Seguidores

20 de julio de 2011

Los jodidos Power Rangers marcaron mi infancia.

Ayer tuve jornada nostálgica con unos amigos y empezamos a recordar todo lo que nos tragábamos por televisión de pequeños. Hablamos de Dragon Ball, Saint Seiya, Chicho Terremoto, Pokemon,... Pero fueron los putos Power Rangers los que definieron mi infancia. Yo era fanático, admiraba de ellos desde sus bailecitos acompañados de alguna frase cliché que precedían alguna pelea (que por entonces me parecían la pera limonera) hasta la facilidad con la que los Megazords destruían edificios como si fuese de cartón piedra... ¡Eran de cartón piedra! Crecer ha hecho que pierda esa ingenuidad y esa facilidad para creérmelo todo. Porca miseria.

El opening era la puta ostia consagrada, acompañada de un hilo musical flipante:



Los Power Rangers eran cojonudos. Todos los capítulos (hay que tener en cuenta que hay mas capítulos de Power Rangers que de Los Simpsons) tenían el mismo esquema repetitivo, pero que aún así no me cansaba de verlo día tras día tras día,... Esto era: cinco adolescentes salen del instituto, una cabeza gigante les llama a través de sus relojes de muñeca, se teletransportan a su base, se metamorfosean, se pelean con las masillas, se pelean con el monstruo de turno, el bicho se hace gigante, los Rangers se montan en el Megazord, destruyen media ciudad, pero matan al bicho. Y para terminar el capítulo, Bull y Skull hacen alguna gilipollez.

Siempre era así. Existían ligeras variaciones, e incluso había capítulos dobles. Pero la tónica no cambiaba nunca. Y yo me quedaba embobado tarde tras tarde. La serie evolucionó en varios sentidos: echaron a Trini, asiática, la Power Ranger amarilla, y a Zack, negro, y que, efectivamente, era el Power Ranger negro, para sustituirlos por una afroamericana que sería la amarilla, y un asiático para ser el negro. También echaron a Jason, el Power Ranger rojo, que había perdido protagonismo al ceder el liderazgo a Tommy, que fue el Power Ranger verde hasta que se convirtió en el blanco. Este tío flipaba a la peña porque tenía escudo. A mí me caía mal. Las masillas evolucionaron también: las originales fueron sustituidas por unas masillas que tenían seta de emergencia en forma de Z en el pecho. Y los robots de dinosaurios fueron sustituidos por otros mas cutres.

Luego hice la colección de cromos y de muñecos. Estaban los muñecos de 12 cm, los de 18, los que intercambiaban la cabeza, los megazords (cuyo máximo entretenimiento era montarlo y desmontarlo en bucle), los muñecos de los malos (¡yo tenía a Goldar y al esbirro del botijo!), las motocicletas, los disfraces,... Yo tuve todas esas mierdas, mierdas por las que ahora se pagan 600€ en ebay (¡¡¡jodeeeeeeeeeer!!). ¡Incluso había circos que traían a los Power Rangers! Que luego resultaba que eran unos trapecistas con pijamas de colores, y el chasco no podía ser mayúsculo. Mas tarde vino la película, que con el tráiler prometía ser lo nunca visto, la mejor película de acción de la década,... Yo flipé viéndola, no entendía cómo era posible que mis padres se quedaran dormidos viéndola.

¿Y a que no adivináis a qué jugaba con el resto de compañeros en los recreos del colegio y por las tardes en el patio de mi portal? ¡¡A los Power Rangers!! Yo siempre era Billy, el Power Ranger azul. Siempre fue el que mas me gustó. A veces nos tomábamos el juego tan en serio, que alguno acababa sangrando.

Ninguno de aquellos actores tuvo futuro...al menos en cine comercial. Cuenta la leyenda que uno de ellos acabó haciendo porno gay. Y que otro cometió homicidio con unos tíos que le miraron mal. El caso es que esta serie sigue existiendo, y las películas las podéis encontrar en Fnac y en Mediamarkt. No, nunca he tenido la tentación de comprármelas, ya tuve la primera en VHS (y el videojuego para la Megadrive, que era un puto vicio), y no quiero verla de nuevo y descubrir que era una mierda con mensajes subliminales para que los niños se alistaran a la marina.

7 comentarios:

BenKenOwi dijo...

Ciertamente, ver cómo han cambiado los actores de las series de antaño es como mirarse en el espejo. Con la salvedad de que uno jamás triunfó en la tele. Algo que no has mencionado es que los personajes con los trajes Power Ranger se movían como si tuvieran espasmos o TOC. Y qué decir de los Masillas. Años después me los encontraba en las discotecas de Hardtechno, bailando en su estilo característico, gesticulando entre ellos y hululando palabras mientras tragaban ingentes cantidades de éxtasis y alcohol. Ya lo dijo Bob, "The times are a-changing"

dr.indy dijo...

buah, esta serie era la polla. yo era muy pequeñajo, y me daba miedo, pero vamos, que me flipaba. y tenia los muñecos, por supuesto...

Murciégalo dijo...

Dios.. no me acordaba de la intro. Si estaba marchosa y todo. ¡No veas la peli de nuevo!. Yo cometí ese error con la historia interminable, que de pequeña me precía la bomba.

Reena dijo...

Yo tenía la música de los Power Rangers como despertador, fue bonito mientras duró. Mi compañera de habitación me amenazó con pintarme la cara mientras dormía si tenía que volver a escucharla una mañana más. No me arriesgué, el edding penetra mucho en los poros.

Illuminatus dijo...

Como desgra... persona que se levanta a las siete para ir a trabajar, he estado viendo mientras desayunaba la última serie que han estrenado aquí de los Power Rangers y he de decir que, a pesar de todas las pegas que se le pueda sacar a un sentai así, tiene bastante dignidad en valores de producción y los guiones siguen unos patrones previsibles pero muy bien sellados y consistentes. Tiene su gracia, oye.

Aitor Maiden dijo...

@BenKenOwi: Confiésalo, a ti te ponía burraco Kimberly.

@dr.Indy: ¿qué era exactamente lo que te daba miedo de los PR?

@Murciégalo: el riff de la intro es la puta ostia.

@Reena: yo en el móvil tenía el pitido del reloj de los Power Rangers para los mensajes.

@Illuminatus: ¿guiones consistentes? ¿En serio?

dr.indy dijo...

puff! a saber...