trotes.

Este hombre estaba obsesionado con la economía. Hasta el punto de llegar a decir "cuánto mas se lee mas se entera uno, pero yo no me entero porque no he estudiado economía". Era un hombre mayor, y hacía uso de frases contradictorias típicas de la edad como "yo no sé qué mira la señorita que no está mirando" o redundantes como "yo estoy hablando siempre en serio, porque esto es serio, y más serio es en este tema que es serio". También aplicaba lógica en su discurso: "lo que todo el mundo sabe es que los hijos los tiene la mujer", continuado de un convencido "últimamente las mujeres hacen lo que les da la gana, y mi mujer hará, supongo, lo que tenga que hacer". Y permitidme dudar de sus métodos para imponerse a los alumnos: "mándame callar y yo me callo".

Otras frases épicas de este señor dignas de mencionarse son:
  • "Eso fue en 1778, después de la muerte de Franco". Insisto, era mi profesor de Historia.
  • "Con dos sueldos podemos...erg...pagar..ar...ar...er...mejor que...ergh... En fín, página siguiente"
  • "Me interesa dar clase y que me paguen" y "Un profesor está primero para cobrar y luego ya para enseñar". Por el interés te vi Andrés.
  • "Si yo voy a la ferreteria a por pan, no hay". La de veces que pudo decir esta frase...
  • "Los apuntes mejores son peores que el peor libro"
  • "El vino es una fuente de calor".
  • "Confieso mi ignorancia". Viniéndo del hombre que me tenía que enseñar Historia, no es una frase muy esperanzadora para aprobar con nota la asignatura.
  • "Lo que es así es así, y bueno, es así y así debe ser".
  • "No es lo mismo querer comer que coger una cuchara y un tenedor y ponerse a comer". Obsesión con la comida, al igual que en "Cómo lechuga pero no cómo filete".
  • "No sé que me pasa en esta pierna. La otra tiene la misma edad y no me duele".
  • "Cuánto mas tonta es la gente, mejor se arreglan las cosas", "¿Cómo voy a organizar un país si no sé organizar ni mi casa? y "Donde mejor se arreglan las cosas en este país es en los bares" son ejemplos de cómo nos instría sobre política.
  • "En Francia votan los que tienen 21 o más varones".
  • "Es como si yo soy chino y no hablo". Para lo que acabábamos entendiéndole, iba a ser lo mismo.
  • "Si queréis, hacemos una clase sobre la situación y convenencia de traer los libros".
  • "Si es que yo he leído el libro y vosotros no; yo necesito leerlo una vez, y vosotros seis". En el fondo, nos subestimaba.
  • Cuando alguien se pasaba una notita en clase, su respuesta era clara y concisa: "Llévese ese papel, porque en España hay que poner un sello para enviar cartas".
  • "Hay gente que con 40 años no está igual que como cuando hizo la comunión". Él sí.
  • "¡¡Yo me casé y no salí en ninguna revista, y democráticamente tengo el mismo derecho a hacerlo que los famosos!!". Me lo imagino vendiendo la exclusiva a ¡Hola!
 Las clases de Chiquito siempre terminaban en bronca con varios alumnos que terminaban desertando y dirigiéndose al despacho del profesor de estudios a quejarse del hombre. Muchas clases de Chiquito empezaban con 20 alumnos y terminaban con 4, siendo yo uno de esos 4. Que realmente éramos los mas cabrones, porque atendíamos poco, y para aparentar atención le preguntábamos cosas que ya sabíamos, lo cual hizo que nuestra nota de clase subiese como el precio de la gasolina.

Si algo aprendí con este hombre, es que para comprar pan, no debía ir a una ferretería. Lo malo es que no se molestó en decir dónde tenía que ir para poder adquirirlo.

23 de febrero de 2011

Lo políticamente correcto.

Cada día me asombra más el mundo en el que vivo. Para mal. Y eso que soy un pesimista optimista con experiencia en cuanto a la raza humana. Resulta que las personas son bocazas por vocación. Y si todos nos aplicasemos el dicho de "más vale permanecer callado y parecer tonto que hablar y demostrarlo", estaríamos mudos. Me voy a apoyar en una de las noticias de la semana: Esperanzita tiene cáncer de mama. Por ahora lo dejo ahí.

Resulta que vivimos en una sociedad consciente de las penurias que asolan al mundo: pobreza, desnutrición, enfermedades (muchas de ellas fácilmente prevenibles), violencia de género,... Todo ello se ceba con los más débiles. Repito: somos conscientes de que esto está ocurriendo ahora mismo. Pero echamos la mirada hacia otro lado. Limpiamos nuestras consciencias tacañeando con un "pobrecillos". A lo sumo, echando 10 eurillos en alguna colecta. Punto.

