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14 de noviembre de 2010

La ITV, esa odisea.

Cuando eres pequeño, vas superando fases que te llenan de orgullo. Cuando te quitan los ruedines de la bicicleta y puedes equilibrarte tu solo; cuando vas por primera vez al instituto y ya no necesitas la compañía de tus padres; cuando vas a cagar y ya no necesitas que tu madre mire si has tirado de la cadena porque te has acordado de hacerlo tu solito; o cuando besas a otra persona sin la necesidad de que el alcohol te de un empujón. Son fases que te llevan a la independencia en ciertos aspectos de tu vida que te hacen sentir orgulloso, te hacen sentir capaz de ciertas cosas de las que antes no eras.

La semana pasada yo superé una de esas fases: fui a pasar la ITV de mi coche yo solito. Sin mi papá y sin mi mamá: solito del todo. El orgullo de uno aumenta cuando en el resto de coches iban conduciendo chavalines mas adultos que yo custodiados por sus señores padres, siempre muy pendientes de los papeles, y en algunos casos algún amigo o hermano en los asientos traseros. Y yo ahí, solito. Que la escena podría verse como que era el único tipo de la fila sin amigos o sin familiares, pobrecito de mí. Pero también podría contemplarse como un signo de madurez, individualidad, transgresión frente al sistema, rebeldía... En fin, creo que me estoy emocionando.

Para el que no haya pasado a su carro nunca antes por la ITV, le explicaré el proceso. El primero es esperar haciendo fila el tiempo que a los señores de la ITV les salga del prepucio. Este tiempo varía entre 5 e infinitos minutos. A mí me dio tiempo a escucharme casi un disco entero de Rammstein. El segundo paso, una vez dentro del recinto, y en el que mas interés ponen los señores (en este caso señoras) de la ITV es el de pagar. A mí me sacaron 37 € del bolsillo. A un par de tipos que me precedían les sacaron mas de 50. Segundo tanto a mi favor después de que sus papás estuviesen con ellos. No pude evitar sonreir como los muchachotes de los anuncios que se llevan a las muchachas. Este paso es simple: entregas la documentación y pagas. Es importante aclarar que por muy amable y simpático que te muestres con las secretarias, estas no mostrarán el mínimo interés por mirarte a los ojos, por sonreirte, por desearte suerte... Ellas se limitan a copiar los datos de tu carro, a saborear un caramelo, y a arrebatarte tu dinero.

Una vez hecho esto, sales de nuevo, te colocas donde los mecánicos te indiquen, y esperas a que te indiquen el garaje donde tu coche pasará las pruebas pertinentes. Llega el momento. La puerta del garaje se abre, se muestra ante ti un mundo extraño, como en las películas, y de no sabes donde aparece un mecánico con papeles en la mano. Me hice amigo de él al instante. Vio el coche, me preguntó los kilómetros que llevaba a las espaldas el carro, y tras mi contestación, en un gesto de complicidad, me contestó: "y los que le quedan". Eso, quieras que no, te llega. Además. tenía cara de "colega". Poco pelo, mofletes colorados camuflados tras una barba de esas que solo llevan los tipos que son majos desde recién nacidos. Pero lo malo es que esa confianza mutua se descalibró algo pronto. Empezó a darme una serie de órdenes a un ritmo endiablado, cual Carlos Moyá. Pero, ¿tantas cosas y enchufes tiene mi coche? Imaginaos, yo dentro del coche acatando órdenes, y él, alrededor del mismo soltando por la boca:

"Intermitentederechoizquierdoloscuatroalavezclaxonlucescortaslargasantinieblaparabrisasconagua..."

