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29 de mayo de 2013

El guion cinematográfico VIII: personajes y diálogos.

El vehículo del que se vale el guionista para narrar, experimentar e identificar las historias es el personaje. El personaje es la acción, y se define más con lo que hace que con lo que dice. Se dice que cada personaje tiene atribuidas una serie de acciones específicas (acciones que le identifican).


A un personaje hay que dotarle de varias cosas: una necesidad dramática en primer lugar; de obstáculos para que la narración tenga interés; de un punto de vista del mundo en el que vive, que tiene que ver fundamentalmente con su educación y con su ideología. Un buen personaje es la dramatización de un punto de vista sólido y bien definido.

Un personaje debe de tener cambio. Es una condición necesaria en los buenos personajes, supone que su línea argumental no sea la misma durante todo el guion. Es posible que el personaje tenga una trayectoria circular y termine en el mismo punto del que ha partido, por lo que lo que cambia es el marco. Hay que saber qué hará cambiar al personaje, de dónde viene esa alteración y su necesidad de evolucionar o de ser otro. No todos los personajes necesitan cambiar, o al menos no de la misma manera.

Para construir un personaje podemos acercarnos a una idea metódica, o mediante intuición, pero no hay una sola forma de averiguar las claves para formar la historia, cada guionista busca la suya. Para formar un personaje es necesario desear que exista y conocerlo profundamente. El personaje debe ser funcional a la historia, verosímil, adecuado, uniforme, siendo siempre el mismo pese a sus contradicciones internas. Si tiene peso en la trama, debe evolucionar.

Aunque se definen por sus acciones, los personajes también se vale del diálogo, el cual elimina la voz del narrador en introduce voz en ellos, dotándoles de una identificación. Los personajes expresan lo que no pueden decir de otra manera; siempre que se pueda encontrar un recurso cinematográfico que pueda darnos información reveladora de los personajes, se evitará el diálogo. Hay que buscar la forma de hablar de los personajes ya que nadie habla igual, por lo que la intuición es clave en este aspecto. El diálogo debe ser siempre necesario y debe servir para hacer progresar la trama. Si no aporta nada o es superfluo, el diálogo es prescindible.

Un buen diálogo tiene naturalidad (no resulta forzado y es creíble, no necesita ser brillante), fluidez (con un ritmo propio), coherencia (debe pertenecer al personaje que lo habla y tiene que ver con su estado emocional), poder de sugerencia (abre incógnitas y evita la obviedad), verismo, interacción (lo que un personaje diga condiciona la respuesta del otro) y continuidad.

El diálogo caracteriza al personaje y le muestra como una entidad completa, pero no reproduce la realidad. Debe ser limpio en ese sentido, puesto que nosotros hablamos con exceso de información en nuestra vida cotidiana, y eso en la ficción no funciona y la vuelve aburrida.

24 de mayo de 2013

Evolución hacia atrás.

"En su guerra por conquistar el espacio, EEUU invirtió millones de dólares en inventar un bolígrafo a cuya tinta no le afectara la ingravidez; la URSS usó el lápiz."
Me encanta hablar del ser humano como si yo perteneciera a la cadena de los paquidermos, pero no, todo indica que soy un homínido. Y hoy, niños y niñas, si os habéis fijado he encabezado el post con una frase que habla de algo que ocurrió de verdad. En efecto, hubo investigaciones, rompeduras de cabeza, inversiones de mucho dinero, trastornos mentales, recelos megalomaniacos y MUERTOS (en realidad no, pero poner MUERTOS en mayúscula le da al asunto un toque dramático inesperado para el espectador, o sea vosotros, queridos niños) para inventar un dispositivo cuya función ya subsanaba algo que ya existía y cuya producción y funcionamiento son más simples que el mecanismo de un lapicero. Espera, que eso no me sirve porque como estoy hablando de objetos usados para escribir, como que me repito. Diré mejor "más simple que el mecanismo de un ambientador olor a pino de los que se cuelgan del espejo retrovisor de cualquier coche unifamiliar estándar". Ea, así mucho mejor, dónde va a parar.

Todo esto para, como decía, ponerme a hablar un ratito sobre la asombrosa, fantástica, maravillosa y singular absurdez de la evolución del mono. Vale que experimentando y siendo ambiciosos hemos logrado grandes cosas, como por ejemplo ponerle un palo a un caramelo e inventar el chupachups, todo un logro. Lo que ocurre es que no siempre experimentamos en el sentido correcto y logramos algo tan útil como la famosa chuchería; la mayoría de las veces la tecnología evoluciona pero hacia atrás.

Podría decir que la tecnología involuciona.

PUES NO. Evoluciona hacia atrás, he dicho. Porque evoluciona fabricando gadgets que antes no podíamos ni imaginar (a no ser que seas Kubrick, que entonces ya lo habías imaginado, masticado, digerido, defecado y apareado con ellos no una ni dos, sino hasta tres veces), pero que no es que no pudiéramos imaginar porque "oh, ¿quién lo hubiese imaginado?" sino porque ese gadget ya existía antes, pero era más sencillo, más barato, quizá menos bonito, quizá menos llamativo y quizá menos cool, y que dices "está bien como está", hasta que llega alguno y le da por rizar el rizo cuando lo que quieres es un alisado japonés. Pero vamos, que hacía lo mismo que el nuevo gadget tan estupendo, tan lleno de colorines y tan de moda que si no lo tienes considérate un dinosaurio, seguramente por menos dinero.

Ocurre en todas las facetas del mundo humano: en la ropa, en cualquier utensilio, en la comida (niños, que no os engañen, la leche ya llevaba calcio antes de que a alguien se le ocurriera sacar al mercado LA LECHE CON CALCIO), en los videojuegos, incluso en la política.

¿En la política?

Sí, niños en la política. Porque "no somos ni de izquierdas ni de derechas, sino que somos los de abajo y vamos a por los de arriba" lo que quiere decir es "somos de izquierdas, pero no tenemos ni puta idea de que somos de izquierdas, y como decir que somos gilipollas suena poco comercial pues hemos inventado este lema que es bastante chulo". Lo que os digo, niños, evolución hacia atrás. Al menos salen a la calle, que es un paso.

Me obligáis a poner estas fotos y os odio por ello.
En nuestra eterna búsqueda del sueño americano (de la América de arriba, me refiero, que el sueño de la América de abajo, la de las repúblicas bananeras comunistas maoistas nazis, es el de esclavizar a la humanidad colocando infiltrados en atención al cliente de las operadoras telefónicas) hemos conseguido hacer complicado lo simple, hemos afeado lo que ya era bello en un intento desesperado por embellecerlo más de la cuenta, o damos por inútil a todo aquello que no le dé ese toque fashion que le buscamos a todo, aunque aquello pueda resultarnos más útil que el cagar tras diez días sin visitar el baño. ¿Señores que saben manipular organismos y tecnologías complejos para conseguir así remedios? ¡Coloquémosles haciendo hamburguesas! O mejor aún... ¡que emigren! Espera, espera, que se me ocurre algo aún mejor... ¡dadles numerito en el INEM que aún queda hueco!

A lo que iba. Que el nuevo dispositivo móvil Nokia Galaxy S-Apple III 1/2 es igual que la anterior versión y lo único que cambia es el 1/2.

Pero el 1/2 escrito en la carcasa es nuevo.

Ah, pues sí. Pues quizá tengáis razón y merezca la pena hacerse con uno. ¡Qué demonios! ¡Ponedme cuatro, que así tengo de repuesto para cuando se rompan sus pantallas a la primera hostia contra el suelo!

22 de mayo de 2013

Stoker.

Título original: Stoker
Director: Park Chan-wook
Nacionalidad: EEUU
Duración: 98 minutos
Año: 2013
Reparto: Mia Wasikowska, Matthew Goode, Nicole Kidman,...
Género: Intriga

 

Sinopsis: Al perder a su padre en un trágico accidente el día de su 18 cumpleaños, la vida de India se hace añicos. Cuando aparece por sorpresa su tío Charlie, decide hacerse cargo de ella y de su inestable madre.