Por otra parte, nadie es tan puramente moral y ético como para no desearle mal a otra persona. Que levante la mano quien no haya deseado que algún prójimo se muriera. Lo siento por quien deje la mano bajada, le voy a llamar hipócrita por dos razones. La primera porque si estas en este blog, será porque compartes mas o menos las inquietudes que aquí expreso, o al menos estas de acuerdo con muchas de ellas. Una de esas inquietudes es que los tiranos no tienen cabida en este mundo. Segunda razón por la que eres un hipócrita si has dejado la mano bajada: ¿en serio crees poseer una superioridad moral capaz de no desearle mal a otra persona? No te lo crees ni tú.

Y ahora hablemos de humor negro. Alguien que no lo entiende es porque tiene la conciencia verdaderamente sucia. O porque cree poseer esa superioridad moral que he mencionado antes. Hace un mes, a Vigalondo le cerraron su blog por hacer un comentario inocente y en absoluto malintencionado acerca del Holocausto. Aparecieron cientos de detractores hacia el comentario, casi parecía que el propio director había sido partícipe de tal genocidio. Cuando alguien que verdaderamente ha seguido la trayectoria del director, sabe con qué intención hace tal comentario. Resulta que a mí me gusta bastante el humor negro, creo que es un humor carente de hipocresía y políticamente incorrecto. Porque, pese a que nadie hace nada para finiquitar las penurias del mundo, resulta que hay que ser políticamente correctos. Lo que vengo diciendo, hipócrita. ¿Quién no se ha reido de un chiste sobre Irene Villa? ¿O sobre alguien con Sida? ¿O sobre algún niño desfavorecido? Nadie es tan cuadriculado como para no reirse de ello. ¿Reirse con este tipo de humor nos hace malas personas? Pues no puedo dar una respuesta absoluta. Lo que tengo bien claro es que el humor políticamente correcto no hace al que se ríe de él mejor persona.

Perdonad este post tan malhumorado, ha sido un pronto. Volvamos con Aguirre. Mi postura frente a su enfermedad ha sido de absoluta indiferencia. Si se hubiese muerto, mi reacción no hubiese sido de pena, en absoluto. Es más, he hecho varios chistes acerca de ello. Resulta que mucha gente decía "qué pena lo del helicóptero" o "qué pena lo del atentado". Mucha de esa gente ahora cambian de postura y le desean una pronta recuperación. ¿Por qué nos volvemos tan sensibles on una persona que ha privatizado escuelas y hospitales, ha inaugurado varias veces los mismos centros, ha hecho todo lo posible para dificultar a los jóvenes una correcta formación y para que sus condiciones laborales sean precarias, que tiene varios sueldos y empobrece a sus ciudadanos, o que se ha saltado la lista de espera para ser intervenida por su cáncer? Esperanza Aguirre es una hija de perra, y que tenga esa enfermedad lo único en que la convierte es en una hija de perra con cáncer. Y muchos hemos deseado varios males hacia su persona, no me vegáis ahora con que "eso no se le desea a nadie", porque es mentira. Una persona me llamó nazi por no desearle bienaventura a la presidenta de la Comunidad de Madrid.


Asumidlo. Todos somos malas personas intentando en la medida de lo posible hacer cosas buenas. Competimos entre nosotros, y mientras no estemos verdaderamente jodidos, lo que les pase a otros nos importan una mierda. ¿Hay una frase mas hipócrita que decirle al vecino, al que vemos de pascuas a ramos, al cual se le ha muerto su madre, a la cual no conocíamos, que lo sentimos?

Y para que no me digáis que soy un insensible y que yo no lo he vivido, os diré que un cáncer estuvo a punto de llevarse a la tía con quien me crié, que mi abuelo ha sufrido un cáncer de próstata, que yo me he pasado toda mi adolescencia con una enfermedad calificada como rara llamada síndrome de Kimura, y que mi otro abuelo murió después de estar dos años con Alzheimer.

Así que no me jodan, por favor.

20 de febrero de 2011

El trabajo es salud, dicen por ahí.

En un arrebato de nostalgia, me ha dado por reflexionar acerca de mi vida laboral, o sea, trabajos de mierda. Es que echo la vista atrás, y rememoro que cuando tenía 18 años me veía a estas alturas terminando una carrera y con ganas de independizarme. Pues la cosa va para largo.

Resulta que tras sacarme Bachillerato, mi intención era la de alistarme en las tropas de Comunicación Audiovisual, pero, pese a mi notaza de Selectividad descompensada por mi racanería en el Bachiller, era septiembre (yo es que las cosas las dejo para el último momento, para darle mas emoción a la vida) y ya solo quedaban plazas en carreras plomazo. Así que me ví obligado a tomarme un año sabático en cuanto a los estudios y a ponerme a currar como un cabrón para hacer algo de provecho con mi vida mientras tanto. ¿Y dónde fuí a parar? A un puesto de encuestador telefónico a través de una ETT.