Mierda, tronco, párate un segundo. Luego me dijo que metiese las ruedas en unos rodillos y que pisase el freno. Y luego las de atrás. Y en esta fase finalmente me hizo poner el coche a 2500 revoluciones para ver los humos. Hasta aquí todo mas o menos guay. Llega el momento de meter el vehículo en una especie de grúa. Me dice que salga del coche, lo deje inmovilizado, y ale, a disfrutar de la carniceria. Sube mi coche unos dos metros, y empieza a menearlo para un lado, para otro, las ruedas giran en sentidos opuestos. Como en La Naranja Mecánica, violaron a mi coche y me obligaron a verlo. Tan cruel espéctaculo no duró mucho mas. Lo bajó y el mecánico mofletudo me sonrió: "está perfecto". Me dieron ganas de abrazarle y de invitarle a una cerveza. Pero me contuve, que había mucho público delante. Cogí mi coche, le acaricié susrrándole: "ya pasó, lo has hecho muy bien, te has ganado 10 euritos de gasolina".

Finalmente, el mecánico me da el informe del coche, donde no puso ningún fallo, y se lo dí a un caballero tras una ventanilla que estaba sellando cosas y dando pegatinas. Le doy el informe, y en este momento te dan ganas de decir: "Está perfecto, ¿eh? Que lo ha dicho el chico de la barbita con mofletes. Perfecto." El caballero ni te mira, te marca un sellazo, te da la pegatina, que la valoras como el cromo de Laudrup de tu infancia, y te vas. Ya pasó, hasta dentro de un añito. A la pegatina roja con un 10 de la luna delantera de mi carro le ha salido una pegatina amarilla con un 11. Cojonudo.


P.D.: Pese a no ganar el mundial, ¡viva la madre que parió a Fernando Alonso!

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Como en La Naranja Mecánica, violaron a mi coche y me obligaron a verlo.

HAHAHAHAHAHAHAHA Brutal!!

Ah, dado que es usted escritor de críticas y eso, si quiere pásese por nuestro blog. Está un poco abandonado, pero hacemos lo posible.

http://criticareferente.blogspot.com/2010/09/brazil-terry-gilliam-1985.html

Saludos, como siempre.

Murciégalo dijo...

Yo aún no he pasado esa fase, pero comprendo el orgullo que sientes yendo solo a enfrentarte al peligro. Algo parecido me pasó cuando viajé sola a Alemania. Te das cuenta de que mucha gente va con sus padres a sus lugares de destino. Si los espartanos levantaran la cabeza...!!!Viva el riesgo¡¡¡

Sergio Reina dijo...

Muy buen relato, jajaja, la Itv es una subcultura como cuando entras en una dependecia llena de funcionarios, eso si tiene tela.

Saludos

Pepe Cahiers dijo...

Es curioso ver como en la cola antes de pasar, ves a muchos apresuradamente cambiando las bombillas fundidas a toda hostia, bueno eso sin son coches antiguos, porque los nuevos para cambiar la luz de cruce hay que llamar a la Nasa.

Cinemagnific dijo...

Yo tengo carnet de hace 2 años y no coduzco XD Odio conducir jeje.

Javier Ramírez. dijo...

Hola Aitor. Gracias por tu comentario en mi blog.

http://ideasdelacienciaficcion.blogspot.com/

siempre seras bien recibido.
Esta muy currado tu blog
he leido en tu perfil que te gustan los zombies entoces seguro que te gustara la serie "Walking Dead"
Un saludo

Aitor Maiden dijo...

@ Charles Heres: suelo visitar su blog de críticas, me gusta mucho, pero sí, le falta una actualización. Os animo a ello.

@ Murciégalo: mi próxima fase sin papis debería ser ir al médico...pero mi madre no se fía de mí.

@ Serreina: seguro que los funcionarios conspiran para algo, como los chinos, y quizá esten conpinchados. Hay que andarse con cuidado.

@ PEPE CAHIERS: afortunadamente tengo un coche del 95, y todo se cambia fácilmente. Bueno, es un Opel Astra, y los alemanes lo fabrican todo bien, aunque mi coche es historia aparte. Ya hablaré de él mas a fondo.

@ Cinemagnific: yo tambien odiaba conducir al principio, y ahora me gusta.

Aitor Maiden dijo...

@ Outsider: y no solo la serie, de la cual ya he visto el piloto y es bestial, también el comic en el que se basa, os lo recomiendo a todos, seais seguidores o no del género zombie.

Javier Ramírez. dijo...

ya llevan 2 capitulos y esta semana
cae el tercero puedes ver los capitulos en "Series yonkis":
un saludo.