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15 de febrero de 2011

Señoras con paraguas y otros peligros de la lluvia.

Tengo asumido que si algún día me quedo tuerto será por culpa de un paraguas manejado por una señora al ejercer palanca sobre mi cavidad ocular. El paraguas está mal inventado, yo no sabría mejorarlo, pero sé que el tipo que lo inventó no se esforzó demasiado. Y eso que a mí los días de lluvia no me molestan (aunque en Madrid, como me dice Txu Mifune, mas que mojarte te empapas de contaminación), lo que pasa es que no soporto los días lluviosos porque dan la alternativa a la gente para sacar a relucir estos instrumentos del demonio, que nadie les enseñó a utilizar.

La puerta de un colegio en hora punta es el mejor exponente de que la gente no está preparada para llevar en sus manos un paraguas. Si ya en un día soleado, las madres a la salida se multiplican como las moscas en verano, ocupan toda la acera y la hacen intransitable, y realizan movimientos bruscos repentinos y agresivos que sólo los mas avispados pueden esquivar, en un día de lluvia estas señoras se vuelven mas peligrosas que un mono jugando con dos granadas. No sé que se creerán que es la lluvia, pero por sus reacciones deben pensar que es ácido o algún siniestro fluido que las convertirá a ellas y a sus hijos en zombies. Agachan la cabeza, ocupan todo el espacio a metro setenta y cinco del suelo con sus paraguas del diámetro de una plaza de toros, gritan en sus dialectos (una mezcla de paleto, choni y orco, con gallos guturales incluidos), y les da por correr. ¿Habéis visto cómo corren las señoras? Son un puto peligro. Y cuando cogen a sus niños, a todo eso se le une el llevar junto a ellas a la criatura, debajo del paraguas. Y si ven que vas detrás, sin ninguna herramienta para librarte de la lluvia, te ignoran. Es más, creo que sus mentes maquiavélicas trazan un plan conjunto para impedirte el paso.

A todas esas señoras, desde aquí, las quiero de jar bien claro una cosa referente a la lluvia: es agua. Nada más que eso. Ni se van a derretir, ni van a encoger. Y menos si van protegidas por sus armas de destrucción masiva (sí, me refiero a los paraguas). Y por favor, que aprendan a portarlo.

Por cierto, que hay que ver lo feos y mal diseñados que son algunos paraguas. Estan los que son de algún banco, como las gorras de los abuelos, o los hay de flores, de animalitos, o de algún personaje animado. Están los unicolor y los de varios colores. Creo que un paraguas no es un buen regalo de cumpleaños o de navidad.

Los días de lluvia tambien abunda gente que se olvida de circular por la carretera. La gente ignora las señales, pone los limpiaparabrisas a mil revoluciones, y les da por ir a todos por el mismo sitio/carril. Como siempre, los intermitentes se quedan de adorno. Nadie se acuerda de respetar las distancias. Los semáforos en ámbar se apuran más que nunca (que si hay que esperar a que luego el semáforo se ponga en verde, el coche se moja). Y parece que la lluvia se transforma en una escusa para conducir mal. Aparte de que un día lluvioso en la carretera parece el día adecuado para utilizar el claxon. Es caer cuatro gotas, y todo el mundo empieza a tocar el pito, como si fuesen a espantar así las nubes. Todo esto genera que cunda el pánico.

Y ahora una pregunta: ¿por qué cuando llueve, las fuentes ornamentales siguen en funcionamiento? Porque llover y ver cómo las fuentes echan agua no queda bonito. La lluvia les resta protagonismo a las fuentes. A los ayuntamientos, por favor, apagadlas.

Como ya he dicho, los días lluviosos no me importan, y no me importa mojarme. Es más, nunca utilizo paraguas. No es que me guste calarme, lo odio, pero por eso utilizo ropa resistente al agua. Un día de lluvia sería perfecto si las gente con paraguas se quedase en casa viendo la tele.

P.D.: ¿Sabíais que Lluvia es un nombre de mujer? Hay que ser muy cabrón para llamarle así a tu hija.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy de las que correría bajo la lluvia saltandoo y gritando hasta que mi ropa pese más que yo, cosa que ya he hecho... Sin embargo no se me olvida el día que mi padre me dijo de pequeña: "No bebas ese agua, ¿no te das cuenta de que lleva consigo toda la contaminación del aire?" Correcto, así que tal y como están las cosas el miedo de las señoras a derretirse podría ser fundado.
Pero vamos, que sí. Las señoras son un peligro en cualquier ocasión, lo de los paraguas ya es demencial (yo tampoco suelo usar, se me enfría la mano) Pero vamos, que yo creo que molaría que vendieran más esos paraguas abombados, con las puntas para abajo... Ocupan menos y quitan menos vidas pero son una horterada, todo tiene su aquél.

Aitor Maiden dijo...

@ Txu Mifune: los paraguas abombados pierden la esencia del paraguas. Un paraguas que no puede utilizarse como arma blanca, ni es paraguas nies ná.

Anónimo dijo...

@Aitor Maiden: Y a ti que más te dará, si no usas. Me voy a comprar uno que se desenvaine y todo... Cuando menos te lo esperes (tiene que llover, claro) Feliz cumpleaños! Y te atravieso..

Cinemagnific dijo...

Estuve viviendo unos meses en Irlanda y dejé de usar paraguas. De hecho, allí se usan super poco, y no será por lluvia... XD

Es curioso, pero aquí en el sur (soy de Málaga) llueve super poco y, cuando llueve, la gente, literalmente, se "anula" y corta los planes y no sabe qué hacer el fin de semana XD Es cierto XDDDD

Aitor Maiden dijo...

@ Cinemagnific: lo que digo, que la lluvia vuelve inútil a la gente.