Nos referiremos a la empresa como Análisis Guarrions, ingenioso juego de palabras que utilizábamos los esclavos de la firma debido a que la oficinucha estaba hecha una pocilga. Yo entraba en el turno de tarde, y las jefas (dos pijas pobres, porque eran mandos intermedios y se creían las reinas del Sahara, pero mileuristas después de todo) insistían en que la oficina se limpiaba por las mañanas. El caso es que para verificar su palabra, un día, compinchado con mis compañeros de celda, introduje un trozo de manzana en una ranura de la torre de mi ordenador (sin actualizar desde Windows 95), y ahí se quedó durante el resto de mi estancia en la empresa, pudriéndose, desechando hedor y coleccionando microorganismos agresivos. Y la moqueta barata que tenía el local tenía una buena recopilación de anomalías, sustancias resecas y pelusas insalubres. Por mucho que las jefas del demonio dijeran que eso se limpiaba, no se lo creían ni ellas. Ni ellas ni el jefazo, al que llamábamos Marismeño (y que tenía a su madre haciendo encuestas con nosotros, que ya hay que ser mal hijo), un tío que nos animaba con frases de "tenéis que ser máquinas de llamar". Se creía Guardiola me parece a mí.

El trabajo en cuestión era la repolla de triste. Tu cogías tu teléfono y no sabías con quién te ibas a topar al otro lado de la línea. Varios ejemplos con los que me topé: una funeraria, una mujer que me ofreció sexo del duro, una abuela que me habló de su marido ya fallecido, un skin enfurecido que me amenazó con ahorcarme de un puente, una señora preocupada porque no sabía dónde estaban sus hijos, un hombre con intenciones de suicidarse,... Entonces muchas veces me salía de mis funciones y acababa ejerciendo de psicólogo, pero cobrando menos de 6€ la hora. Haced la prueba cuando os llamen para haceros una encuesta y contadles vuestras penas, los encuestadores son buenos hombros donde derramar las lágrimas y los mocos de la depresión.

Pero lo que abundaban eran las amenzas. Y no era para menos. Yo me moría de vergüenza cada vez que me tocaba preguntar cosas como "¿tiene instalada alarma en su hogar?" ó "¿su portal tiene guardia o un segurata?", para luego tener que pedir los datos del domicilio, los cuales me los tenía que acabar inventando para completar la encuesta porque todos colgaban, evidentemente. O también estaban las preguntas que insultaban indirectamente a la persona encuestada, como "¿ha pensado en adelgazar?". Yo no sé quién diseñaría las encuestas en Análisis Guarrions, pero era objeto de nuestra ira todos los días.

Después huí de este lugar para retornar a los estudios y sacarme el FP2 de Imagen (la Universidad me había desencantado). Pero resulta que me había acostumbrado a tener dinero mío, poco, pero mío. Y aprovechando que Estropajo y su novio trabajaban en un Telepizza, les dije que me colaran. Fue una época depresiva. En una cocina del tamaño de un zulo, los esclavos teníamos que pegarnos unos con otros para tener hueco suficiente con el que confeccionar las pizzas, sin pasarnos de la cantidad de ingredientes para que las encargadas no empezaran a gritar "¡esas tartas!", explotando la capacidad del horno que iba lentísimo y luego no teníamos dónde colocar las pizzas, atendiendo a las llamadas del teléfono mientras dejabas una pizza a medio hacer, y luego turnándote para sacar las comida del horno y con ello coleccionar quemaduras en las manos y haciéndote cortes con las cajas de cartón. ¡Ah! Y luego había que lavar los cazos, las bandejas y los platos. Y esa cantidad de funciones había que hacerlas a toda ostia. Y si las encargadas del demonio carecían de paciencia y temple, los clientes muy pacientes no eran tampoco. "¡Que llevámos aquí 15 minutos, y nuestras 12 pizzas todavía no nos las habéis dado!".

Una de las cosas que mas odiaba eran los niños que pegaban sus morros a la mampara de la cocina, y te miraban agilipollados. ¿Y mi copyright dónde carajo está? ¿Ferrán Adriá deja al cliente ver cómo prepara sus platos? Que hablando de preparar platos. En San Valentín sacaron pizzas con forma de corazón, y esa idea la sacaron de mí, los muy cerdos. Porque cuando yo me ponía a amasar, redondas no me salían las bases, a mí me salían deformes y con forma de corazón, eso si no las acababa rompiendo. Pues yo quiero que me paguen por derechos de autor. ¿Dónde está la Sinde para estas cosas?

Y llegando verano de 2008, llegó el milagro. La Warner requería de mis servicios, y sin pensarlo dos veces, me fuí del Telepizza, le dije al jefe que esa noche no contara conmigo, y le dejé con cara de "no puedes hacerme esto, a mí, que te he procurado 200€ mensuales y te he explotado con cariño". Y desde entonces mis jefes son Bugs Bunny, Piolín y Batman. Al año siguiente fuí ascendido a operador que se toca los huevos. Pero todas esas historias me las voy a ahorrar, que ya hay una sección en el blog sobre ello.

