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20 de septiembre de 2011

Conciencia.

Yo soy de ese tipo de personas que habla consigo mismo en alto y que se cabrea consigo mismo por no darse las buenas noches. Hay gente mas rara, ¿vale? Yo no les conozco, pero sé que andan por ahí sueltos. Bueno, el caso es que me ha hecho una visita mi conciencia, que son dos en realidad. Está la conciencia esa que va con túnica blanca y un arpa, y la otra que va en pijama rojo con cuernos en la cabeza. Y ahí se han puesto ambas a charlasr conmigo.

Estaba yo tirado en la cama, en una de esas tardes en las que lo que mejor me sale es perder el tiempo buscando caras en el gotelé de la pared. Tenía la garganta jodidamente masacrada, de tanto gritar, cantar, reir, fumar, y todo ese tipo de cosas que los chicos buenos o en su defecto de las juventudes del PP no deben hacer. Y tal que así, a la que me incorporo para comprobar que las señales de mi cerebro todavía llegaban a mis piernas, se me apareció Conciencia buena en mi hombro derecho.

Conciencia buena: Hola, Puto Maiden, tenemos que hablar.
Puto Maiden: ¡Coño! ¿Y tú quién cojones eres?
Conciencia buena: Soy tu conciencia buena.
Puto Maiden: ¡Ah, ya me acuerdo de ti! La que me dijo que no empujara a aquella señora por las escaleras. Te pareces a Michael Caine, ¿sabes?

Esto os lo tengo que aclarar. Mi conciencia buena tiene la forma corpórea de Michael Caine porque a mí siempre me ha parecido un señor con cara de dar consejos. Sigamos con la conversación.

Conciencia buena: Mira, últimamente has estado un poco desenfrenado. Te estás perdiendo. Eres como Melendi, pero en higiénico.
Puto Maiden: Retira eso, cabrón. Retíralo o te doy el finiquito ahora mismo.
Conciencia buena: Demasiada fiesta y demasiado poco cargo de conciencia.
Puto Maiden: Y que lo digas. Ya he subido las fotos al facebook. ¿Las has visto? Son la polla.
Conciencia buena: ¡No he venido hasta aquí a que me enseñes tus fotos del facebook! Hay cosas importantes sobre las que tenemos que hablar. Llevas 15 días en los que no te reconoce ni tu padre.
Puto Maiden: Normal. Mi padre se fue a por tabaco cuando era un bebé y se perdió por el camino.
Conciencia buena: ¡Cierra esa puta bocaza! Tengo el deber de decirte que debes parar, que tienes que concederte una pausa. ¡Mírate a ti mismo! Salir de fiesta no es malo...15 días me parece excesivo. Mira qué ojeras, qué pintas de desayunar poco y mal, y esta habitación parece el almacén de un todo a 100 chino.
Puto Maiden: ¡Eh, eh, tronco! Para ser mi conciencia eres demasiado estirado. Además, ¿por qué iba yo a creer que eres mi conciencia, y no uno de esos gnomos que me dicen que si me tiro por la ventana podría volar?
Conciencia buena: ¡No mezcles tu esquizofrenia conmigo! Yo vengo aquí para ayudarte.
Puto Maiden: Pues venga, empieza. Hazme la cama y prepárame un baño calentito de espuma, que me vendría de perlas ahora mismo.
Conciencia buena: ¡No, no, noooooo! Esas cosas las tienes que hacer tú, por tu propia iniciativa.
Puto Maiden: Pues vaya puta mierda de conciencia. Al menos, me concederás los tres deseos.
Conciencia buena: Eso lo hacen los genios, y se extinguieron hace mucho. Por favor, escúchame. Piensa en tu madre, que le vas a causar un disgusto muy grande. Se ha dado cuenta de que no eres el hijo perfecto.
Puto Maiden: Ya, bueno, todos los padres tienen que afrontar esas cosas tarde o temprano.
Conciencia buena: ¿Tú te estás escuchando?
Puto Maiden: ¿Cómo dices? Perdona, estaba distrído intentando morderme las uñas de los pies. Sigo sin alcanzarme.
Conciencia buena: Así no vas a madurar nunca.
Puto Maiden: Si vienes a decirme eso, no me haces falta, porque de eso me doy cuenta yo solito. ¿Acaso no lees mi blog? Porque tengo un blog, ¿lo sabías?
Conciencia buena: ¡Claro que sé que tienes un blog! Soy tu conciencia, pertenezco a tu yo mas profundo. Y tengo que decirte que solo escribes gilipolleces, y que la gente que lo lee debe de ser tan imbécil como tú.
Puto Maiden: No digas esas cosas, que esto luego lo leen y se ofenden. Venga, te toca hacerles un poco la pelota.
Conciencia buena: Me lías. ¡Yo no venía aquí a hablar de subnormalidades!
Conciencia mala: Tu a este ni caso, chico.
Puto Maiden: ¡COÑO!

