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19 de agosto de 2011

¿Who watches the watchmen?

De pequeños, los policías y los agentes de seguridad nos resultaban figuras de autoridad, nos resultaban un ejemplo a seguir, e incluso nos caían simpáticos. ¿Quién no ha querido ser policía de pequeño? Vale, yo quería ser cura. Emm...ya hablaré de eso otro día. El caso es que cuando somos inocentes púberes, tanto la televisión, el colegio, los padres y todo aquel que se supone que influye en nuestra educación nos ensalzan la imagen del policía como un hombre de bien, un hombre que persigue el mal, que ayuda a los ciudadanos y a las ancianitas a cruzar la carretera. Si tienes 5 años, un policía es para ti como un superhéroe pero que existe de verdad. Y quieres ser como él.

¡Ingenuos!

Una vez creces, ves imágenes como las que estamos empezando a acostumbrarnos a ver semana tras semana, en las que si alguien alza la voz un poco mas de lo normal para hacer algo tan humano y tan digno como es protestar se lleva un  porrazo, o a lo poco tiene que echar una carrera para evitar salir herido, y a lo mucho acaba haciendo noche en comisaría, aislado de cualquier comunicación con el exterior. La imagen de ese señor policía que salía en los cuentos de Teo, sonriente, con su uniforme inmaculado, y amable, se distorsiona completamente. ¿Estos son los señores que nos defienden y velan por nuestra seguridad? ¿O es que nos han vendido una imagen desde pequeños completamente falsa de lo que es la policía?

Analicemos: ¿a quién protege realmente la policía? ¿Al pueblo? Desengañémonos. Una persona que se supone ha jurado defender la sociedad y que suelta un porrazo en cuanto la sociedad protesta, no es una persona que vele por los intereses de esa misma sociedad. La policía vela por los intereses de aquellos que tienen algo que proteger. Me refiero a banqueros, adinerados, empresarios, políticos, a la señora que lleva 5000€ en el bolso,... ¿Alguna vez han visto a un antidisturbios defender a un vagabundo? O sin ser tan drástico, ¿algún antidisturbios ha defendido a un manifestante que es atacado por una persona que intenta boicotear una manifestación?

He aquí que llego a una conclusión: si la policía no protege al pueblo, sino que a lo que realmente se dedica es a defender a los ricos de la furia del pueblo, ¿nos es necesaria la policía tal y como hoy la conocemos? ¿Tenemos que pagar con nuestros impuestos a unos señores cuyo trabajo es impedir que nos salgamos de la línea de lo políticamente correcto y estipulado por los que mandan, aunque éstos no lleven la razón? Si se dedican a impedir que protestemos contra los que nos oprimen, ¿qué utilidad tienen para nosotros, y por qué demonios les pagamos con nuestros impuestos?

Y lo menos ético de todo: ¿es que nadie va a juzgar ni castigar a aquellos que abusan de su poder y de su principio de veracidad? ¿O nadie va a sancionar a los que incumplen con las normas de su puesto de trabajo, como llevar placa identificativa o no disparar directamente a una persona con sus escopetas de bolas? Otra cosa que me reconcome: ¿qué criterios se siguen en las oposiciones a policía nacional en el test psicotécnico? Porque visto lo visto, cualquier persona con ansias de machacar unas cuantas cabezas que sepa escribir su nombre y que después pueda agarrar una porra puede acceder a un puesto de policía.

Con esto no pretendo generalizar. Sigo creyendo que hay policías honrados, que creen en lo que hacen y que se dedican a su trabajo como cualquier otra persona, y que lo intentan hacer lo mas dignamente posible. La pena es que un gran porcentaje de las fuerzas de seguridad que nos amparan estén corruptas, y prefieran abrir campos de batalla a solucionar conflictos. Y ahora que los medios de comunicación se han visto desbordados y no pueden filtrar la información, que se les escapa gracias a internet, y que la ciudadanía puede contemplar en riguroso directo las fechorías de estos señores, fechorías amparadas y excusadas por el Ministerio de Interior, por cierto, da miedo que todo esto pueda acabar en algo realmente desproporcionado, porque no me imagino a la gente aguantando tal impunidad mucho mas tiempo. "Que aquel que ose coger de la cola a un tigre, no ose soltarla". Las fuerzas del Estado es lo que han hecho con el pueblo, agarrarle de la cola; al mínimo descuido, la soltará.

4 comentarios:

Eva dijo...

Ayer comentábamos precisamente eso último que dices. Cuánto tiempo más creen que la gente aguantará de brazos cruzados que la apaleen, sin girarse furiosa y responder. Que son más. Un poco de coherencia.
Violencia engendra violencia. Podrá tardar más o menos tiempo en gestarse, pero el resultado es... previsible.
Buen post.
Un beso, Aitor.

Lady Vengeance dijo...

A mí no se me olvidará el día que estaba con un grupo de gente, y entre ellos, un chico que trabajaba como anti-disturbios que conocí esa misma noche.
Era muy feliz relatando que lo suyo es dar hostias a todo lo que se ponga por delante. Sin mirar a quién. Sean culpables o no. Hayan pedido perdón o no, o se haya disuelto el conflicto.

Pues eso.

Dale poder a alguien, que sí o sí, acabará usándolo como le dé la gana, en favor de sí mismo y de nadie más. Y perjudicando a otros. Sí, por supuesto, como dices, hay policías honrados. Pero eso no salva el abuso de poder que se comete, y se puede cometer en cualquier momento y en cualquier lugar. Es peligroso darle tanto poder a alguien...

Wayne Flashblack dijo...

Es realmente patético. Deberían darles un porrazo (o más) en el costillar, para que sepan lo que van repartiendo por allí.

W.Flashblack

neko dijo...

Digo yo que a algunos de ellos si les meterán buenas sanciones o incluso los echarán del cuerpo de policías, no??

Es una pena esa distorsión de la imagen de un policía que desde pequeños nos venden. De todas maneras siempre he sido mas de bomberos :)

Y por cierto, que yo sí que he conocido a algún chaval que se ha metido a policia buscando presisamente eso, poder estar por encima de tí y encima amparado por la ley. Los test psicológicos que deben realizarse deben ser una mierda, seguro que no es dificil prepararlos para que salga lo que ellos esperan.