Entre medias hice unas prácticas no retribuidas en RTVE. ¿Y qué contaros? Anne Igartiburu es una borde, Carmen Sevilla lleva tres kilos de maquillaje y necesita de 7 horas para grabar 25 minutos de programa (para desesperación de los cámaras), Cayetana Guillén Cuervo, para mi sorpresa, es bastante simpática, y el Torreiglesias se cree el rey. Como curiosidad: en "Saber vivir", donde se suponía que todos los que estan presentándolo son médicos, a las señoras del público les solía entrar con bastante frecuencia golpes de calor debido a los focos, ataques de tos, bajadas de tensión,... Ahí nadie hacía nada, Torreiglesias ponía cara de "saquen a esa mosca cojonera de aquí, que me estropea el programa" , sacaban a las pobrecillas del plató, y como si no hubiese pasado nada. Que dichas señoras eran verdaderas gruppies del Torreiglesias: era entrar el hombre en el plató, y todas comenzaban a sonreir inquietas, a retocarse el maquillaje y los peinados, y a murmurar entre ellas picaronamente.


Sobre mis funciones: tocaba cámaras en los descansos y si me dejaban, me pasaba las mañanas en Radio 3 viendo conciertos de grupos guapos por la cara, y comía gratis, además de que nadie se ocupaba de vigilar a qué hora llegaba o me iba. 

Espero que mi siguiente parada laboral sea mas interesante que chistosa. Pero por ahora toca esperar y tener paciencia.

18 de febrero de 2011

El Señor de los Anillos: Las dos torres

Título original: The Lord of the Rings: The two towers
Director: Peter Jackson
Nacionalidad:EEUU / Nueva Zelanda
Duración: 179 minutos
Año:2002
Reparto: Elijah Wood, Viggo Mortensen, Ian McKellen, Sean Astin, Liv Tyler, Bernard Hill, Christopher Lee, Sean Bean, Orlando Bloom, John Rhys Davies, Andy Serkis, Karl Urban, Miranda Otto, ...
 Género: Fantasía / Aventuras
 
 
Sinopsis: La Compañía del Anillo se ha disuelto. El portador del anillo Frodo y su fiel amigo Sam se dirigen hacia Mordor para destruir el Anillo Único y acabar con el poder de Sauron. Mientras, y tras la dura batalla contra los orcos donde cayó Boromir, el hombre Aragorn, el elfo Legolas y el enano Gimli intentan rescatar a los medianos Merry y Pipin, secuestrados por los ogros de Mordor. Por su parte, Saurón y el traidor Sarumán continúan con sus planes en Mordor, en espera de la guerra contra las razas libres de la Tierra Media.

Calificación personal: 9,5

Crítica: El reto era complicado: no solo mantener el nivel de la antecesora, sino superarlo. "Las dos torres" tenía la tarea de dividirse en varias tramas, todas con un peso importante, y hacer que el espectador no se perdiera entre sus frondosos paisajes y su creciente corte de personajes. Y el gran acierto para llevar a cabo este cometido es el balance concienzudo entre los momentos mas épicos y gloriosos y los de mayor sosiego y parsimonia. Estamos ante la parte mas comercial de la trilogía, la que mas acción y menos drama tiene, la que mas ahonda en la aventura. En ella la historia ruge con toda su potencia.


Los conceptos de la saga se mantienen intactos, y la manera de continuar la historia es coherente. Las subtramas ganan protagonismo para dotar de fuerza y sentido a la principal. La dirección de Jackson sigue vigorosa, el uso de los efectos especiales continúa siendo inteligente y las batallas ganan terreno, el trabajo de todo el reparto, al que se unen nuevos personajes, es mas que competente, y la banda sonora de Howard Shore es un nuevo prodigio. Jackson se toma mas licencias en los detalles respecto a la obra original, manteniendo el gran respeto por ella que le caracterizó en la primera parte, otorgando mayor fluidez a la narración, introduciendo mas momentos lúdicos (la relación que mantienen Gimli y Legolas a partir de ahora es un gran acierto), y se profundiza en personajes como Saruman, quien resulta ser la gran amenaza en la trama de mayor peso de la película: la guerra de Rohan con Isengard.


El sentido del ritmo sigue inalterable, y se nos concede el placer de asistir al enfrentamiento de una minoría frente a fuerzas abismales, se profundiza en los sentimientos de respeto, de admiración y de ternura entre los personajes, con el acierto de acotarlos y dotarles de tridimensionalidad. La introducción de los personajes de Rohan engrandecen el drama y la épica, con un Théoden consciente de su imperfección como lider, pero impecable como metáfora del destino, con escenas compartidas con Éowyn escasas pero bellas y tiernas, y un par de parlamentos gloriosos.


