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10 de junio de 2013

Entrevista con el vamp...digo, con el demonio.

Tíos, no os vais a creer lo que me ocurrió hace poco. O hace meses, no sé. Bueno, pues lo que ocurrió fue lo siguiente:

- Hola, Maiden, soy Satán.

¿Qué? ¿A que estáis flipando? Sí, lo sé. Mi vida es así, rodeada de personajes bíblicos. Bueno, pues eso, que estaba yo en mi habitación y...

- Hola, Maiden, soy Satán.
- ¡¡¡Coooooñññoo!!!
- Procura mantener la calma, que desde lo de aquella película me he ganado mala fama y procuro ser discreto.
- Espera, espera,... Es que me pillas pasándome una misión del Red Dead Redemption. ¿Te vendría muy mal pasarte por aquí dentro de media hora?
- Maiden, que soy Satán, que yo no me aparezco a la gente así como así.
- Si te pilla mal dentro de media hora, lo dejamos para mañana.
- Bueno, ya si eso el lunes, que mañana es domingo y tengo que hacer llorar a la estatua de una virgen en un pueblo de Soria.

Al final quedamos el miércoles.

- Hola, Maiden. ¿Podemos hablar ya?
- ¿Y tú quién eres?
- Soy Satán. Me presenté hace unos días.
- ¡Ah, coño! Coge una silla y siéntate en el suelo, por favor.
- Prefiero estar de pie, gracias.
- Oye, espera. No tienes pinta de Satán.

Esto es verdad. Yo a Satán me lo imaginaba como Jack Nicholson, y ni por asomo. El diablo, así a primera vista, decepcionante. Os lo digo yo.

- ¿Y qué pinta se supone que debería tener? - preguntó.
- Como Jack Nicholson.
- Pues te jodes.
- Deberías cambiar de asesor de imagen.
- ¿Tú crees?
- Desde luego. En una escala de caquita de conejo a mierda de caballo, te quedas en boñiga de yorkshire como imagen efectiva de Satán.
- Pero es que mi asesor es sobrino de Ana Botella, que no tenía dónde caerse muerto y por hacerle un favor, le di un puestecito.
- Yo te lo digo como amigo.
- ¿Tú sabes lo pesada que se pone esa gente con lo de dar puestecitos a sus familiares y amigos? Quita, quita, mejor me quedo con él, que a ver quién es el guapo que aguanta a esa mujer si se enterara de que le he despedido.
- Tú verás...
- Bueno, que yo venía a hablarte acerca de...
- Oye, ¿y me vas a conceder tres deseos o cómo va la cosa?
- Eeeem... No, creo que te equivocas...
- Vale, como primer deseo quiero un plato de macarrones con salsa carbonara y queso cheddar fundido.
- Que yo no concedo deseos, chaval. Y, ¿en serio si te dieran la oportunidad de darte tres deseos pedirías eso?
- ¿Acaso hay mejor comida en el mundo?
- La lasaña, se me ocurre.
- Bueno, eso está por debatir. ¿Y si no vas a concederme tres deseos, a qué cojones has venido?
- Verás, quería hablarte acerca de... ¡Oh, mierda! Alguien ha puesto del revés un disco de Led Zeppelin en Utah, y las leyes satánicas me obligan a asistir a las invocaciones. Que ya hablamos mañana, si eso.
- Aquí estaré.

Tal como Satán dijo, resulta que no hablamos al día siguiente, sino un días más tarde de lo esperado.

- A ver, Maiden, finiquitemos este asunto de una vez por todas. Es importante lo que tengo que decirte.
- ¡Rápido! ¡La capital de Brasil!
- ¿Qué?
- ¡Que me digas la capital de Brasil, que yo geografía la aprobaba con chuletas!
- Eeeem... Brasilia, ¿por?
- El triviados, que estoy picado con un amigo que siempre me gana.
- Maiden, siempre pierdes a todo.
- Pero no esta vez... NO ESTA VEZ. MUAHAHAHAHA -tos- -tos- -más tos- -sangre- -tos-
- ¿Estás bien? A poca gente le sale bien ese tipo de risa. Me acuerdo cuando era joven, de aquellos tiempos en los que iba tentando con manzanas prohibidas a señoritas en pelotas. ¡Qué gran risa me salía! Tendrías que oirla.
- A ver, hazla.
- Me temo que he perdido aptitudes.
- Yo creo en ti. Hazla.
- Es que así, sin prepararla...
- Porfa...
- Me da un poco de vergüenza...
- Porfa...
- Bueno... Venga, va. Atento... ¡¡¡¡MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA MUAHAHAHAHA MUAHAHAHAHAHAHA MUAHAHAHA!!!!

- ¡¡¡Niño, baja el volúmen de eso!!! - gritó mi madre desde el salón.

- Increíble - juzgué-. Bueno, ¿qué era eso tan importante que me tenías que decir?
- ¿El qué?
- No sé, decías que venías porque tenías que decirme algo importante, o algo sobre tres deseos, o qué se yo.
- Pues me pillas en blanco, ¿eh?
- Creo que sí, que era algo sobre tres deseos o algo así.
- ¿Tú crees?
- Estoy segurísimo.
- Si tú lo dices...
- Como primer deseo, dame unos macarrones con salsa carbonara y queso cheddar fundido.

Y así es como conocí a Satán. No le he vuelto a ver, pero porque no he tenido tiempo, que las misiones del Red Dead Redemption no se pasan solas, ¿sabéis?

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