Nota: 9

Crítica: Con un pycho drama de belleza salvaje y de perturbadora tensión irrumpe el director de "Oldboy" en Hollywood. Para los que ya le conocen por su trilogía de la venganza, no se extrañarán al encontrarse con una producción hostil y elegante, que nos habla de un viaje terrible e inquietante, de un drama familiar enfermo y nihilista, sensacionalista y verosimil. 
A la película le amparan las formas. El complejo ejercicio de fotografía y de cámara que se le presenta al espectador hipnotiza desde el minuto 1, y cada plano es un regalo para los ojos, sin despreciar el bloque del sonido, al que se le ha prestado mucha atención y que deja en evidencia lo mal acostumbrado que está el oído occidental y lo mucho que se le puede sacar partido. 
El realizador coreano no se queda ahí, en una simple exposición del envoltorio, sino que al revelar el interior del paquete, como los paquetes de regalos que va recibiendo su protagonista, nos descubre una historia inquietante, una narración de pulso firme, que se descubre con un ritmo pausado para finalmente azotar al espectador sin piedad y para finalmente hacer lo que mejor se le da: turbar. Tan bien lo conjuga todo que la previsibilidad de su desenlace no es que sea perdonable, es que es justificable. 
La atmósfera juega con una erótica claustrofóbica y se vale de tres actores en estado de gracia y rigurosamente dirigidos, de tintes de terror gótico y de una formalidad clásica. Mucho cuidado con toda la semiótica que desprende y de todas las posibles dobles (y triples) lecturas que escupen tanto sus imágenes como sus escuetos pero significativos diálogos.


"Stoker" es trigonometría pura, es un film donde nada está fuera de lugar, es electricidad, es un cuadro con una composición aritmética perfecta, y que no deja cabida a la indiferencia.

16 de mayo de 2013

Antropología.

De entre todas las costumbres humanas, la que más me ha maravillado, y digo maravillado porque dejar ojiplático es una expresión en desuso entre esta especie, es la de regalarse genitales de plantas entre ellos.

No quisiera ser puntilloso con la extraña cultura de tan asombrosa forma inteligente de vida, pero quisiera matizar la necesidad de estos seres por ritualizar cada acto de sus existencias. Y, como digo, el intercambio de genitales florales entre ellos me resulta, cuanto menos, reseñable.

Haré cuenta de hasta qué punto insisten en este hábito:
  • Intercambio genital floral en cumpleaños.
  • Arrojamiento de genitales florales en bodas para decidir la próxima novia.
  • Genitales florales como ofrenda en festividades religiosas.
  • Genitales florales como decoración doméstica.
  • Deposición de genitales florales en los yacimientos de sus difuntos.
  • Intercambio de genitales florales para lograr intercambiarse fluidos genitales humanos entre ellos mismos.
Algo curioso es que un alto porcentaje de humanos tiene alergia a la eyaculación primaveral que se produce entre todas las plantas del planeta. Aún así, insisten en la ofrenda.

Y atención. Si el regalo resulta ser los genitales de otra especie viva que no sea una planta, les puede llegar a resultar escrupuloso. Una de mis ocurrencias, siendo aún amateur en costumbres humanas, fue ofrecer a una hembra unos genitales finalemente cortados de un ciervo. Su reacción fue vomitar media cena y golpearme en la cara varias veces. No he vuelto a verla. En cambio, diferente reacción tuvo un hombre de Burgos, que aceptó los genitales del ciervo con sumo gusto, los guisó, y se los cenó con un vino blanco.

Un consejo sobre los humanos, pues: no os preguntéis acerca de la absurdez de sus culturas.
Aceptadlas tal cual. Al fin y al cabo, carecen de sentido y ni ellos mismos sabrían explicarlas.

9 de mayo de 2013

El guion cinematográfico VII: las tramas canónicas.

Llegados a este punto, podemos meternos un poco en el universo de los argumentos universales. ¿Queréis contar una historia original que a nadie se le haya ocurrido antes? Desistid, llegáis 2000 años tarde. Ya se encargaron los griegos de agotar las tramas canónicas.