Se nos presenta a uno de los personajes mas raros y fascinantes que se han visto en los últimos años: Gollum, antiguo poseedor del Anillo, personaje digitalizado y perfectamente integrado, resulta llegar a ser un auténtico robaplanos. Su ambiguedad moral le convierte en un personaje muy interesante, restándole poder carismático a sus compañeros de viaje, un esforzado y sufrido Sam y un cada vez mas perturbado y deteriorado Frodo. Pero el viaje de los dos hobbits carece del suficiente interés para cargar con el mayor peso de la trama, es una travesía cargada de peligros, con actitudes heroicas pero que excepto por la inclusión de ya citado Gollum, no tienen mucho mas con lo que interactuar. Así que Peter Jackson se decanta por la vía épica, dando protagonismo al viaje de Aragorn, plasmando el triunfal regreso de Gandalf, con una escena inicial impresionante (una de las aperturas de una película mas brillantemente conseguidas que haya visto), sumergiéndonos en su drama romántico con la elfa Arwen y la princesa Éowyn, y culminando en la batalla del Abismo de Helm, secuencia de gran fuerza y talento visual.


En esta parte intermedia, toda la importancia recae en las subtramas. Tanto, que la destrucción del Anillo, de tanto protagonismo en la primera parte, resulta ser un MacGuffin, simplemente es el causante para desencadenar todas las historias paralelas que se van sucediendo, y no nos acordaremos de que ésa es la verdadera misión de los personajes hasta los últimos cinco minutos de la película, que la dejarán suspendida in media res. Hemos asistido a capítulos de tremenda importancia para conocer a los personajes mas a fondo, para que seamos conscientes de los dramas y luchas, tanto internas como externas, a los que se estan enfrentando. Con ello, se explota todo lo que el público estaba esperando.

15 de febrero de 2011

Señoras con paraguas y otros peligros de la lluvia.

Tengo asumido que si algún día me quedo tuerto será por culpa de un paraguas manejado por una señora al ejercer palanca sobre mi cavidad ocular. El paraguas está mal inventado, yo no sabría mejorarlo, pero sé que el tipo que lo inventó no se esforzó demasiado. Y eso que a mí los días de lluvia no me molestan (aunque en Madrid, como me dice Txu Mifune, mas que mojarte te empapas de contaminación), lo que pasa es que no soporto los días lluviosos porque dan la alternativa a la gente para sacar a relucir estos instrumentos del demonio, que nadie les enseñó a utilizar.

La puerta de un colegio en hora punta es el mejor exponente de que la gente no está preparada para llevar en sus manos un paraguas. Si ya en un día soleado, las madres a la salida se multiplican como las moscas en verano, ocupan toda la acera y la hacen intransitable, y realizan movimientos bruscos repentinos y agresivos que sólo los mas avispados pueden esquivar, en un día de lluvia estas señoras se vuelven mas peligrosas que un mono jugando con dos granadas. No sé que se creerán que es la lluvia, pero por sus reacciones deben pensar que es ácido o algún siniestro fluido que las convertirá a ellas y a sus hijos en zombies. Agachan la cabeza, ocupan todo el espacio a metro setenta y cinco del suelo con sus paraguas del diámetro de una plaza de toros, gritan en sus dialectos (una mezcla de paleto, choni y orco, con gallos guturales incluidos), y les da por correr. ¿Habéis visto cómo corren las señoras? Son un puto peligro. Y cuando cogen a sus niños, a todo eso se le une el llevar junto a ellas a la criatura, debajo del paraguas. Y si ven que vas detrás, sin ninguna herramienta para librarte de la lluvia, te ignoran. Es más, creo que sus mentes maquiavélicas trazan un plan conjunto para impedirte el paso.

A todas esas señoras, desde aquí, las quiero de jar bien claro una cosa referente a la lluvia: es agua. Nada más que eso. Ni se van a derretir, ni van a encoger. Y menos si van protegidas por sus armas de destrucción masiva (sí, me refiero a los paraguas). Y por favor, que aprendan a portarlo.

Por cierto, que hay que ver lo feos y mal diseñados que son algunos paraguas. Estan los que son de algún banco, como las gorras de los abuelos, o los hay de flores, de animalitos, o de algún personaje animado. Están los unicolor y los de varios colores. Creo que un paraguas no es un buen regalo de cumpleaños o de navidad.

Los días de lluvia tambien abunda gente que se olvida de circular por la carretera. La gente ignora las señales, pone los limpiaparabrisas a mil revoluciones, y les da por ir a todos por el mismo sitio/carril. Como siempre, los intermitentes se quedan de adorno. Nadie se acuerda de respetar las distancias. Los semáforos en ámbar se apuran más que nunca (que si hay que esperar a que luego el semáforo se ponga en verde, el coche se moja). Y parece que la lluvia se transforma en una escusa para conducir mal. Aparte de que un día lluvioso en la carretera parece el día adecuado para utilizar el claxon. Es caer cuatro gotas, y todo el mundo empieza a tocar el pito, como si fuesen a espantar así las nubes. Todo esto genera que cunda el pánico.