Vale, juntpo a ese "¡COÑO!" se me escapó una ostia hacia Conciencia mala. El muy capullo no solo tenía la apariencia de Benicio del Toro, algo que ya de por sí impone, sino que se apareció de improvisto, y mi patata no puede con estas cosas. Soy muy de actos reflejos. Todo quedó en una disculpa y arreglado. Sigamos por donde lo dejamos.

Conciencia mala: Como conciencia tuya, tengo que aconsejarte que sigas desfasando. Total, eres jóven, alocado, tienes ganas de divertirte,... No hay nada malo en ello. Dime: ¿estás arrepentido de algo que hayas hecho en todos estos días?
Puto Maiden: Pues...
Conciencia buena: ¡No respondas! Te está envenenando.
Conciencia mala: Tu a este ni caso. Ignórale, como hago yo. Es más, puedes deshacerte de él cuando quieras.
Puto Maiden: No sé... Parece buen tipo... Es Michael Caine... A mí me cae bien.
Conciencia mala: ¿Qué te dije la última vez sobre lo de que te caiga bien todo el mundo?
Puto Maiden: Que tengo que empezar a odiar a ciertas personas. Es que no me sale. Yo lo intento, pero se me acaba hinchando la vena del cuello, la sangre se bloquea, no llega al cerebro, y me desmayo. Luego no recuerdo quien soy y unos policías me tienen que llevar a casa.
Conciencia buena: Poco ortodoxo, pero bien dicho.
Conciencia mala: Tu no seas pelota, viejo.
Conciencia buena: ¿A quién llamas viejo, capullo?
Conciencia mala: Yo solo veo a uno.
Conciencia buena: Por culpa de conciencias como tú, la juventud se está echando a perder. Sois la vergüenza del gremio. Hacéis que beban, que consuman cosas que no necesitan, que se perviertan, que no tengan arrepentimientos, que huyan de la responsabilidad,... Estáis dejando muchas conciencias buenas en el paro, con lo mal que están las cosas.
Conciencia mala: Sí, pero tú deberías jubilarte y dejar paso a las conciencias jóvenes, que se sacan la carrera, opositan, y luego no tienen donde caerse muertos.
Conciencia buena: ¡Eso no me lo dices a la cara!
Puto Maiden: ¡Eh, tranquilos! Si en el fondo sé lo que me queréis decir los dos, y sé que vuestras intenciones son buenas. Pero no hace falta que levantéis la voz, que tengo la cabeza hecha mierda. Yo a este conflicto solo le veo una posible salida... ¡pelead a muerte! El que gane, me hace la cama.

En ese momento, Benicio del Toro le dio un galletazo a Michael Caine. No supe mas de ellos porque me quedé dormido. Sí, soy una persona que no escucha a su conciencia, a ninguna de ellas. Y así estoy ahora, con la garganta como si un negro me hubiese metido su pene cactus hasta la campanilla.

4 comentarios:

Sar@! dijo...

Pues fíjate que yo a Michael Caine le veo un punto picarón xDDDD...

dr.indy dijo...

el otro dia me paso algo parecido, pero mi conciencia buena era natalie portman y mi conciencia mala era natalie portman tambien. y tambien se peleaban, pero al final se empezaban a meter mano y........ .................................................................................... perdon, de que estabamos hablando? bueno da igual, respuesta estandar de emergencia: estoy de acuerdo, me parto con tus idas de olla, visita mi blog y bla, bla, bla.

Anónimo dijo...

Mola. Vive como te de la gana pero cuéntalo después y puede que algún día te descubra un cazatalentos o que te ingresen en el frenopático, en cualquier caso vivirás del cuento (de tu cuento).

Un beso Nene

Aitor Maiden dijo...

@Sar@: se puede ser picarón y ser señor que da consejos a la vez.

@dr.indy: es que si Natalie Portman fuese tío, yo me la trajinaba.

@Anónimo: hola, anónimo. ¿Qué tal? No sé como quién tratarte porque no sé quien eres. Gracias por comentar, supongo.