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28 de noviembre de 2010

Paranormal Karate Kid

Se me caen los ojos del sueño, y que conste que no estoy cansado ni he tenido oportunidad de cansarme demasiado. Simplemente habitualmente hago uso de ese pecado capital conocido como pereza (Kevin Spacey, si me estas leyendo, no quiero ser una de tus víctimas, ignora el párrafo por completo). Y todo se debe a que ayer acabé viendo Paranormal Activity 2 a la 1.00 (venga, comenzad a tirarme piedras, ya sé que es cine de mierda, del que predico no ver, pero, total, al final es como si no la hubiese visto, es lo que tiene el poder de la sugestión unido a mi colección de traumas), llegando a la camita a las 4.00 y teniendo que madrugar como un campeón para ir a ver a mi hermano pequeño competir en un torneo de catas de kárate.

El resultado final os lo anticipo (del torneo, digo. El de la peli, como siempre, muere el malo, o eso entendí): el pobrecillo ha sido eliminado en la primera ronda, porque cuando llevaba cinco pasos se ha hecho un lío, se ha bloqueado. Que lo que digo yo, ya le podía haber tocado de rival un niño de esos torpones que ni se mueven o que se caen, o que lo único que hacen es saludar a sus papis en la grada mientras estos le gritan "pero muévete, Pedrito!". Pero no, le ha tocado un niño de rival que, sin ser el Romario de las catas (que no estoy seguro de si "catas" va con c o k, pero lo escribo con c, que suena como mas cristiano), al menos ha acabado el bailecito. Y claro, ante eso y quedarse trabado, como ha hecho mi hermano, no hay color. Derrota justa, y dos horas de espera, sumadas al madrugón, para nada. Quien fuera el hermano mayor de un Rafa Nadal o un Jorge Lorenzo.

Pero del torneo este me quedo con un niño, de unos 7 años, que no debería llegar ni a los 30 kilos de peso, pues era bajito y flacucho, que a mi me ha dejado jodido. Le he descrito como el Cristiano Ronaldo de las catas de kárate. Ha llegado, y ha hecho su numerito de tal forma que todo el mundo se quedaba ensimismado: qué plante, qué elegancia, qué fuerza en sus movimientos. El niño ha metido un grito que a mi me ha acojonado. Pero le ha pasado lo que les pasa a todos los que van de estrellita, que sólo cae bien a sus padres, que estaban cerca de mí, y le aplaudían todo el rato (daban ganas de tirar a la madre por las escaleras), porque al resto de la grada nos ha dado grima. Mas de uno ha soltado "será todo lo bueno que quieras, pero es que va de chulito, va provocando al rival". Lo que pasa es que los rivales, con solo 6 o 7 primaveras, aún no han desarrollado caracter competitivo, y en vez de picarse con el chulito este o de bajarle los humos, cual Iniesta, pues salían como yo después de una sesión de cine de terror: asustados.

En fin, mi hermano se ha llevado el mas grande premio que se le puede dar a un deportista que cae elminado en la primera ronda: una bolsa de chuches. Y un diploma con rúbrica y todo. Yo he aprendido que no hay que ver películas malas en el cine, y a poder ser, tampoco en casa.

De paso, os dejo los videos, de sobra conocidos pero que vale la pena recordar, de los niños karatekas que dominarán el mundo:





Y de la película de terror de moda:

2 comentarios:

bob dijo...

Siendo tu , que ha pasado por tu cabeza para ver Paranormal Activity 2.

Aitor Maiden dijo...

@ bob: solo te digo que ya tienes motivo para reirte un rato de mi.