Y ahora una pregunta: ¿por qué cuando llueve, las fuentes ornamentales siguen en funcionamiento? Porque llover y ver cómo las fuentes echan agua no queda bonito. La lluvia les resta protagonismo a las fuentes. A los ayuntamientos, por favor, apagadlas.

Como ya he dicho, los días lluviosos no me importan, y no me importa mojarme. Es más, nunca utilizo paraguas. No es que me guste calarme, lo odio, pero por eso utilizo ropa resistente al agua. Un día de lluvia sería perfecto si las gente con paraguas se quedase en casa viendo la tele.

P.D.: ¿Sabíais que Lluvia es un nombre de mujer? Hay que ser muy cabrón para llamarle así a tu hija.

14 de febrero de 2011

¿Por qué lo llaman amor...?

14 de febrero, una de esas fechas que es imperativo marcarlas en el calendario. Tal día como hoy murió el explorador James Cook o el monarca alemán Enrique II fue coronado emperador. Sí, y se me olvidaba mencionar el detalle de que hoy es San Valentín, santo que, por cierto, no existió. Hoy es el día del amor, así que había que dedicar una entrada a tal acontecimiento.

La verdad es que un solterón empedernido (y que siga así, por dios) como yo no es una autoridad en el tema, precisamente. Follar no es amar, esto que nos quede claro. Y masturbarse tampoco, dejad de tocaros, que se os va a quedar la picha y el higo naranjas.

Esta es una fecha de esas en las que a mí me dan ganas de vomitar, de meterme un tiro o de tirarme desde el cuarto. Hoy tengo que aguantar (y algunos de vosotros también, supongo) mensajitos entre parejitas estilo "te quiero, eres mi todo". Qué monada. Pero a esa gente nadie les ha dicho la verdad: que la vida no es una película de Disney, que a él le va a salir barriga y se va a quedar calvo, y que a ella le van a salir varices y se le caerán las tetas. A ver si por entonces siguen queriéndose. Además, que esto lo sé yo, que el ser humano está genéticamente preparado para la poligamia, que no se puede ser pertenencia de una sola persona. Eso se lo inventaron los testigos de Jehová y nosotros nos lo tragamos. Por cierto, a ver si nos dicen ya de qué han sido testigos, que a mí todos los sábados me llaman a casa para darme revistas, pero no sueltan prenda. Algo ocultan los mamones.

Bueno, que me voy por las ramas. ¿Qué es estar enamorado? La gente que sabe de esto dice que se sienten unas mariposas en el estómago. Mentira, eso es porque el amor produce gases. ¿Nunca habéis estado con una persona que os gusta, poniendo cara de agilipollado, mientras te aguantas las ganas de convertirte en una bocina humana? Además, que la gente hace cosas estúpidas por creer estar enamorados. Yo esto lo he vivido, y no os lo recomiendo. Porque basta que te cueles por alguien para que esa persona te suelte la famosa frase de "es que eres mi amigo". Ya, te comprendo, que tú lo que quieres es liarte con un desconocido, que quizá lo único que quiere es violarte y drogarte, para dejarte un bombo del que no te desprenserás hasta dentro de 9 meses. Normal.

Me refiero a los superamigos. Esas personas que van detrás de otra persona las 24 horas del día, se convierten en su perchero, en su bolso humano, en su paquete de pañuelos, en su psicólogo, en su cómico, en su chófer,... Todo con tal de que finalmente te puedas follar a esa persona...para que al final sea el que menos caso le hace la persona que se lleva el gato al agua. Esto lo digo desde la voz de la experiencia, que yo he estado en las tres esquinas. Y es un juego que no es muy divertido, porque amor no se obtiene, y si lo que buscas no es amor sino curar las penas, el tiempo invertido es desproporcionado respecto a lo que finalmente se obtiene. En serio, adoptad un perro, que ese siempre os querrá.

Y bueno, hoy es una fecha clave en la que descubres que la gente, definitivamente, es gilipollas. Porque hoy todos dicen "que no creen en San Valentín", pero los que tienen parejita acaban poniendo en el muro de Facebook esas frases lapidarias estilo "sin ti no soy nada, mi princesa". Y acaban regalándole cualquier mierda. Que en San Valentíin no creen...pero en San Corte Inglés sí. Estamos rodeados de infelices y calzonazos. Y lo peor de todo es que muchos de ellos acaban fundando un familia y criando una camada, cuando todo se originó en aguantarse las ganas de tirarse un pedo. La próxima vez, cagaos encima, eructad, y libráos de esa vida, que la mayoría acaban amargados.

Sobre el título del blog.

Ante la insistencia popular, voy a explicar porqué el blog se llama "Deus ex machina". Los mas avispadillos habréis notado que la URL se llama en realidad "deuX ex maQuina, pero esto simplemente es por la disponibilidad, no es algo fortuíto.

Bueno, empecemos por el principio. En la Antigua Grecia, concretamente en el teatro griego, en muchos dramas solía hacer acto de aparición algún dios de manera espectacular. Para ello se utilizaban efectos especiales realizados con maquinas, y resolvían una situación complicada en favor del héroe de turno. Esto era el "dios de la máquina".

Hoy en día, el "dios de la máquina" sigue existiendo, pero en el cine. Habréis notado que en muchas películas se dan situaciones muy complicadas de solucionarse y que los protagonistas parecen destinados a ser derrotados...pero en el último momento algo extraordinario ocurre, y logran resolver la situación. Como uno que está en un barranco atrapado entre el vacío y un tío que le apunta con una pistola, y de repente aparece un helicóptero con sus colegas que le sacan del entuerto y se cargan al malo. Eso es el "Deus ex machina".

¿Y por qué carajo se llama así mi blog? Dos motivos: el primero, me encanta el cine y quiero dedicarme profesionalmente a él. El segundo: en mi vida real, suelo meterme en diversos líos por contar verdades a medias o por ocultar la verdad directamente. Uno de esos líos: me tiré todo bachillerato engañando a mis padres sobre mis notas, algo que me metió en varios aprietos que finalemente se resolvieron gracias a que pude aprobarlo todo. Si no llego a aprobar...las mentiras de dos años me hubiesen mandado al pozo.

Y también me ocurre que soy una persona que no sabe que decir que no en muchas ocasiones, así que prefiero soltar pequeñas mentiras a dar un "no". Sí, la he liado parda muchas veces por ese pequeño defecto de mi personalidad. Pero todo se acaba solucionando de la mejor forma posible: alguien acaba insultándome, a lo mejor me acabo llevando una ostia, o Fuenlabrada acaba con carteles de "Wanted" con mi cara en ellos.

Bueno, pues espero haber aclarado vuestras dudas. Y no temáis: aquí suelo ser sincero.

3 de febrero de 2011

El ataque de los virus.

Yo que me creía invulnerable, resulta ahora que mi hermano me ha pegado un gripazo. Con lo bien que me iba a mi la vida, hay que cagarse. Y es que los virus son así: te atacan sin previo aviso, ni se molestan en avisar previamente a algún diario vasco. Por lo menos podrían dejar mensajes en un post-it, o un e-mail. Yo que sé, algo. Que estamos en la era de la comunicación...o eso se supone. Que no, que ellos son un contingente hostil que no escatiman en tiempo ni se molestan en negociar contigo. Van a por ti, y ten pelotas de denunciar a la OMS.

- "¿Es la OMS? Sí, miren, que resulta que unos virus gripales me están atacando, y leyendo los estatutos de la salud, en el apartado de no agresión se señala que esto no es honrado por su parte."

- Tu...tu...tu...tu...tu...tu - Te cuelgan y se lavan las manos en el asunto.

(Nota aclaratoria para los poco espabilados: el tu...tu...tu... es la onomatopeya de un teléfono al colgarse).

Así que ahí te quedas tú, hincubando tus virus que ahora se han apoderado de tu cuerpo, como Alien, el 9º pasajero (el 8º pasajero era el gato, que se ve que nadie contó con la criatura). Y la cabeza empieza a martillearte, los ojos te lloran como aquella vez viendo el final de Mujercitas, se te pone cara de perro pachón, y en la garganta se te forma un coagulo de sustancias que a aquellos que sufren de dentera pues éso, que les da mucha dentera. Cada vez que toses ves a toda la corte celestial. Mira, ahí está San Mateo, descojonándose de tí, el muy cabrón. Y San Roque, que siempre me hace una visita en los peores momentos, se conoce al dedillo mi umbral del dolor.

Pero para convatir a los virus, la OMS, que aunque se lava las manos como ya he expuesto, nos colocó a las madres. Y a las madres les dotó de un termómetro de mercurio de toda la vida y de Ibuprofeno. Primero te meten el termómetro en el sobaco, que hay que joderse lo frío que está (que seguro que es lo que mejor me viene ahora, que estoy destemplado), y te dice que estes con él 5 minutos. Pero ya sabemos que la relatividad del tiempo no es la misma para las madres que para el resto del mundo, así que te permite quitarte el aparatejo a los 20 minutos.

- "Uy, pues sí que vas a tener fiebre, unas decimillas. Tómate un Ibuprofeno."

Llegamos a la parte del Ibuprofeno, el original, el chungo. Que se mezcla con el agua y forma una sustancia áspera y burbujeante blanquecina que da grimilla verla. Eso es como ponerse a lamer una tiza como si fuese una piruleta, no me jodas. El caso es que mi hipótesis es que el Ibuprofeno no hace nada, lo que pasa es que había que inventar una excusa para que las madres no invadieran con sus hijos febriles las urgencias de todos los hospitales, así que se les dio el Ibuprofeno para que saciaran sus inquietudes medicinales. Que ni se leen el prospecto ni nada, ellas te lo colocan ahí, y te obligan a tomártelo. Y si te empiezan a dar arcadas, porque seamos sinceros, esa cosa rica no está, pues te empieza a decir que eres un débil, un flojo, un asqueroso, y que has salido a tu padre. Y que no coincida ese momento de automedicación con la visita inesperada de ninguna vecina o con la llamada de alguna tía, porque las madres les contarán tu odisea con datos desproporcionados dignos de la prensa amarilla mas sensacionalista. Después de eso, tu con escalofríos y sudor frío, lo único que se le ocurre es abrir la ventana de par en par. "Que se vayan los virus, que se vayan." Que te entra mal rollo, parece una exorcista vírica, por un momento te ves metido en la película de poltergeist, y rezas porque tu madre no te suelte finalmente la frasecita de "esta casa está limpia."

