El flechazo entre el perro y un servidor fue instantáneo. El hombre que me lo dio me lo puso en los brazos, y me puse a expulsar lágrimas de los ojos como una chica viendo Pretty Woman en época de menstruación. (Yo no lloro, yo expulso excedente de lágrimas, ¿vale?) Y él se meó encima mía. Intercambio de fluidos corporales, nos marcamos mutuamente. Vale, lo suyo era mas porque estaba acojonado. Sus lloriqueos, aullidos e intentos por meterse en cualquier rincón intentando esconderse de cualquier cosa que pareciese humana marcaron sus primeros días en casa. Yo no podía dormir no solo porque no me dejaba, sino por miedo a hacerlo y que al despertarme lo encontrara atrapado en el interior de una cañería.
Pero vamos, que el cabrito pronto cogió confianza y empezó a tomar como juego habitual el morderme los cordones, las manos, los pies cuando estoy descalzo, correr entre mis piernas haciendo que en mas de una ocasión casi me estampe contra el suelo por no pisarle, y saltar sobre mi cara para arañármela cuando estoy tirado en el suelo con él. Y bueno, en casa se le ha aceptado bastante bien...more or less. El perro es uno más, excepto cuando se mea y se caga, que pasa a ser "tu perro". O cuando me voy de casa, que pasa a ser "tu responsabilidad". ¿Acaso les voy diciendo a mis padres cuando me encargo de mis hermanos "tus hijos, tu responsabilidad"? Vamos, mis padres hablando con las vecinas dicen "tenemos un perrito". Es cagarse, y pasan a decir "TU perro se ha cagado". Y hablando de cagarse, tiene la extraña costumbre de que cuando está en pleno acto, me busca para mirarme fijamente a los ojos, como diciéndome: "y ésto para ti, jódete".
Pero vamos, que ya mas o menos tiene aprendido que donde se mea y se caga es encima de los periódicos, colocados estratégicamente en mi habitación con fotos de Esperanza Aguirre, Cristiano Ronaldo y la infanta Elena preferentemente. Lo malo es que el perro ha tomado los periódicos no solo como su cagadero particular, sino como un juguete, y se lía a mordisquearlos, dejando mi cuarto hecho una pocilga. Peor aún, en ocasiones hace estas cosas después de depositar sus residuos sobre los papeles, y después de tal actividad pretende lamerme. Yo que creía que nunca encontraría motivos para huir de mi cuarto, pues ya los tengo.
Y creí que nunca iba a poder decir esto, pero ¡tengo un perro que ronca! Y son unos ronquiditos taaaaan bonicos y taaaaaaan adorables que me quiero morir. Y también puedo decir que ¡tengo un perro que se persigue su propio rabo!
Bueno, y aquí os dejo unas fotillos, que lo estáis deseando. Dejad de babear, que se os jode el teclado y lo tenéis que utilizar para dejarme comentarios. ¡Sí, mamones, comentad, no seáis perros, que para eso ya tengo uno en casa!
P.D.: Lo de que me followeeis en Twitter no es coña, hacedlo o ahí se os cague una paloma en la cabeza y os tengan que amputar el cerebro. Solo tenéis que pinchar ahí arriba a la derecha y empezar a mandarme replyes. Ante todo, retuitead, es importante.
6 comentarios:
jo, como hecho de menos esos meses "cachorriles"...XD lo mejor es cuando, al pasar el tiempo, te das cuenta de que efectivamente, tu perro es clavado a ti, no fisicamente claro, si no espiritualmente! ya veras ya... me encantara leer tus anecdotas perrunas :)
Oishhhh qué lindo. Tengo una mascota en casa y comprendo tu amor hacia él....jaja
He visto las fotos, y he hecho ruiditos a lo Joaquín Reyes: PERRIIIIITO, PERRITOOOOOOH... ¡¡perrito!!
Qué mon... (por qué decimos monos, si son más feos que los perros?)
Encantador. Y tiene una mirada un punto Psycho xD
@dr.indy: ¿insinúas que voy a tener un perro ateo?
@Murciégalo: amor y devoción, querida.
@Biónica: el nombre le viene que ni pintado. Hay veces que parece que le he puesto café en vez de agua.
tienes que enseñarle a posar, tiene un poco cara triste... no'
que no te había dicho nada de tu perrito... que cosica tan maja!!!
yo te regalo uno de mis gatos, que últimamente está de un coñazo el pobre, podría hacerse amiguete del tuyo, aceptas? :P
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