Si habéis llegado hasta este capítulo, sabréis que los personajes de las historias buscan un objeto, ya sea físico, metafísico, real o irreal, de forma desesperada y que se haya fuera de su alcance. A raíz de ello, obtenemos esa serie de tramas canónicas, que pueden ser:
  • Historias de búsqueda y aventura: el protagonista se empeña en el hallazgo de un bien de preciado valor. Las metas interiores tienen más peso en las tramas de búsqueda que en las de aventuras.
  • Historias de rescate: se busca la salvación de una persona o colectivo.
  • Historias de huída: el personaje se salva a sí mismo. El planteamiento suele iniciarse con el encierro del personaje y se resuelve con su salvación. No tiene por qué consistir en un plan de fuga, sino con aspectos relacionados con sus historias anteriores.
  • Historias de persecución: se relata la cacería y acoso al protagonista, de modo que este huye desde el principio.
  • Historias de enigma: plantean como objetivo la resolución de un misterio.
  • Historias de venganza: afectado por los hechos, el personaje se toma la justicia por su cuenta.
Si somos más introspectivos, nos encontramos con una serie de patrones de relaciones que atienden a subtramas: relaciones afectivas (romances, familiares,...), de amistad, de maestro/discípulo,... Lo cual nos lleva a otros arcos de narración con los que desarrollar historias interiores:
  • Historias de transformación, de metamorfosis y de madurez: el personaje evoluciona interiormente. La metamorfosis es una transformación de variante fantástica y la de madurez ocurre en personajes de niños y adolescentes.
  • Historias de descubrimiento: entrañan un aprendizaje importante que cambia la vida del personaje radicalmente.
  • Historias de sacrificio: los personajes son llevados a una abnegación fuera de lo común en su empeño por lograr su objetivo y por beneficiar a otros personajes.
  • Historias de desvalidos:  los obstáculos a superar están muy por encima de las posibilidades de los personajes, pero triunfan por superioridad moral. 
  • Historias de tentación: aborda la degradación moral del protagonista. 
  • Precio del exceso: suelen concluir con la pérdida de control del personaje por ambicionar algo en demasía. 
  • De caída y ascenso, y viceversa:  revelan historias morales donde los protagonistas se purifican o sufren una destrucción de forma progresiva.
Con lo que los griegos no contaban era con nuestro propio punto de vista de tales patrones argumentales, y en él reside ese pequeño hueco que nos permite darle innovación al asunto.

7 de mayo de 2013

Horror Vacui.

¿Esperarías 20 minutos de cola para agarrar una pistola de agua y pasarte 2 minutos disparando a una pared? Bueno, en mi trabajo la gente lo hace y paga por eso. ¿Tiene sentido? Ninguno, y no deja de fascinarme. ¡Incluso se ríen mientras lo hacen! Insisto: dispararle agua a un muro. Vale, a un muro con fuego pintado. ¡Pero un puto muro! Reflexión: la gente no quiere diversión, quiere algo que le haga pensar que se está divirtiendo...¡aunque sea mentira! En serio, vivimos en la versión cutre de Matrix. O eso o la especie humana ha alcanzado cuotas de involución que harían llorar a Darwin.

Estas cosas absurdas me llaman mucho la atención. ¿No os ha pasado que observando a cierto grupo social al que admiráis desde fuera habéis tragado mierda para poder pertenecer a él? Aunque estéis fuera de lugar, aunque luego penséis "qué cojones hago yo aquí metido". Lo que importa es la foto, la experiencia que podrás contar a los demás, aunque sea una experiencia vacía. "Voy a empezar a hacer alpinismo." "¿Alpinismo? Paco, te recuerdo que hace seis meses que no despegas el culo del sofá y que los del Burguer King te tratan como cliente VIP." Tenemos ansias de pertenecer a la masa y de destacar como personas al mismo tiempo. Que es algo admirable, por cierto.

Nos ofuscamos en coleccionar recuerdos carentes de emociones, y la capacidad de poder contar al vecino una experiencia es superior a la misma experiencia. ¿Para qué admirar ese eclipse de sol que ocurre cada 1529 años siempre y cuando Venus esté en consonancia con Capricornio con tus propios ojos cuándo puedes sacar una cámara Full HD con 25 megapíxeles y visión nocturna que solo sabes usar en modo automático y hacerle una foto que nunca volverás a ver? Es más, ¿en algún momento te paraste a pensar en si el puñetero eclipse te importaba un pimiento?

Sustituir sensaciones vivas por sensaciones huecas. No acabo de entenderlo. A lo mejor el raro soy yo, que en la era de la comunicación sigue prefiriendo un polvo de los de toda la vida a enseñarle el negocio a otra persona a través de una webcam.