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24 de noviembre de 2012

Hola, me llamo Puto Maiden y voy a una secta.

Bueno, esto es un poco vergonzoso para mí. Este año, el sitio donde estoy haciendo la carrera se ha convertido en un nido de Flanders. Desde el primer día de clase ya me intuía algo raro en el ambiente al encontrarme por las paredes de la escuela post-it pegados y globos por el suelo con frases estilo "persigue tus sueños" u "hoy es un gran día, sonríe". Claro, así pasa, que dedicándome a escribir guiones, lo único que me apetece es hacer historias de gente que quiere hacer volar por los aires su universidad con la ayuda de un tipo que dice que estuvo sometido a sondas anales durante 7 años y por otro que se dedica a la producción de cine pornográfico amateur y que cree ser la reencarnación de Jesús. Además, varios de mis profesores nos llevan tiempo advirtiendo que la gestión de la escuela parece manejada por un grupo de evangelistas hippies nazis budistas.

Este viernes he confirmado que estamos más chachi pirulis de lo que deberíamos. A principios de mes se nos envía un mensaje al campus virtual diciéndonos que habría clase extraordinaria y que la asistencia era obligatoria. No especificaba asignatura y estábamos citados todos los cursos avanzados, grados y másters de la escuela. Mierda, mierda, mierda. Venga, va, habrá que ir, a ver para qué nos quieren.

Pues bueno. Una coacher empieza a darnos la charla: íbamos a hacer terapia de grupo. Decía que en esa clase íbamos a entrenar las emociones, que íbamos a aparcar la racionalidad y dejar fluir el amor, la libertad, y no sé qué pollas más. Me acabo de enterar de que estoy en la academia de Operación Triunfo, y que debemos llorar unos con otros porque es muy fuerte todo lo que sentimos los artistas ahí dentro, que todo está magnificado. Lo primero que nos manda hacer es emparejarnos, y que uno de los dos le contara su historia al otro, sin réplica verbal, solo escuchando. Mi historia fue tal que así:

"Pues nada, que esta gente se cree que a mí el tiempo me sobra, y me han hecho venir para esta gilipollez, porque vamos, estarás de acuerdo conmigo en que ésto es la mierda. Y mira, ¿te has fijado en lo gorda que está Vanesa? Además es que no sólo es gorda, es que es una mezcla de la Gremlin esa que sale en la segunda parte con los morros pintados, la cerdita Peggy y la Pantoja de Puerto Rico. Y siempre está hablando de sexo, pero además es que lo hace con ganas, la muy jamona, que casi babea cuando lo hace. Mira, me dan arcadas. Y tendrías que ver su facebook, que solo sube fotos de su escote, ahí, los pechotes al límite entre lo que aún es carne y lo que es pezón. Y bueno, que eso, que me tenía que haber quedado en casa."

El asunto empezó a ponerse sectario cuando nos hizo agruparnos entre 5 y que hiciéramos un eslogan motivador y que lo expusiéramos en medio de la gente. En plan "si somos más, podemos lograrlo". Con acompañamiento de saltito, euforia, y esas mierdas. Claro, yo que soy así como tirando a cerrado, soso, muerto en vida, demasiado tío para ser marica y demasiado marica para mear en medio de la calle... Bueno, si hay alcohol por medio puedo suprimir todo éso, pero éso, dame alcohol. Pues eso, que yo no quería salir a hacer tal gilipollez. Claro, la coacher me miró como la monitora del campamento de boy scouts mira al niño que no se integra, y me ha intentado motivar con "venga, chicos, animémosle con un aplauso". ¡Váyase a la mierda! Ahora ya es que hasta se me han quitado las ganas de vivir. Flanders, que sois todos unos Flanders.


Y total, que yo y algunos compañeros que aún están en sus cabales nos hemos negado a hacer tal memez en público, y nos hemos quedado señalados por el resto. ¿Qué mierda de terapia de grupo es ésta? ¿Cuándo sacan los panfletos de la nave que nos va a sacar del planeta durante el fin del mundo en cuanto paguemos el donativo?

Y ya el colmo ha sido lo del abrazo. Sí, o sea, ir deambulando por el sitio abrazándote con todo aquel que te cruzaras. ¡Joder, que yo era feliz con mis movidas, mi individualidad, mis clases de guión en las que me cago en la mierda y escribo en las paredes, en las que los profesores me invitan a abofetear a los supuestos espectadores de mis escritos! Y ahora la coacher me está diciendo que sea asertivo, que tenga una actitud abierta hacia los demás, y que libere mis sentimientos. Mire, señora, usted me lleva a una discoteca, me pone un cubata, y soy el más asertivo, el más abierto, y ya te digo que saco mis sentimientos y me abrazo hasta al viejo que lleva poniéndome ojitos desde que entré y que seguro que guarda fotos de jovencitos como yo tocándose en su cama.

Bueno, que al final he huído. Pero hay gente que se ha quedado, y posiblemente el próximo día de clase me sienta como un extraño entre ellos. Estoy escribiendo un procedimiento a seguir en caso de ser abducido por ellos, y que espero que mis padres sigan paso por paso. El primer y único paso es que me metan un tiro y acaben con mi sufrimiento. Así. Radical.

2 comentarios:

Biónica dijo...

Tenías que haber venido a mis clases de yoga en el centro masterfriki del Universo. Colapso asegurado.

Aitor Maiden dijo...

@Biónica: a mí estas cosas me dan mucho miedo.