Seguidores

18 de abril de 2013

No te metas en mi facebook.

Las redes sociales han logrado que todos seamos protagonistas. Esto es malísimo para el ego de muchos. Peor que una diarrea de una semana de duración, vamos. Con lo felices que eran las personas con relaciones de saber lo justo y necesario de los que le rodeaban. Ahora no, ahora nos hemos convertido en stalkers compulsivos, y necesitamos a su vez ser acosados por todos esos fans virtuales que esperan cada una de nuestras publicaciones para darle a "me gusta".

Facebook es un infierno. Porque todo el mundo quiere tenerte en su red: tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus compañeros de clase, tus vecinos, el chaval que nunca te saluda por la calle, tus amigos de la infancia, el cura de la parroquia de la esquina a la que nunca vas, tus tías, la prima de la que te enteraste que era tu prima hace seis meses y que nunca ves, el señor al que salvaste la vida de ser atropellado por un tranvía, tu madre... Todos quieren agregarte. Y al principio cedes. ¡ERROR!

De repente tu muro se convierte en lo siguiente:
  • "¡Ay mi perrito cómo le quiero!", esto publicado 16 veces al día, con foto del perrito y de la dueña abrazando al chucho hasta un punto que casi alcanza la asfixia y que si el perro pudiese ponerse morado por falta de oxígeno, lo haría.
  • "4-0 Oeoeoeoeoe, hemos ganado", publicado por 48 contactos, cada uno de ellos con carácter de primicia, como si nadie se hubiese enterado.
  • "Hoy al parque con mi primito que hace solecito". Guau, tienes una vida de lo más interesante.
  • "Qué estrés de vida". Esto es como matar a un ser querido para luego suicidarse. Acaba con tu sufrimiento y métete un tiro, pero a los demás déjanos en paz.
  • "Papá, felicidades". Si su padre no tiene facebook, ¿con quién habla esta loca?
  • "Papá, te fuiste hace 12 años y te sigo echando de menos cada día". Insisto, ¿esta tipa con quién habla? ¿Facebook como sustituto de psiquiatra? Venga, chica, supéralo, en fin, la vida sigue. Yo que sé, bájate al parque con tu primito, que hace solecito, o algo.
  • "PERROFLAUTAS, BUSCÁOS UN TRABAJO, ROJOS DE MIERDA, NAZIS. VIVA ESPAÑA". Macho, que aparte de llevar parado 3 años y tirarte fumando porros en el banco de debajo de tu casa todo el día, eres negro. Anda, deja de escribir chorradas y abanícame.
  • "Completé la colección de angelitos del cielo", junto a foto de muñecos de bebés de porcelana. Creepy.
  • "La fiestuki de anoche BESTIAL. Hay que repetir, troncos", y por fiestuki bestial se refiere a que se tiraron toda la noche haciéndose fotos con el mismo cubata en la mano, las mismas poses de "me hago el interesante" evolucionando a "me hago el gracioso". Los de Resacón en Las Vegas estarían orgullosos de ti, vamos. 
  • "Comparte esto en tu muro si a ti también te cuida Jesús". En fin, supongo que por simple estadística todos conocemos a alguien metido en alguna secta.
  • "Comparte esto en tu muro si tú también te solidarizas con las víctimas de cáncer". La gente ha curado a más enfermos de cáncer compartiendo estas cosas en sus tablones que todos los hospitales especializados en quimioterapia en la última década.
  • "He conseguido un nuevo ítem para mi granja: cactus." Ojalá hackear la aplicación con una plaga de langostas para que se lleven todas las putas granjas a tomar por culo.
Luego esta gente se extraña de que les elimine de mis contactos. Que claro, como afrenta que supone a sus egos, les molesta. No tardan en llegar mensajes como: "Oye, que me has eliminado". ¡Oh, te has dado cuenta! Luego les saludas por la calle, y te miran mal. ¿Tanto jode a la gente que alguien no les siga en su facebook? ¿No podemos convivir como simples conocidos, compartir lo justo y necesario para ser simples conocidos como siempre hemos sido, y ya? Es que mira, no me interesa ni tu perrito, ni tu padre sin facebook, ni el resultado de tu equipo de fútbol, ni lo mucho que amas España, ni lo guay que ha sido tu tarde con tu primito, ni lo mucho que quieres a tu novia. Y tampoco estoy especialmente interesado en que tú sepas acerca de mí más de la cuenta. Aceptemos que las cuatro chorradas que haces en tu vida cotidiana no son dignas de ser puestas a escena pública, y que para ti estrán bien, pero que no hace falta que te pongas sensacionalista con ello. En serio, que te hayas pasado la tarde en el sofá viendo pelis no es noticia y deberías guardártelo para ti mismo. Maduremos, por favor.

Aunque mi vena revienta cuando un conocido me pregunta: "¿tienes twitter?". Mira, ahí sí que no te voy a seguir. Hubo un tiempo en que bloqueaba a cualquier conocido, pero ahora no me importa que me sigan. Pero que no me pidan ser recíproco. Porque seré claro: tío, eres un coñazo. "Es que solo tengo 17 followers", y no me extraña.

En fin, que algún día os contaré lo bien que me lo pasé con mi primito en el parque porque hacía solecito.

No hay comentarios: