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29 de mayo de 2012

Maravillosamente gayer.

Nunca he entendido la homofobia. Ni aunque fuese hetero sería capaz de entenderla. Y menos aún entiendo que tal odio hacia la gente a la que le gustan las personas de su mismo sexo se lleve al campo de lo político y se quiera convertir en un problema social, ético o moral. Joder, estamos hablando de gente que me odia y me repugna porque yo pueda enamorarme de una persona que tiene pene. Es gente que me tacha de enfermo o de depravado.

Wallace Wells, un genio.


Homofobito, el que tiene un jodido problema en la cabeza eres tú, que quizá a los treinta y pico años te acuestas con muñecas hinchables o malgastas condones para pelarte el banano, o quizá te hayas casado con una mujer a la que nunca quisiste por el mero hecho de no quedarte solo, o quizá estés solo porque sin ser capaz de mirarte a un puto espejo has rechazado mujeres a las que querías y te correspondían por el hecho de que no tuvieran un cuerpo 10, que no fueran tu tipo. Y la moral que está de verdad hecha puré es la tuya, porque quizá tu heterofilia no sea más que algo que te ha impuesto tu mierda de adoctrinamiento religioso, social y educativo que es incapaz de aceptar que dos personas del mismo género puedan quererse.

Además, esa gente a la que tanto miedo le da que un tío sea capaz de follarse a otro tío suele tener problemas sexuales de lo más variopintos. Así a priori me vienen a la cabeza:

- Sadomasoquismo (aquí incluyo lo de experimentar con heces y guarradas por el estilo).
- Tener 30 años y casarse con una señora a punto de irse al hoyo que le va a dejar en herencia su inmensa fortuna.
- Dejar a su mujer en casa e irse de putas.
- Pederastia (bueno, aunque los curas dicen que la culpa es de los niños, que van provocando).
- Bestialismo (cualquiera puede enamorarse de una oveja).
- Acostarse con Ana Botella.
- Seguir las doctrinas que dicta cualquier canción reggeatonera.

Anne Hathaway (tíos, me encanta esta pava) dijo en un discurso que el amor era una experiencia humana, no un estamento político. Tiene la puta santa razón: ¿a qué viene un político, un obispo, un "ciudadano políticamente correcto", un puto folklórico o, en definitiva, cualquier persona, a imponerme a quién tengo que amar o con quién tengo que acostarme? 

Y lo más patético de vuestra posición es la forma en que escudais vuestro odio y vuestro miedo con excusas y argumentos "científicos" propios de una ingenua sociedad ágrafa de cualquier otro siglo: que si es una enfermedad, que viene dada por una deformación hormonal o genética, que si es vicio, o que si está provocada por una educación afeminada (en el caso de los gayers, al revés en una bollera). Mirad, paletos, os lo dice alguien que ha probado las dos opciones y que tiene claro lo que le gusta y lo que no le gusta: enfermedad es odiar algo ajeno a uno mismo por el mero hecho de que es diferente; deformación hormonal mis cojones, que conozco heteros que pierden más aceite que mi coche y que tienen la pluma más marcada que el coño de una tía cuando viste leggins de dos tallas menos, y curiosamente la mayoría de mis amigos gays carecen de esa conducta afeminada (masculinizada en caso de ser lesbi); y viciosos e hijos de puta hay en todas partes...


Dejadme vivir, tíos, y no tengais miedo que a vosotros no os voy a tocar ni con un palo, no solo por heteritos, sino por feos, amargados y malfollados. Y dejad de decir cosas como que Justin Bieber y gente similar son gayers. Jodeos porque es hetero, es de los vuestros, quedaoslo.

2 comentarios:

Tristan Draper dijo...

Supongo que el tema de defender la homosexualidad está algo gastado, pero dado que los homófobos de mierda no se extinguen, habrá que seguir dedicándoles recordatorios como este.
Aunque yo, sinceramente, creo que no sirve de nada. Es mucho mejor un lanzallamas.

Un abrazo y a follarte a quien quieras y se deje, que los fachas ya se van muriendo solos.

Aitor Maiden dijo...

@Tyler Durden: sé que está gastado, pero en el momento en que lo escribí tenía que hacerlo. Era eso o liarme a rebanar cuellos.