Ahora os tengo que dejar, que estoy formando una estrategia defensiva y de contraataque, Creo que me voy a tomar un poco de medicina Linux, que dicen que así te olvidas de los virus para siempre. Si veis que no publico en una semana, vengadme.

1 de febrero de 2011

Yo, gafapasta en potencia.

Que levante la mano quien a estas alturas aún no sepa a lo que me quiero dedicar en la vida. Bueno, os ahorraré pensar demasiado, no vaya a ser que os estallen un par de neuronas: quiero ser cineasta. Vivir del cine. Y diréis que estoy majara, que soy un crédulo, y mas con la que está cayendo últimamente. Pues yo estoy empeñado. De una u otra forma, es a lo que me quiero dedicar, porque lo mío es vocacional, y porque ya he emprendido el camino hacia ello.

Ayer solté 1000€ (mira que cuesta ganarlos, cojones, y qué rápido se esfuman) para matricularme en la escuela de cine, y me siento aliviado. Tengo la sensación de que por fin voy a estudiar lo que quiero y con gente que sabe del asunto. Mola. Lo que no mola tanto es que aún me quedan por soltar otros 8000€. Pero eso en septiembre.

Ayer, hablando sobre este futuro que me depara con varios amigos, surgió la posibilidad de que me convirtiese en un gafapastoso. Y me he imaginado mi vida como tal. Mi vida y la de El puto Bob, que se ve que no puede vivir sin mí y también se ha matriculado.


¿Cómo sería mi vida siendo un gafapasta? Cuesta creerlo. Iría los sábados al Starbucks, para ir después con otros gafapastas a ver una exposición de fotografía moderna, para mas tarde asistir al estreno en primicia de la última producción de cine independiente vietnamita. Por supuesto, tendría que ponerme gafas (y mas ahora que estoy astigmático de un ojo), pero no unas cualquiera. La montura tendría que ser de diseño, bastante notable y destacada. Es más, podría ponerme unas monturas sin lentes, que se ve que los cultos modernos lo hacen. Por supuesto, tendría que dejar de ponerme pañuelo piratesco en la cabeza y empezar a llevar sombrero. Y corbata desajustada con un chalequito a juego. La camiseta base tendría que parecer barata, con alguna frasecilla en inglés, pero que luego no sería tan barata, que ahí radica el ingenio: hacer creer a la peña que vas de humilde, pero que en realidad llevas 100€ en ropa encima. Lo que digo, qué ingeniosos son estos gafapastas. Por supuesto, nada de calzados nike, adidas, que son compañías capitalistas. El calzado debe consistir en unas pisahuevos o unas pisamierdas de trapo. Pero aquí vuelve a surgir el ingenio gafapasta: la gente cree que llevas unas baratijas, pero ellos se han gastado el sueldo de un día en ese calzado.


Por supuesto, tendría que adecuar mi vocabulario a mi nuevo estilo de vida. Es muy importante usar palabras anglosajonas. Y mucho mas importante es saber utilizar esas palabras de procedencia inglesa y no encontrar su correspondiente en el castellano. Por supuesto, Londres ya no es Londres, sino London. Y lo mismo con Nueva York, que debe ser llamada New York, y con mucho acento inglés. Que se note que eres una persona internacional.


Y tendría que sacrificar Iron Maiden, Metallica, Korn, Ramstein, RATM,... por grupos como Franz Ferdinand, The Killers, Radiohead o Bloc Party. Tendría que llevar una vida bastante ascética sin renunciar a lo moderno y al diseño (qué ganas de complicarse la vida, coño) y a extravagancias fashionistas.Y tendría que aprender a poner cara de suficiencia y circunspecta y a mirar por encima del hombro. Tendría que gastarme la pasta en varios dominicales con sus suplementos literarios y fotográficos. Y por supuesto, tendría que empezar a considerarme a mí mismo como un árbitro de la cultura actual.


Joder, que yo solo quiero estudiar cine e intentar dedicarme a él. Yo no quiero convertirme en ese tipo de criatura. Si veis que empiezo a comportarme raro, os doy permiso para que me soltéis un par de bofetones. Mi palabra es sagrada: prometo no sufrir una metamorfosis tal que haga que mi yo actual quiera pegar a mí yo futuro.